El viaje a Heredon era de seis horas. Wesley, mi hermana, Hunter, Flynn y yo viajábamos en un mismo coche, por lo que no tenía que preocuparme por simular tranquilidad. Emily y el hermano de Jillian alternaban los turnos al volante cada dos horas, para mantenerse despiertos y no perder el control del coche. Lo último que necesitábamos era estamparnos contra un árbol. Yo iba sentado en la parte trasera, apretujado contra la ventana, pues Hunter se había estirado de tal manera que ocupaba más espacio del que debería. Me quejé un par de veces, pero acabé rindiéndome luego de doce intentos ya que Hunter me hacía lugar durante un momento para contentarme, y luego de unos minutos volvía a encontrarse en la misma posición de antes, con las piernas estiradas y los brazos en forma de mariposa detrás de su cabeza. Cada vez que el coche pasaba sobre un bache su codo me golpeaba.
Flynn permaneció en silencio los primeros kilómetros; iba tan callado que recordaba que viajaba con nosotros solo cuando lo escuchaba quejarse por la cercanía de Hunter, el pequeño rey también se encontraba en la misma situación que yo, estampado contra la ventana por culpa del guardia. Sin embargo, él logró llegar a un acuerdo con mi amigo cuando dejó de protestar y comenzó a hablar con él sobre todo tipo de cosas. Yo no podía entender cómo eran capaces de conversar de manera despreocupada y divertida en un momento como ese. Pero supongo que de alguna manera, oír las carcajadas de Hunter y las ocasionales risitas del resto hacía que me sintiera un poco mejor. Saber que aun había espacio para las risas me relajaba.
En algún momento del camino debí de haberme perdido en mis propios pensamientos, porque de pronto, la charla que Hunter y Flynn estaban teniendo sobre armas y técnicas de luchas se trasformó en una discusión sobre películas de Disney.
—Solo digo que el final ha sido una porquería —estaba diciendo Hunter en ese momento.
—¡Yo no la he visto aún! —exclamó Emily, uniéndose repentinamente a la conversación —. Si me arruinas el final... —dejó que su amenaza se perdiera en el aire y simplemente le lanzó una mirada fulminante al soldado a través del espejo retrovisor.
Hunter sonrió divertido y se inclinó hacia Flynn como si fuera a susurrarle algo al oído para exclamar, sin ningún cuidado:
—Él muere en los últimos minutos de la película.
Por el espejo lateral pude notar que Emily apretaba los labios. Sostuvo el volante con una sola de sus manos y estiró la otra para intentar golpear a mi amigo, quien reía desquiciadamente en su lugar mientras se retorcía para evitar la mano de la princesa.
—¡Eres un idiota! —protestó mi hermana, regresando toda su atención a la vacía carretera frente a ella.
Sin dejar de reír Hunter pataleó en el suelo para reacomodarse en el asiento. Gruñí cuando me pisó y no pude evitar devolverle el gesto en el momento en el que me sacó la lengua.
—¡Oye! —gimió, quitando el pie de su lugar.
—Deja de moverte —lo regañé, fastidiado.
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KINGS, QUEENS, AND FUCKED UP THINGS
Teen Fiction¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu vida si formaras parte de un cuento de hadas? Jillian no. Nunca. Ni en sueños. Tenía una familia genial, un hermano genial, amigos geniales. Una vida por la que no necesitaba fantasear con historias sobre...