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Era el día en el que se llevaría a cabo la entrevista previa a la boda, aquel era el segundo y último evento antes de que finalmente grabáramos el día del casamiento

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Era el día en el que se llevaría a cabo la entrevista previa a la boda, aquel era el segundo y último evento antes de que finalmente grabáramos el día del casamiento. Carson realizaría una pequeñísimo segmento para su programa, donde hablaría un poco con la nueva protagonista de la gran boda, Jillian, solo con la intención de agregar material con el que trabajar y otorgar más credibilidad al asunto.

Además, teníamos que mantener a las personas ocupadas y entretenidas realizando los preparativos, para evitar que se enteraran de que en realidad nos encontrábamos en un aprieto. La mañana siguiente a la noche de la propuesta, Buck apareció en la cocina con una expresión totalmente desamparada en el rostro y una mala noticia tallada en su frente. La inesperada partida del general cambiaba muchísimo el plan. Y a pesar de que había intentado calmar a Buck diciéndole que no era algo tan grave, también estaba alterada por eso. Las cosas estaban más tensas que antes, las mentiras comenzaban a volverse un lenguaje independiente. Ya había perdido la cuenta de todas las personas a las que había engañado: cocineros, soldados, incluso a Jillian y Rafael. Les habíamos ocultado lo que realmente estaba sucediendo para evitar que se alarmaran y causaran un alboroto mayor. Creímos que eso sería lo más apropiado, pero lo cierto era que el engaño estaba matándome.

Me encontraba en el almacén acompañada por Hunter, abriendo las cajas de ingredientes que acababan de llegar. Luego de terminar su ronda de custodia el guardia apareció en la cocina en busca de un aperitivo. Con la promesa de una rebanada de pastel sobrante logré convencerlo de que me ayudara, así que ahora él estaba sentado sobre una inmensa pila de cartón, sosteniendo el tenedor con el que estaba comiendo el pastel entre los dientes, mientras movía los frascos de conservas con su mano libre.

—¿Hay novedades sobre Neeson? —pregunté, curiosa, cortando el envoltorio de una nueva caja. Hunter tenía la boca llena, por lo que simplemente profirió un ruidito negativo con la garganta y meneó la cabeza —. ¿Cómo pudimos ser tan estúpidos? —dije, soltando un suspiro apesadumbrado —. Debimos haberlo supuesto mucho antes...

El guardia se detuvo y de inmediato se quitó el tenedor de la boca para exclamar un seguro:

—Yo lo hice.

Lo miré arqueando una ceja, incrédula. Él siguió hablando, como si ahora ya no pudiera mantener los labios sellados.

—Siempre lo supe. Desde que lo conozco Neeson me pareció la clase de rata asquerosa y traidora que mete las narices en lugares donde no le corresponden —dijo, frunciendo la nariz con desagrado —. Era obvio que descubriría todo y escaparía para complicar las cosas —se encogió de hombros, como si estuviéramos discutiendo la trama de una película y no algo que realmente nos estaba pasando.

—¿Y por qué nunca has dicho nada? —me indigné, fulminándolo con la mirada.

Hunter hizo como si no me hubiera oído. Evitó mis ojos desviando la vista hacia el plato que descansaba en su regazo. Cortó un poco mas de pastel con el tenedor y se lo llevó a la boca, para masticarlo con toda la lentitud del mundo.

KINGS, QUEENS, AND FUCKED UP THINGSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora