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Yoongi se vió a si mismo reflejado en un charco de agua.
Mientras se incorporaba tosió y escupió sangre, haciendo que ese charco poco a poco se viera corrompido por un granatoso color, que no indicaba nada bueno.

Esta vez se había llevado una buena paliza, y como siempre el motivo era demasiado estúpido.

Poco a poco se dio la vuelta y se tumbó en el suelo, con la espalda pegada a este, y dejó que las gotas de lluvia rozaran su piel.

-¿Como he podido acabar así?- se preguntó a si mismo cerrando los ojos lentamente. La sensación del contacto de la lluvia fue sustituido por un recuerdo, cerró los ojos y sintió la suave caricia de Yerin.

Enfadado golpeó el suelo fuertemente con el puño, abriéndose nuevas heridas, haciéndose más daño aún.

-Gracias por traerme- hizo una reverencia ella en la puerta de su casa, Hoseok no pudo evitar mirarle preocupado.

-¿Seguro que estarás bien?- La muchacha asintió.

-Ya has hecho suficiente por mi- aclaró.

-Deja que te haga una sopa o algo para calentarte- propuso él.

-No es necesario, de verdad- volvió a hacer otra reverencia ella.

-¿Solo me has llamado para ser tu taxista?- actuó ofendido el muchacho- Yo solo estoy intentando actuar como un amigo y tu no me dejas.

-Pero...- empezó a decir ella insegura, con la mirada gacha- Nosotros no somos amigos.

-Y ahora dice que no es mi amiga- se llevó una mano a la cabeza- ¿Que clase de descorazonada persona es?- Habló en voz alta como si no tuviese a la chica justo en frente.

-Está bien, está bien- se rindió ella- pasa- le indicó en un suspiro.

-Eres fácil de manipular- sonrió ampliamente dándole con el codo en el brazo a medida que se acercaba a ella.

-No hagas que me arrepienta- contestó Yerin cerrando la puerta.

-Anda, ve a ducharte antes de que te coja una pneumonia- Ella asintió.

-Como si estuvieses en tu casa- dijo ella antes de irse al piso de arriba- Aunque por favor, no toques nada que no sea prescindible tocar- le advirtió.

-¿O sinó que?- levantó una ceja él, juguetón.

-No quieras verme enfadada- Su mirada al decir esas palabras era fría, Hoseok realmente se sintió intimidado, pero lo dejó pasar y respondió con una leve sonrisa.

En cuanto Yerin subió arriba Hoseok se puso en busca de la cocina, lo de prepararle una sopa a la chica no era broma. La necesitaba.

En seguida que la encontró buscó todos los ingredientes necesarios y empezó a prepararla, tal y como su cocinera le había enseñado a hacerla cuándo él tenía doce años. Al acordarse de ella sonrió.

-Huele bien- escuchó la voz de Yerin detrás de él, así que se volteó.

-Va a ser la mejor que hayas probado en tu vida- alardeó- Y no porqué la haya hecho yo, sinó porque es la mejor receta del mundo.

-Tranquilo, las mías saben fatal- explicó- Si sabe aunque sea sólo un poco mejor que la mía, ya és una amplia mejora.

-Tan mal no sabrán- intentó animarla él, pero sólo consiguió hacerla reír.

-No las has probado- dijo acercándose más a Hoseok, ofreciéndole la sudadera que le había prestado.

-Quédatela- indicó él y Yerin frunció el ceño.

-¡No!- se puso a la defensiva- es tuya.

-Yerin, has visto dónde vivo y quien es mi padre...- Soltó una risa ahogada el chico- Darte esta sudadera no es nada.

-Aún asi, es tuya- siguió insistiendo ella.

-Está bien- suspiró el chico- Hagamos una cosa. Si mi sopa te parece la mejor que hayas comido jamás te la quedas, sinó me la devuelves.

-¿Y cómo sabrás que estoy diciendo la verdad?- Alzó ella una ceja.

-Créeme, lo sabré- respondió con plena confianza en si mismo.

Aunque Yerin no quería aceptar ya que esa sudadera no era de su propiedad, y no quería quedársela, le tentaba la confianza que tenía el peli castaño en su sopa, así que terminó aceptando, simplemente asintiendo vagamente con la cabeza.

-De todos modos- volvió a hablar la chica atándose la sudadera a la cintura- ¿Que tiene esta sopa tan de especial?- preguntó con mucha curiosidad- ¿Te la enseñó a hacer tu madre?

"No" pensó él, pero sus palabras fueron otras- Si, es lo primero que aprendí a cocinar.

-Que envidia - sonrió ella apoyando su mentón en su mano derecha- Debe ser divertido hacer cosas así con tu madre.

-¿Es que tu nunca las haces?- preguntó en un hilo de voz. Raramente cada vez que alguien mencionaba a sus padres la chica siempre intentaba cambiar de tema, así que durante los días que estudiaban juntos, Hoseok, intentaba no mencionarlo, y cada vez que la chica se topaba con el padre de este intentaba protegerla cuando veía que su padre iba a sacar el tema. La protegía de algo que ni tan siquiera sabía.

-Me alegra que lo preguntes- esa respuesta tomó a Hoseok por sorpresa. ¿Se alegraba?- Quiere decir que no has fisgado en mi casa.

-Has dicho que solo tocase lo estrictamente necesario- replicó él.

-Y no te veía capaz de ello- Hoseok frunció el ceño molesto.

-Primero dices que no somos amigos y luego no confías en mi- carraspeó- Creía que me habías pedido ayuda porque cumplía esos dos requisitos.

-Te he llamado porque no tenía a quien llamar- confesó ella, cien por cien sincera- He pensado que si te llamaba a ti no harías preguntas.

Hoseok resopló profundamente, estaba molesto.

-No me mal interpretes, me caes bien- le aclaró al chico- Pero los amigos se dicen la verdad, porque como tu has dicho confían los unos en los otros.

-¿Y cuando te he mentido?- se ofendió, esta vez de verdad.

-No estaba hablando de ti- dijo cortante Yerin- La que miente soy yo, constantemente.- Eso pilló completamente por desprevenido al chico- No es que no quiera decir la verdad, es que no puedo. Y por eso no somos amigos, porque por más que me preguntases no sabrías más que lo que yo quisiera que supieses.

Hoseok la miró completamente perdido, veía la sinceridad en las palabras de la chica y a la vez, le entristecían estas.

-No es que no quiera amigos, los quiero de verdad, es que no puedo tenerlos- pausó unos segundos y añadió- Por lo menos por ahora.

-¿Que es lo que escondes que te hace ver la vida de esta manera?- Preguntó realmente preocupado por ella.

-Podría responderte a esa pregunta, pero te mentiría- respondió y rápidamente cambió de tema- ¿Está lista la sopa ya?- Hoseok asintió y sin decir nada más sirvió dos platos. Ambos empezaron a comer en silencio, y después de la primera cucharada Yerin dijo- Parece ser que tengo una nueva sudadera.

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Son las dos de la madrugada y estaba haciendo deberes, cuándo de repente me he dicho: vamo a publicar. Y pues bueno, aquí estamos.

"Boy in luv" BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora