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Timothée









Estaba preparado para bajar del automóvil y entrar a la fiesta. Ya había decidido que pasaría esta noche. Aún me sentía demasiado extraño, y no iba a aceptar la razón. 

Venía tomando un poco en el auto, lo más probable es que estuviera ebrio para cuando pusiera un pie dentro. 

Vamos Timothée, no es nada , ni siquiera la conoces bien, déjate de ilusiones estúpidas, me decía mientras que salía del auto. 

- Hey que pasó bro. - Saludé a Dan

- No mucho. - Respondí cortante, buscándola con la mirada.

Tomé una cerveza y me recargué en una esquina de la sala. Todos estaban bailando, drogándose, besándose, fumando hierba y yo no dejaba de pensar en una sola cosa.

Terminé mi vaso y tomé otro, pude visualizar a Sally, y me moví de lugar inmediatamente, la había dejado plantada así seguramente estaba furiosa. Quedé justo a unos metros de la puerta, en un lugar donde esperaba que no pudiera verme.

- Demonios. - Maldije por lo bajo tomando más de mi bebida.

- Hey baby, amor. - La voz chillona de Sally había entrado por mi oído casi dejándome sordo.

La mire con indiferencia. - Si dime. - Me hice el disimulado ante la situación por la cuál estaba a punto de reclamarme, me incliné hacia ella para que no tuviera que gritarme.

- Llegaste baby, oye quería saber si...

Miraba al suelo intentando captar las palabras de aquella chica, cuando vi entrar unas botas negras y unas piernas extremadamente pálidas que captaron mi atención.

Subí poco a poco la mirada, una falda ajustada, labios pintados de rojo, y unos ojos, los más hermosos que jamás había mirado. Pasé la saliva en seco, su mano pasaba por su cabello dejándolo detrás de su oreja, dejando al descubierto su cuello.

Caminaba con tanta seguridad, parecía modelo, captó miradas de varias personas en las diferentes habitaciones. Y sin duda, captó la mía. Mordí mi labio, al verla pasar, la falda corta que llevaba, podía dejar ver su hermoso y provocativo cuerpo. Jamás la había visto así.

Su hermosa presencia desapareció entre la gente, y yo quedé embobado, quería ir con ella. Por todos los cielos Jean ¿Por que haces esto tan difícil de asimilar? 

Dejé a Sally sin siquiera pensarlo y la seguí. Pasé entre la gente, las luces pegaban en mi rostro impidiéndome verla. Llegué hasta donde estaba. Estaba ahí, moviéndose con una sensualidad que jamás había podido conocer, tomé un trago de mi bebida para poder asimilar lo que estaba presenciando.

Me paré a la entrada de la habitación recargando un hombro. Sus hermosas y grandes piernas se movían lentamente, dejando ver un poco de su trasero, no podía resistir a su mover, me parecía imposible lo que mis ojos veían. 

Movía su cabello con ella, y sus manos pasaban por todo su cuerpo, su caderas se movían de un lado a otro dejando ver más de su pálido abdomen. Sentía tanto dolor en mi labio por morderlo con tanta fuerza, relamí mis labios, sentía mi sangre a tope, sentía lo duro y excitado que estaba. ¿Y cómo no estarlo?

Me intenté acercar a ella en mi ceguedad, no estaba pensando ni reaccionando a lo que pasaba al rededor, mis ojos sólo la enfocaban a ella, había olvidado con quién se encontraba.
Al pasar la gente pude verlo a él.

Michael bailaba con ella.




Me fui de ahí con una furia en mi estómago tal y como la última vez, sólo que esta vez, era más grande, tome un trago y busqué a Sally, me la cogería. Olvidaría lo que acababa de mirar.
Encontré la mesa de alcohol, tomé a fondo una botella de vodka, subí a buscarla, pude encontrar unas líneas y las inhale por completo, para cuando encontré a Sally estaba demasiado desorbitado, la tomé del brazo llevándola sin piedad a una habitación. 



𝘾𝙖𝙣 𝙄 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙮𝙤𝙪 𝙩𝙤𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩 [Timothée Chamalet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora