𝘾𝙖𝙣 𝙄 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙮𝙤𝙪 𝙩𝙤𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩 [Timothée Chamalet]

Crush on You

Timothée

A veces debes de aceptar tantas cosas... Como que jamás va a haber completa paz en el mundo, como que los humanos no pararán de contaminar el planeta... Como que no importa cuánto lo intentes, no puedes cambiar.

Me encontraba en la cama, pensando en que ya hacía más de medio mes que no podía dormir con nadie, eso si que era un logro. Suspiré profundamente y miré el reloj, ya se me había hecho demasiado tarde, pero no me importaba. Hasta que escuché el timbre de mi casa.

Fui a asomarme por la ventana frontal de la parte de arriba y simplemente no podía creerlo, era Jean.

Ella miró hacia arriba buscando respuesta o señal de mi, se veía tan tierna, el sol le caía directamente a los ojos, ella los entre cerraba para poder mirar. Me quedé sólo unos minutos mirando ese peculiar espectáculo, en cuanto vi que se disponía a irse, corrí a las escaleras, casi me mato bajando tan rápido, pero logré llegar a la puerta con la respiración al tope.

Salí desesperado de la casa, corriendo a ella.

-¡Jean! - Ella se detuvo y se giró a verme.

- Creí que no estabas en casa. - Alzó la voz del otro lado de la calle, comenzó a caminar hacia mí mirando mis pies extrañada.

No sabía por qué me veía así. - Olvidaste los zapatos. - Señaló mis pies, al darme cuenta corrí de nuevo a la banqueta.

Jean se burló de mi. Un poco apenado tiré de mi cabello. - Se me hizo tarde... - Rasqué mi cabeza. - ¿Qué...?

- ¿Qué hago aquí? - Interrumpió.

- Sí. - Asentí.

-Bueno, pues hoy es el día que entramos a la misma hora, creí que sería buena idea ir...

- ¿Ju.. Ju... Juntos? - tartamudeé ante lo que había confesado.

-Sí. - Me sonrió.

- Dame un segundo ya vuelvo. - Corrí a mi casa y cerré de portón la puerta. - Demonios. - Corrí de nuevo a la puerta y le grité. - ¿Quieres pasar mientras?

Jean comenzó a caminar a la casa, deje la puerta abierta para que entrará mientras que yo subí a cambiarme.

- Wow, tú casa es casi como la mía. - Escuché de abajo.

- Sí, tememos el mismo modelo. - Grité desde mi habitación mientras que me ponía una playera.

Baje de inmediato buscando mis cosas, Jean estaba sentada en mi sala muy tranquila, pero miraba demasiado su reloj.

-Listo. ¿Vamos a tiempo? - Pregunté agitado intentado acomodar mi cabello.

- Em... Algo... Timothée. - Me miró seriamente a los ojos.

- ¿Qué? - Pregunté muy asustado.

- Tu cierre está abajo. - respondió señalando con la mirada.

-Ou. Permíteme. - Subí mi cierre para el momento de subir la cabeza Jean ya no estaba.

- ¿Jean? - Giré mi cabeza por todos lados.

- Aquí. - Respondió desde la cochera. - ¿Podemos ir en tu auto? Ya perdimos dos autobuses. - Me miró algo atareada.

-Claro que sí. - Estaba algo demasiado emocionado por llevarla, por llegar juntos, es decir, estaba emocionado.

Entramos al auto y tome camino a la universidad.

- Sabes aún me pregunto por qué viniste hasta mi casa. - Miré de re ojo a Jean.

- Es lindo cuando vas acompañada. - Dijo algo cortante.

- Entonces dirías que... ¿Te agrado? - Quería saber aunque sea un poco de su sentir.

- Chalamet. - Jean giró a verme.

- Vamos, debo de agradarte. - Le miré directamente pues había un semáforo en rojo.

-Claro que me agradas. - Se giró nuevamente a su asiento.

Eso sin duda había sido un sí, pude sentir una taquicardia. Y claramente una sonrisa escapó de mis labios.

Después de unos segundos de silencio Jean habló.

- ¿Y yo? - Preguntó insignificante.

- ¿Qué sí tú me agradas? - La miré de re ojo, y estaba viendo directamente a la ventana.

- Sí... ¿Te agrado? - Me miró esperando una respuesta.

- Jean, tú salvaste mi vida. - Ambos sentimos un tenso momento.

- ¿Y te agrado por eso? - Volvió su mirada a la ventana.

- No, es decir, estoy agradecido infinitamente, tú ya me agradabas desde hace mucho. - Volvía mi vómito verbal.

Jean rió. - Prefiero no saber de eso.

Yo solo sonreí con ella.

Giré para entrar al estacionamiento. Entonces, estacioné mi auto, pude ver la mirada fija de Jean viendo al frente. Seguí su mirada hasta.

-Michael.