Lunatic Moon

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Timothée












Conozco a Michael, se cuando le importa algo, alguien, y cuando no. Ella le importa. Solamente él sabe como ponerse cuando se siente amenazado por perder ese alguien importante, el nivel de agresividad que brota de sí, es cautivador.

Decidí mantener mi distancia ante el comportamiento que yo ya conocía y más el saber el por qué. Todo el día planeaba como poder explicarle por qué es que llegamos juntos así, más no sabía que había dicho Jean, no la quería meter en problemas.











- Así que... Michael ya se dió cuenta. - Suspiré.

- Te lo dije, pero no me hiciste caso. - Inhaló de su cigarrillo Richard.

- ¿Recuerdas que te dije que quería a Jean e iba a hacer algo al respecto? - Lo miré.

- Sí. - Respondió

- No le dije nada de mis sentimientos a ella. - Le confesé.

- ¿Entonces por qué se molestó Michael? , digo, él sabía que eran amigos. - Richard tiró su cigarrillo al suelo al ver que Michael llegaba a la banca donde estábamos sentados.

- Hey, viejo, estábamos hablando de ti. - Miré a Richard sarcástico.

- Sólo hablamos de lo que pasó hace un rato. - Michael se veía bastante tranquilo, y sonrió.

- ¿Ya te contó que me puse todo loco? - Rió aún más, tomando su dramático momento como una broma.

- Así es... - Al igual que yo, Richard se asombró por su nivel de auto burlarse, sabiendo que su coraje siempre tarda en pasar.

- Bueno, me da gusto que lo tomes así amigo. - Palmeó a Michael.

- Si no te molesta Rich, quiero hablar con Tim, a solas, ya sabes, platicar de todo mi berrinche. -  Richard se paró inmediatamente.

- Claro que sí amigos, hablen. - Tomó sus cosas y se fue, dejándome a solas con Michael.

- Wow, eso fue, interesante. - Dije un poco nervioso.

- Quería pedirte una disculpa, Jean me explicó todo y... Lamento haber reaccionado así, nunca tuve que desconfiar de ti. Eres como mi hermano. Eres mi hermano. - Michael me miró firme, como esperando que yo afirmara lo último.

- Sí, somos hermano. - Me sentía muy mal pensado que en algún momento realmente pensé en confesar mis sentimientos a Jean, nunca con el fin de arruinar su relación claro, pero tan sólo pensar eso, me destruía.

- Excelente. - Michael se puso de pie. - Hoy es viernes, ya sabes lo que hay, ¿Vienes conmigo?

- Claro bro, pero...- Michael interrumpió.

- Esto es más de tú y yo, ya sabes, reforzar amistad, los viejos tiempos, vamos con los chicos. - Me sorprendía el entusiasmo de Michael, era contagioso.

- Por supuesto, vamos. - Chocamos puños y fuimos a clase.
















Camino a casa pensaba en que es lo que quería perder. Así de fácil, la amistad de años, de buenas y malas de mi mejor amigo, o el extraño y nuevo amor que me tenía atrapado. Cualquiera de las dos seria devastadora.

La luz del sol atardeciendo era cegadora, tapé mis ojos con mis manos para poder caminar, ahí me di cuenta que esa sensación era justamente igual a como me sentía desde hace semanas.

Llegando casi a casa, me giré al contrario de la luz para poder ver mis llaves, pude ver desde lejos una silueta familiar caminando a casa. Dejé lo que hacía para comenzar a caminar a ella, al parecer Jean tampoco podía ver mucho, no se había percatado de mi caminar.

- ¡Jean! - Intenté correr a ella.

Ella giró a lo lejos, pero algo quitó de mi la atención, la camioneta de Michael estacionada afuera de su casa.

Jean al ver mi distracción giró también, pudo ver la camioneta, se quedó mirándola por unos segundos, después regresó a mi, la mirada que esa tarde me otorgó fue diferente. Después de eso, entró a su casa, sin si quiera despedirse o decir algo.

Extrañado volví a casa, todo era muy extraño, todo era muy confuso.



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𝘾𝙖𝙣 𝙄 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙮𝙤𝙪 𝙩𝙤𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩 [Timothée Chamalet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora