𝘾𝙖𝙣 𝙄 𝙘𝙖𝙡𝙡 𝙮𝙤𝙪 𝙩𝙤𝙣𝙞𝙜𝙝𝙩 [Timothée Chamalet]

In the Afternoon

Jean

Cuando al fin pude salir de la multitud, sentía que tendría un ataque de ansiedad. Timothée estaba despierto, no sólo estaba despierto, estaba aquí, había bailado con él, lo besé.

Comencé a correr a los baños y entré, me tiré agua al rostro, y me miré al espejo, para mi suerte Caro salía de uno de los baños.
La miré a través del espejo, y ella me vió.

- ¿Jean que sucede? - Me giré a verla, y con lagrimas en los ojos.

- Timothée está aquí. -

- ¿Qué? Ese trago te pegó muy fuerte, él está en el hospital. - Me sentó en uno de los sillones de aquel baño.

Caro tenía en parte razón por que yo jamás tomo algo, mucho menos tan fuerte... Pero claro que no había sido ninguna alucinación, era él.

- ¡No! Él despertó, está aquí. - le tomé de la mano, para que se diera cuenta lo que decía era cierto.

Caro con mirada algo confundida se dirigió a mi. - ¿Estás segura?

- Estoy completamente segura por que le he besado pensando que era Michael. - Sus ojos se abrieron de par en par.

- ¿lo besaste pensando que era Michael? ¿Que acaso no distingues entre en sabor de tu novio al de un extraño? - Se levantó del sillón para comenzar a dar de vueltas en este.

- Como dices yo no bebo, y estaba algo atarantada y no pensé en ello, me di cuenta al tocar su cabello. Me despegué de él y ¡era él! - tomé mi cabeza entre mis manos y cerré mis ojos.

- Hey chica, las estuve buscando adivinen que...

- ¡Jean se besó con Timothée pensando que era Michael! - Las facciones de Nicole se transformaron de tranquilidad a inestabilidad sorpresiva.

-¿Qué? ¿Que no reconoces a tu novio? - Me regañó.

- Entiendan estaba algo mariada. - continué con mis manos en la cabeza.

-¿Mariada? Esa bebida no era para tanto. - Mencionó confundida Nicole.

- ¿A que te refieres? Tomamos un shot de tequila. - Reclamó Caro.

- Ya lo sé, nosotros lo tomamos, sabemos que tú no tomas, pedimos un coctel de mora para ti. - levanté mi mirada a ambas, y nos miramos confundidas.

- ¿Qué? Les juro que mi bebida tenía alcohol, era algo amarilla, no azul. - Les miré.

- Alguien tuvo que cambiar tu bebida. ¿Pero quién? - tomó asiento Caro de nuevo.

- ¿Habría sido droga? - Preguntó Nicole

- No, no, no pude alucinar ¿o si? - Les miré.

- Ven, vamos a ver los vasos, esperemos que sigan ahí. - llegamos a nuestra mesa cuando...

- Hey chicas miren quién está aquí. - Gritó entusiasmado Michael que repentinamente había aparecido. - Y entre su abrazo estaba Timothée.

Ambos nos miramos, pude ver sus ojos demasiado llorosos. Y de pronto todo ruido se paró, y sólo nuestras miradas permanecían.

Sentí la mano de Caro sobre mi hombro, mirándome con demasiada certeza de lo que le había confesado era verdad.

Tomamos asiento, y sin que se dieran cuenta, Nicole escondió mi vaso bajo la mesa, para después meterlo a su bolsa, y así poder sacarlo del antro, obtendríamos respuestas de que fue lo que bebí.

La mayoría se juntó y comenzaron hacerle preguntas a Timothée.

- Hey bro ¿qué sentiste? ¿Escuchabas algo? - Preguntó curioso Alex.

- Hey chicos Timothée sólo vino a darnos la buena noticia, nos quiso sorprender. Él tiene que descansar, lo llevaré a casa.- Respondió Richard, tomándolo para salir de aquel cubículo.

Timothée no dejaba de verme con sus ojos llorosos y yo no soportaba más mirarlo ahí.

- Linda ¿dónde estabas? Te estuve buscando. - Michael se sentó a mi lado para darme un beso en mi mejilla.

Ni siquiera pude prestarle atención pues Timothée y yo no dejábamos a un lado las miradas.

- Yo aún no me voy, quiero festejar que estoy vivo. - Dijo sin dejar de mirarme.

Todos se habían ya dado cuenta de ese incómodo duelo de miradas que traíamos. La incomodidad se hizo demasiado fuerte y Michael me sacó de ahí.

- Ven, vamos a bailar.- tomó de mi brazo y nos colocamos muy cerca de la mesa donde los demás se encontraban.

Comenzamos a bailar, Michael tomó de mi cintura e hizo que colocara mis brazos al rededor de su cuello.

No podía dejar de dirigir mi mirada para la mesa y Timothée, al igual que ellos a nosotros.

- ¡Mesero! Un doble. - Llamó Timothée. Enseguida tenía su trago en la mano.

- Linda, olvida eso, baila conmigo. - Michael intentaba guiarme la mirada a él, pero era casi imposible, intentaba disimular.

Era tan claro, no sentía ni un poco de lo que sentí con Timothée bailando. Él tenía tanta razón, claro que sentí un már de explosiónes al estar con él, besarlo. Él tenía tanta razón.

Miré a Michael y él a mi, me besó, y recargué mi cabeza en su pecho. Por su puesto, nada, no siento, nada.