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Allí se encontraba Felix caminando con calma por unas calles desconocidas para él. Acababa de pasar por un bonito parque que le había llamado la atención, se había jurado a si mismo volver a ese lugar el algún momento.

Era un vecindario muy lindo, también notó que las casas eran enormes y sumamente lujosas, con colores estéticos y entradas perfectas.

Todo aquello era algo muy nuevo para él que vivía en un vecindario mucho menos relevante, donde vivían pocas personas y casi todas se conocían entre si. Las casas de sus vecinos y la suya eran más "normales" o menos llamativas.

Se terminó perdiendo entre sus pensamientos y casi no notó cuando llegó a la casa a la que quería ir.

Vio que el número de la casa era el que Minho le había dicho y al instante tomó su celular para avisarle al mayor que había llegado.

Pasó menos de cinco minutos y el castaño ya había salido del interior de la casa para abrirle la puerta y quepudiera entrar.

En cuanto se vieron, Felix le dedicó una reverencia algo exagerada, acompañando la acción con un "Buen día, sunbae".

- Sabes que no necesitas ser totalmente serio y educado, no me molesta que me digas hyung o no que me des reverencias, Felix. - Habló Minho con una leve sonrisa en su rostro al mismo tiempo que abría la puerta de su casa.

Apenas pudo ver el interior de la casa notó como era más enorme de lo que pensaba. Todas las paredes eran de un color blanco sumamente limpio, con unos pocos muebles y muchos cuadros en todos lados, además de que apenas entró pudo diferenciar cuatro habitaciones y una escalera.

- Este es mi hogar, siéntete cómodo. -

Felix sonrió y se dedico a seguir observando. Ya se había convencido de que Minho tenía demasiado dinero, se había dado cuenta en cuanto notó que el vecindario era demasiado cerrado y con casas enormes.

No era algo que esperaba, mucho menos teniendo en cuenta que el mayor era un chico sumamente amable y educado.

Entonces quiso golpearse a si mismo por ser tan prejuicioso y dejarse llevar por la forma de ser de Minho, maldijo mentalmente y siguió al mayor.

Ambos siguieron caminando por la casa hasta llegar a la sala donde vio a dos personas charlando con tranquilidad. - Felix, ellos son mis padres. - Habló el mayor con tranquilidad, captando la atención de ambos adultos que lo observaron con una sonrisa.

- Entonces tu eres Felix, es un placer conocerte. - Saludó la mujer acompañando sus palabras con una bonita sonrisa en su rostro.

-¿Lee Felix?- Preguntó el hombre con el ceño algo fruncido, recibiendo un asentimiento de parte del rubio. - Por fin te conocemos. Minho ha estado hablando de su cámara rota durante todo este tiempo. - Contó el mayor con descaro, notando el sonrojo de su hijo con rapidez.

- Es un placer conocerlos. - Finalizó Felix con una reverencia de 90°, aún más exagerada que las reverencias que le daba a Minho, cosa que hizo que el castaño se riera.

- Vamos a mi habitación antes de que mamá saque mis fotos de bebé. - Susurró el castaño menor en el oído de Felix, para después comenzar a caminar con la intención de que lo siguiera.

En ese momento Minho pensó en Felix, con lo poco que había visto sabía que era un chico amable y educado, y en ese entonces todos los rumores llegaron a su mente como si se tratara de destellos.

"Lee Felix es un adicto."

"Felix es un chico fácil."

"Se acuesta con la primer persona que ve."

"Creo que es gay, o lo parece."

"Ha estado con chicos."

"Le coquetea a todo el mundo."

Muchas, realmente, muchas personas hablaban de él, hasta su grupo de amigos habían hablado de él varias veces. El único además de él mismo que nunca había hablado mal de Felix era Hyunjin, ahora que lo pensaba, algo extraño ocurría con él.

- Sunbae, no quiero dar muchas vueltas con esto. Puedo darte dinero mensualmente para recompensar el daño de tu cámara, pero no tengo una fuente tan grande de dinero como para comprarte una, lo siento. - Habló Felix con tímidez, notó como jugaba con sus dedos.

¿Ese era el Lee Felix del que todos hablaban?

En serio no lo entendía.

-¿Sunbae?- Preguntó el menor con curiosidad al ver a Minho tan concentrado en sus pensamientos.

Felix observó la habitación con asombro, vio una cama de dos plazas con frasadas blancas y negras, las paredes eran grises y en ellas habían varios posters de algunas bandas que no conocía y algunas que si.

Sonrió al ver un gran poster, el más grande de todos, en el cabecero de la cama del mayor, un poster de los Red Hot Chilli Peppers.

-¿Qué has dicho? perdón, me distraje. -  Confesó Minho algo perdido, notando la mirada del menor en su poster. - Gran banda ¿no crees?-

Felix asintió y le sonrió con sinceridad, cerrando sus ojos de forma inconsciente. - Te había dicho que no puedo darte suficiente dinero como para que te puedas comprar una cámara, pero puedo darte dinero mensual. -

- Yo no quiero tu dinero Yongbok, estás aquí solo porque te pusiste caprichoso con querer darme el dinero pero no lo quiero. -

El menor lo miró con el ceño fruncido. -¿Entonces porque me hiciste venir si no vas a aceptar mi dinero?-

- Tengo una propuesta para ti, si la aceptas te quedas sin deudas y ya puedes sentirte en paz contigo mismo. - Habló Minho mirando con detalle las facciones de su compañero, notando su belleza natural y como el chico esperaba que terminara de hablar. - En la preparatoria habrá una exposición de arte dentro de unas semanas. Se mi modelo Felix, solo te pediré eso, no quiero dinero, solo, se mi modelo para esa exposición. Eres realmente bonito y seguro unas fotos tuyas se verían geniales allí.-

Felix lo miró algo atónito y con un leve sonrojo. - Yo... por mi está bien, pero eso no recupera tu cámara sunbae.-

- No, pero no tengo problemas en recuperar mi cámara así que si quieres hacer algo por mi, acepta. - Terminó de hablar Minho con una leve sonrisa que intentó ocultar.

- Está bien. - Soltó el menor al mismo tiempo que dejaba caer sus hombros, no supo en que momento se había puesto tenso.

La puerta se abrió y por ella se vio a la madre de Minho. - Bajen a comer, la comida está lista. -

Felix pensó que pasaría unos minutos en aquella casa y se largaría, pero no se negó cuando la mujer le ofreció el almuerzo, todos en esa casa eran muy agradables, ¿qué hay de malo con pasar más tiempo aquí?

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora