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Minho caminaba por el patio de su casa con tranquilidad, daba pasos cortos mientras miraba al piso y murmuraba palabras que solo él entendía.

Se estaba culpando a si mismo hace horas sin parar, realmente se estaba sintiendo muy culpable.

Quería salir de su casa y correr hacia el hogar de Felix, mirarlo, pedirle perdón, abrazarlo y olvidarse de aquella pelea pero sabía que era lo suficientemente cobarde para no animarse a hacerlo.

Y no era porque no quisiera pedirle perdón a Felix, era porque temía que no saliera como él quería.

Tenía la idea clara de que sería rechazado y que el menor terminaría la relación en cuanto lo vería, no quería cortar con él, era lo último que quería hacer en aquel momento.

Ya no iba a llorar y lamentarse sus errores, eso no iba a cambiar nada, ya había llorado todo lo que debía, ahora le tocaba confrontar a aquel rubio que había invadido su mente haciendo que se sintiera la peor mierda del mundo.

Suspiró y pegó su espalda a la pared blanca de su casa, cayendo en el pequeño piso que había antes del cesped, cerca de la puerta.

Cerró los ojos, últimamente no hacía nada más que pensar, llorar y quejarse, nunca se había comportado así.

-¿Hmm?

Levantó la mirada y se encontró con su madre mirándolo con una ceja alzada.

-¿Qué te pasa?- Preguntó la mujer con cierta curiosidad mientras se acercaba al menor y se agachaba, quedando a su misma altura.

- Ya sabes que es lo que me pasa.

-¿Estás así por Felix?

- Si, pero, tampoco es como que haya un gran cambio con lo que era mi vida unos días atrás, ¿sabes?- Acotó con la mirada baja nuevamente.

- Hace unos días te levantabas temprano por las mañanas para que salgamos a desayunar o nos hacías el desayuno a tu padre y a mi, aveces solíamos ir al parque que está cerca de aquí porque querías tomar fotos. Últimamente te despiertas a las once y te quedas todo el día dando vueltas en el patio, si que cambiaste un poquito, Minho.

El chico hizo un puchero que su madre notó y sonrió.

- Ve a pedirle perdón y ya.

- Va a cortar conmigo, no quiero confrontarlo.

La mujer frunció el ceño. -¿Y tu cómo sabes que va a cortar contigo? Ya lo hubiera hecho si es que quisiera eso, quizás solo quiere tiempo solo o algo así.

- Él no iba a cortar conmigo en ese momento, él no es así.

- No quiero empeorar la situación pero con todo lo que dijiste, si él quisiera terminar contigo ya lo hubiera hecho, por más que sea como sea.

Minho la miró y sonrió débilmente. -¿Gracias?

- No pierdes nada yendo a pedirle perdón, ve y hazlo, si no lo haces y terminan de mala manera luego vas a arrepentirte. - La mujer sonrió y su hijo se levantó del piso. -¿Irás ahora no?

- Iré a dormir una siesta. - Respondió con sencillez mientras caminaba hacia dentro de la casa, siendo frenado por su madre que tomó su brazo.

- Ve ahora, es temprano así que debe estar en su casa, no seas cobarde Lee Minho.

El menor alzó las cejas y abrió su boca en una perfecta "O" por unos segundos.

- No soy cobarde, tengo sueño.

- Te despertaste hace cuatro horas, ¡ve a su casa!

Minho frunció el ceño en una mueca graciosa que hizo reír a su madre, se veía tierno.

- Cuando lo veas se te va a ir el sueño así que mándale un mensaje por Kakao y dile si es que puedes ir a su casa, lo saludaras de manera formal, le pedirás perdón, si te rechaza vuelves y si todo sale bien me agradeceras, ¿bien?- Habló Haerin con una leve sonrisa mientras empujaba a su hijo con cuidado dentro de la casa.

-¡No quiero ir ahora!

- Mañana tampoco querrás y pasado mañana ya es lunes y tendrás más excusas aún así que mándale el maldito mensaje ya.

Minho sacó el celular de su bolsillo y comenzó a escribir el mensaje que su madre le había dicho bajo su mirada.

-"Lixie" junto a un corazón. - Murmuró Haerin en voz baja, era la manera en la que su hijo tenía agendado a Felix, lo que hizo que Minho enrojeciera al instante. - Es bonito.

-¿En serio tengo que ir a su casa?

- Ya le mandaste el mensaje, si lo borras demostraras tu cobardía, Lee.

La mujer alzó una ceja mientras sonreía viendo la mueca fastidiosa en el rostro del menor.

El celular del chico vibró y ambos miraron la pantalla con rapidez, leyendo "Puedes venir a mi casa, hyung." en el chat.

-¡Respondió rápido! aprovecha el momento y ve ahora mismo. - Exclamó su madre con una sonrisa contenta en el rostro. - Toma tus cosas y vete.

-¿Vas a echarme de casa?- Dramatizó Minho cubriendo su rostro con sus manos mientras fingía estar llorando.

-¡Ya!, en serio, ve rápido.

El castaño guardó su móvil en su bolsillo y tomó una chaqueta que había dejado en el sofá del living, se puso la prenda y suspiró.

Comenzó a caminar hacia la puerta principal con la mirada baja.

- Si sale mal y vuelvo llorando - Señalo a su madre. - tu me consolarás.

- Si si como tu digas. - La mujer restó importancia y empujó al contrario fuera de la casa con cuidado. - Espero que vuelvas mañana.

Minho reprimió una sonrisa. - Yo también espero eso.

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora