LIV

1K 124 5
                                    

Minho caminaba hacia la entrada de su hogar al mismo tiempo que tomaba la mano del chico a su lado y sacaba las llaves de su bolsillo.

—¿Estás seguro de sentirte cómodo aquí? si te incomoda podemos volver a tu casa, yo te acompaño.

—Minho, está bien, me gusta estar en tu casa.—Habló Felix con la voz calmada, observando como el mayor abría la puerta haciendo que pudiera el interior de la casa en ese momento.

Dio paso adentro y se quitó las zapatillas.

–Mi madre llegara más tard-

—¡Soonie!

El aún pequeño gato se acercó a Felix, frotándose contra sus piernas antes de que el chico lo tomara entre sus brazos para poder abrazarlo durante unos segundos con poca fuerza.

—Soonie te quiere más a ti que a mi, es injusto.— Se quejó Minho con un puchero en el rostro.

Felix le sonrió y dejó al pequeño animal en el piso antes de acercarse al castaño y besarlo con apuro, abriendo su boca para poder dar con la lengua del chico al instante.

No tardó en tomar la nuca de Minho para mantenerlo cerca mientras que sentía el agarre del contrario en su cintura.

Comenzaba a sentir las manos de Minho tocando su piel cuando el ruido de la puerta abriéndose lo aturdió, y aunque se hubieran separado como si sus cuerpos quemaran notaron la sonrisa en el rostro de la mujer que entraba a la casa, que claramente había visto la escena.

—¿No que venías a la noche hoy?— Cuestionó el castaño que se encontraba sonrojado mientras rascaba su oreja, totalmente avergonzado.

—¿Me estás echando de mi propia casa, Lee Minho?

—No, yo, solo— Tapó su rostro con sus manos haciendo que su madre riera en voz baja.

—La reunión con el cliente fue más corta de lo que esperaba y me cancelaron la segunda reunión así que vine más temprano —Dirigió su mirada al rubio que se encotraba al lado de su hijo igual o más sonrojado que él. —¡Hola!

Felix le regaló una reverencia y una sonrisa, no veía a la mujer hace no tantos días pero la había extraño de manera inevitable, Haerin se había vuelto una segunda madre para él.

—Minho me dijo que querías hablar conmigo respecto a la demanda, ¿te gustaría hablar ahora o prefieres hacerlo más tarde?

—Creo que sería mejor que hablemos ahora, ¿no tienes problema con eso?, digo por si tienes que hacer algo, no quiero molestar.

Haerin se acercó a él y despeinó levemente su cabello.—No tengo nada más que hacer, tranquilo. Sabes que no debes hablarme con tanto respeto, yo no tengo problemas con ello y ya nos conocemos hace bastante tiempo.— Felix asintió. —Bien, debes contarme todo lo que pasó a detalle y luego hablaré con tus padres respecto a esto ya que aún eres menor de edad, probablemente te pregunten si estás seguro y cómodo con tu decisión, si quieres esperar un poco más está bien, vamos a esperarte.

Los tres se acercaron a los sofás que habían en la sala, sentándose allí.

La mujer estaba apunto de preguntar si es que Felix se sentía bien con la presencia de Minho pero justo en ese momento vio como es que tomaba su mano con rapidez, entrelazando sus dedos.

—Cuentame que es lo que pasó hace unas semanas.

—Todo lo que pasó con Yoonoh hace un tiempo ya se lo conté antes. Luego de haber recibido la amenaza y que el chico publicara los vídeos hablé con un chico que dice que puede ayudarme con esto, Minho me dijo que va a ayudarme a contactarlo de nuevo. Se ve que por alguna razón Yoonoh y sus amigos se enteraron de que seguí hablando del tema por lo que a la salida de una fiesta persiguieron a un amigo mío, se llama Wooyoung, él me llamó para que pueda ayudarlo de alguna manera y fui a buscarlo.

Se quedó mirando al suelo por unos segundos, no iba a llorar, no iba a hacerlo, ya no tenía sentido seguir dedicándole sus lágrimas a esos tres chicos, no iba a seguir haciéndolo.

—Cuando llegué al lugar ellos me metieron en un callejón, tanto a Wooyoung como a mi nos pusieron mordazas y ataron nuestras manos. Yoonoh me susurró que nadie podía salvarme, me besó a la fuerza, manoseo mi cuerpo y dejó mi cuerpo al descubierto sin importarle si mi amigo estaba viendo que era lo que pasaba en ese momento. Eran tres chicos, uno de ellos era el que estaba detrás mío haciendo todo eso, otro estaba junto a Woo y el restante rompió una botella que estaba por ahí, pensé que usarían la botella para amenazarnos ya que todo indicaba que me harían daño de alguna manera, yo supuse que abusarían de mi otra vez pero no fue así, Yoonoh me dio tres puñaladas y huyó en cuanto perdí la conciencia, dejaron a Wooyoung atado y ya. Antes de ir allí hablé con Minho sobre eso y le mandé la ubicación, si no hubiera hecho eso probablemente las cosas hubieran terminado de otra manera.

Felix sonrió de manera forzada mientras miraba fijamente al piso y sentía las caricias de Minho sobre el dorso de su mano.

—¿Tienes algo que pueda ayudar como prueba?

—Wooyoung tiene a las personas que estaban en la fiesta para confirmar su validez y había cámaras en la casa, no sé si los chats cuentan, lo dudo. No tengo nada además de eso.

La sala quedó en silencio por unos segundos al mismo tiempo que Minho atraía a su novio en un abrazo. Felix no parecía para nada afectado aunque ambos ya sabían que no se sentía bien hablando de todo aquello, era en esos momentos donde sus ojos lo delataban. Tanto Haerin como Minho se habían puesto a pensar en la primera vez que vieron a Felix ya que sus ojos también estaban tan tristes como ahora, la diferencia con aquella vez era que finalmente sabían el por qué de su tristeza.

—¿Te das cuenta de lo admirable que es haber pasado por todo eso y seguir de pie? además todo sucedió en cuestión de unos pocos meses, aunque suene raro, te admiro, creo que yo no hubiera podido con todo eso, no quiero imaginar como te habrás sentido.

Felix aún aferrado al cuerpo del contrario le dirigió la mirada a la mujer y asintió.—Aún no me siento del todo bien, debería ir al psicólogo o al psiquiatra de nuevo, creo que me vendría bien algo de ayuda profesional, mi vida necesita algo de orden.

Haerin le sonrió con dulzura y se levantó del sofá donde se encontraba. —Voy a encargarme de buscar las cámaras de aquella fiesta y voy a hablar con tus padres, Felix. Los dejaré solos, tu padre viene a la noche y cenaremos kimbap.— Terminó de hablar dirigiéndose a Minho.

Finalmente la mujer caminó hacía las escaleras y subió al piso de arriba, probablemente hacia su habitación.

Mientras que en la planta baja ambos menores seguían totalmente pegados, Felix escondía su rostro en el cuello del mayor, inundando su olfato en aquella fragancia que era tan característica de Minho, al menos para él.

Y sinceramente, no tenía problemas en estar de aquella manera por lo que restara de su vida.

♡>

tardé mil años en actualizar, perdón :((

se me acumularon demasiadas tareas y tenía que hacerlas, claramente.

entre otras cosas vengo a hacer spam porque subí una nueva historiaa

bueno, en fin, tengan una bonita manaña/tarde/noche, ¡lxs quiero mucho!

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora