—¡Hyunjin! —exclamó Minho mientras miraba con los ojos entrecerrados al recién nombrado —. Se suponía que vendrías para poder hablar del regalo que le iba a preparar a Yongbok pero lo trajiste contigo.
El chico apoyado en el escritorio de aquella habitación alzó los hombros queriendo demostrar su desinterés. —Lo vi columpiandose en, valga la redundancia, un columpio que hay en el parque de aquí a dos cuadras. No podría haberlo ignorado cuando se ve claramente su malestar. —suspiró —. Además no es necesario que yo esté aquí para ayudarte con esa canción, tu puedes componer y hacer todo lo demás solo.
—No sé cómo hacer una canción, aquí el que sabe eres tú. ¿No es que ayudaste a tu hermana menor con las canciones en las que estaba trabajando?
Hyunjin pareció incomodarse repentinamente. —Sí, pero no es algo muy dificil. Ya te pasé un audio con lo que compuse con mi guitarra y dijiste que hiciste algunos cambios en la letra, ¿qué más necesitas?
—Quiero que quede perfecto antes de grabar la canción, ni siquiera tiene título, siento que faltan muchas cosas para hacer.
—Bien, me iré entonces. Cuando termines de hacer los arreglos a la letra y sientas que todo está bien arreglaremos lo que falte y luego te avisaré para que vengas a mi casa y podamos grabar. —Minhó asintió bajo la mirada del contrario. —Te dejo con el paquetito que te traje, nos vemos otro día.
Hyunjin se dejó de apoyar en el escritorio y caminó hacia fuera de la habitación siendo seguido por el mayor detrás suyo. Bajaron rápidamente las escaleras y Hyunjin salió de la casa con tranquilidad.
Minho se dirigió hacia el living y vio a Felix hablando junto a su madre. Se apoyó en el marco de la puerta hasta que unos segundos después el menor dio media vuelta y sus miradas chocaron.
Sonrió. —¿Quieres que subamos?
Felix asintió para luego levantarse de aquel sofá y seguir a Minho por las escaleras. Subió al piso siguiente y finalmente entró a la habitación del mayor en silencio.
—Yongbok-ah, ¿te sientes bien? —terminó por preguntar Minho cuando ambos ya se encontraron dentro de la habitación y el silencio reinó en el lugar, preocupándose de inmediato.
—Sí, estoy bien. Solo estoy algo cansado, anoche no pude dormir casi nada —respondió al mismo tiempo que se sentaba en la cama que había en la habitación. Sentía la mirada de Minho en él esperando a que siguiera hablando, por lo que lo hizo —. Discutí con mi madre y por culpa de eso mis padres terminaron peleandose, intenté ignorarlo pero no pude.
Minho se sentó a su lado y levantó cuidadosamente el mentón del contrario buscando verle el rostro de cerca. —Tus ojos están muy hinchados, ¿quieres que traiga unos hielos?
Negó. —No es necesario, mis ojos estarán bien luego. Agradezco la preocupación, Ho.
—No quiero recalcar nada pero en serio te ves muy cansado. Puedes dormir si quieres, no haré ruido. —habló Minho con la voz baja mientras acariciaba la mejilla del contrario con la yema de sus dedos, sonriendo al ver sus pecas.
—Quedaría realmente mal venir a tu casa sin avisar solo para dormir. De paso te pido disculpas por haber venido de la nada, Hyunjin hyung se fue y se que es por mi.
El mayor tomó la mano del contrario para comenzar a trazar líneas en la palma con la punta de su dedo, notando el poco color en su piel. —Se que estás muy cansado, y también se que tu intención no fue venir aquí sin avisar así que no pasa nada. No te preocupes por esto, puedes dormir tranquilo o hablarme si algo te inquieta. Estoy aquí para lo que necesites.
—Gracias por eso. Me gustaría poder aprovechar que estoy aquí para poder hacer algo juntos, digo, ya que no nos vemos desde hace unos días.
Minho asintió mientras levantaba la mirada. —Por mi está bien, ¿que quieres hacer?
—Me gustaría que sigamos leyendo Tomie, me quedé bastante embobado con las ilustraciones cuando comenzamos a leerlo. —propuso con una leve sonrisa.
Tras escuchar un bajo balbuceo vio a Minho levantarse de su asiento y dirigirse hacia el mueble al costado de su habitación donde tenía unos pocos libros y uno que otro manga, tomando Tomie con rapidez para volver a ir hacia la cama mirando al contrario. —¿Te gustan los dibujos de Ito?
—Sí. No lo conocía antes de ver Tomie en tu biblioteca pero ya estoy encantado, voy a comprar otras de sus obras cuando vaya a alguna tienda.
—Podríamos ir a comprar mangas y libros uno de estos días si es que quieres, o podemos ir a alguna cafetería bonita. —Minho observó al contrario asentir.
Se removió en su lugar. —Me gusta la idea.
—En el mientras tanto sigamos con esto —sacudió el manga en su mano y buscó el capítulo que habían terminado de leer hace unos días para dejarlo ahí y seguir leyendo, sintiendo como Felix apoyaba la cabeza en su hombro.
Y así pasaron el tiempo mientras pasaban las páginas cuando terminaban de leer, alcanzando a leer dos capítulos en cuanto Minho escuchó una pesada respiración a su lado y observó al menor.
Estaba dormido.
Sonrió y enredezó su cabeza con cuidado, terminando por apoyarlo en la cama con delicadeza, sin querer despertarlo. Acomodó una almohada bajo su cabeza y lo cubrió con algunas mantas.
Vio al chico haciéndose un bollito de costado y decidió apagar la luz para luego cerrar la puerta y salir de allí, bajando las escaleras con prisa.
Se dirigió a la cocina con el objetivo de tomarse un café, puso a hervir un poco de agua y se quedó dando vueltas en silencio.
Entró al living y se sentó en uno de los sofá de allí, acompañando a su madre. —¿Quieres que te prepare algo para beber?
Haerin levantó la mirada y asintió. —Hazme un té si no es mucho pedir —la mujer pareció buscar algo en la habitación, frunció el ceño —. ¿Felix se fue?
—No. Se quedó dormido y preferí no despertarlo, está en mi habitación.
—¿Hablaste con él? se veía algo decaído cuando llegó. Me imagino que debe sentirse realmente mal ser rechazado por tu madre. No sé cómo hay personas tan crueles. —habló mientras cerraba el libro en su mano para apoyarlo a su costado.
—Prefiero no hablar de lo que pasó hasta que él me lo diga, no quiero que se sienta presionado —suspiró con cansancio —. Voy a fijarme si hirvió el agua.
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bad reputation» minlix
FanfictionFelix tenía mala reputación. Su presencia era cuestión de revuelo y su vida era un tema de conversación común y corriente en los pasillos de su escuela. Sus gustos eran conocidos por todos, nadie tenía una buena idea sobre él excepto quiénes realmen...