XLIII

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Se escucharon unos toques en la puerta de la habitación de Felix.

- Hijo, ¿puedo pasar?- La voz de su padre se escuchó del otro lado de la puerta haciendo que se sobresaltara.

- Pasa.

El hombre entró en silencio, caminó hasta la cama del menor donde se sentó a un costado.

Tenía una leve sonrisa en su rostro, sus mejillas dejaban ver un bonito par de hoyuelos que hicieron su hijo sonriera igualmente, eran muy tiernos.

- Quiero hablar contigo, no pienses que estoy enojado o algo así, solo quiero tener una charla padre e hijo, ¿si?-

Felix frunció el ceño, estaba confundido, ¿por qué su padre venía a hablarle de la nada?

-¿Qué es lo qué sucede? ¿Hice algo malo?- Preguntó con rapidez mientras miraba a los ojos al mayor notando su mirada profunda y oscura.

- No hiciste nada malo, solo quiero charlar contigo. - Comenzó a hablar mientras tomaba las manos de su hijo y las encerraba entre las suyas con cuidado. - Ya tienes dieciséis años, se que eres un chico dependiente que ya cuenta con una vida propia pero no creo que eso tenga mucho que ver con el distanciamiento con tu familia. Se que tu madre y yo nos hemos estado distanciando bastante de ti y no me gusta que las cosas sean así, quiero que nos tengas confianza y que nos cuentes si te sucede cualquier cosa.

El menor lo miró. -¿A dónde quieres llegar?

- Se que Minho y tu están en una relación, Felix.

Todo pareció frenarse en aquel momento, el corazón del chico dejo de latir por unos segundos y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Lo había arruinado.

Mierda, mierda, mierda, Lee Yongbok eres un idiota.

Su padre lo miró y acarició sus manos con delicadeza.

Tenía miedo.

Su corazón se había acelerado, lo último que quería era que le privaran ver a Minho en este momento.

Necesitaba verlo, necesitaba tenerlo con él, no podían hacerle nada.

No iba a llorar, ya se había cansado de llorar, pero igualmente estaba temblando y su padre lo notó.

-¿Qué sucede?- El mayor lo atrajo hacia él con cuidado. -¿Por qué te pusiste así?

-¿Vas a decirme que es algo anormal y que debo terminar con él?- Preguntó Felix con un notable temor y la voz débil.

- Claro que no, ¿por qué te diría eso?- Habló el mayor con la voz calma al mismo tiempo que acariciaba la mejilla del más pequeño.

- Mamá y tu nunca han estado de acuerdo con las relaciones así, siempre pensé que se lo iban a tomar mal.

- Yo nunca he dicho nada con respecto a esto, Felix, y aunque fuera algo con lo que yo no estuviera de acuerdo no voy a insultarte o hacer algo impulsivo nunca. Perdón si te hice pensar algo así de mi, en serio, quiero que confíes en mi. - Terminó de hablar el mayor antes de dejar un rápido beso en la sien del contrario.

-¿No estás enojado conmigo?

El mayor le sonrió con dulzura haciendo que sus ojos casi se cerraran. - No tengo por qué estar enojado contigo, no es algo por lo que debería enojarme. No esperaba que lo tomaras de esta manera, no quiero que llores, ya te he visto llorar mucho en el último tiempo.

- Me he vuelto un niño llorón. - Felix rió.

Se escucharon las débiles risas del menor en la habitación hasta que el mayor volvió a hablar. - Entonces... ¿te sientes bien?

- Si, solo me asuste por un momento. - Le sonrió a su padre con cariño. - Ahora se que no tendré problemas contigo, pero con mamá es distinto, ella no lo aceptara.

- Se que tu madre te ama mucho y quiere lo mejor para ti pero tiene la mente muy cerrada, ella está muy apegada a la religión y eso cambió su manera de ver las cosas, es razonable pero no lo justifica. - El mayor suspiró. -¿Quieres decirle o prefieres no decirselo?

- Se lo tomará mal y no se que medidas querrá tomar si se lo digo. - Quedó en silencio por unos segundos. - Además no estoy saliendo con un chico porque si, se que soy gay hace ya mucho tiempo y eso empeorará la situación, prefiero no decirle nada por ahora... por cierto, ¿tu cómo sabes que Minho y yo somos algo?

- El día que entré a la casa y ustedes estaban a punto de besarse sospeché, luego él nos habló de ti con mucho cariño en el hospital por lo que saqué conclusiones, y terminé por confirmarlo ayer cuando subí para avisarles que sus padres se quedarían a comer pero los vi en una situación bastante comprometedora.

Felix se sonrojó y bajó la mirada con una notable vergüenza.

- Él parece ser una persona muy dulce y debe serlo aún más contigo, se ven lindos juntos.

-¡Papá!- Terminó por exclamar el menor que tapaba su rostro con sus manos. - Me avergüenza.

El mayor rió y soltó al menor, dejando de abrazarlo.

- Sabes que puedes contar conmigo para cualquier cosa que quieras decir, ¿si?, te quiero mucho. - El hombre dejó un beso en la frente de su hijo. - Tu madre y yo iremos a trabajar, ¿estarás bien solo?

- En realidad... ayer Minho y yo arreglamos vernos cada vez que ustedes se fueran a trabajar pero veo que no debo mantenerlo en secreto ahora, no estaré solo.

El hombre asintió en silencio. - Nos vemos más tarde pequeño, te quiero. - Terminó de hablar con una sonrisa en el rostro mientras caminaba hacia la puerta y salía por esta, dejando a su hijo con una bonita sonrisa en el rostro.

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falta poquito para que el ff termine, no sé qué voy a hacer cuando no deba seguir actualizando.

me encariñé mucho con los personajes   :(.

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora