XII

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Era miércoles nuevamente y Felix caminaba por los pasillos de la preparatoria como hacía todos los días, tenía el ánimo por el piso y no quería hablar ni relacionarse con nadie, no había una razón, solo se había despertado sintiendo muy cansado y decaído.

Caminó hasta su casillero con la mirada perdida en la cerámica del piso, estuvo lo suficientemente concentrado con eso hasta que los murmullos lo sacaron de sus pensamientos.

Decidió ignorarlos como de costumbre, apenas abrió su casillero un papel salió de este. Nadie le dejaba cartas de esa manera desde que era un niño así que la tomó en el aire antes de que cayera y se apresuro a leer lo que estaba escrito.

"Espero que no se te ocurra decir nada sobre lo que pasó en la fiesta, o estarás jodido."

Claramente no tenía firma ni nada.

Dobló el papel en sus manos y lo guardo en su mochila, realmente no entendía lo que estaba pasando.

¿Qué mierda había pasado en aquella fiesta y por qué todo lo malo que le estaba pasando era relacionado a eso?

No lo sabía.

Una vez sacó los libros que usaría en su próxima clase cerró el casillero con rapidez y comenzó a caminar hacia el aula donde tendría su próxima clase.

Todos los días en el último tiempo los murmullos a su alrededor estaban atormentandolo, no se detenía a escucharlos porque escuchaba su nombre en todos lados y ya sabía de que hablaban.

Diferenciaba las mismas palabras siempre entre aquel insoportable sonido.

Adicto.

Chico fácil.

Entregado.

Escuchar aquellos murmullos todo el tiempo se estaba volviendo insoportable, quería tapar sus oídos y no volver a destaparlos nunca porque pensaba que podía enloquecer.

Caminó por los pasillos con rapidez hasta que se cruzó con la mirada de Yoonoh y sus dos amigos, un recuerdo borroso llego a su memoria.

Recordaba a ese castaño saludandolo con ánimos, luego le entregaba una bebida y luego estaba besandolo.

Era tan borroso que no lograba distinguir lo que había pasado y lo que era producto de su imaginación, lo último que recordaba era a el mismo tirado en una cama que no era la suya y que su cuerpo no respondía.

Sacudió su cabeza intentado lograr que aquellos recuerdos lo abandonaran, no sabía porque pero se sentían mal, cada vez que pensaba en aquello un nudo se formaba en su garganta por lo que solo lo ignoró y siguió caminando.

Una muy feliz Dahyun apareció en su vista sonriendole como de costumbre.

Ella le estuvo haciendo mucha falta en su vida y recien se daba cuenta por lo que lo primero que hizo fue abrazarla con fuerza, como si así todo se solucionara, o como si nada hubiera pasado.

La chica no se había negado, al contrario, lo había correspondido al mismo tiempo que escuchaba más murmullos a su alrededor, en ese momento quiso llorar.

- Tienes muchas marcas en tu cuello, Fe. - Le susurró su amiga en su oído al mismo tiempo que tomaba el cuello de su camiseta para acomodarselo y que no se notara tanto. - No las había visto cuando fui a tu casa el lunes, que raro. -

El menor la observó con miedo. - En realidad, yo las tape cuando tu viniste, pero hoy olvidé hacerlo, mierda. - Respondió Felix con su mirada perdida, asustando a la mayor.

-¿Quieres hablarme de algo?- Preguntó Dahyun ya sabiendo la respuesta, por lo que apenas el rubio asintió, tomó su mano y lo llevó hasta el patio. Todavía faltaba mucho para que las clases empezaran así que podrían charlar.

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora