LXV

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No podía creer que se encontrara allí finalmente.

Estaba sentado junto a Haerin con la cabeza cabizbaja mientras esperaba la entrada de la jueza a la sala. Había visto a Minho unos minutos atrás y había logrado calmarse considerablemente, aunque seguía notablemente alterado.

—Sabes que puedes retirarte si no te sientes bien Yongbok. Se que estás nervioso y tus ojos están llorosos, te recomiendo que te marches cuando la jueza te lo permita. —Habló Haerin en voz baja mientras acariciaba con cuidado la mano del menor bajo la mesa en frente de ambos.

—No debería irme. Luego de todo lo que me costo decidir hacer la denuncia no creo tener que irme.

—Eso no tiene nada que ver, tú estás sintiendote muy indefenso y yo no quiero que sufras porque esto puede volverse largo, la decisión queda en ti.

La secretaria de sala entró con la frente en alto y no tardó en alzar la voz. —¡Se ponen de pie para recibir a la señora jueza!

Al instante todos se pararon y la aclamada señora jueza entro a la sala con tranquilidad haciendo que sus nervios aumentaran aun más.

En cuanto la mujer se sentó en su respectivo asiento  elevado la secretaria volvió a hablar. —Señora jueza, tenemos el caso del estado en contra de Lee Jeno, Jung Yoonoh y Lee Taeyong por violación, difusión de imágenes sin autorización y tentativa de homicidio.

La jueza atenta a todo el panorama a su alrededor asintió.—Abierta la sesión. Señor fiscal, fuera tan amable de presentarse a esta corte y presentar a la persona a su lado.

—Song Haerin representando a Lee Yongbok, su señoría.

La mujer miró al menor. —De acuerdo con la ley no tiene usted obligación de estar presente en esta sala de juicio delante de las personas que están acusadas como sus agresores, ¿prefiere usted retirarse y que se le tomen sus declaraciones por separado?

Felix quedó con la boca levemente abierta mientras miraba fijamente a la jueza, ¿debía irse?

Aquella voz en su interior le repetía una y otra vez que quedarse solo haría que se pusiera a llorar sabiendo que debía testificar, no quería pasar por aquella situación, mucho menos ahora que tenía a aquellos tres chicos a menos de cinco metros de distancia.

—Sí, su señoría.

La mujer asintió en silencio desde su asiento. —Dando uso a su derecho puede retirarse de la sala.

Yongbok se levantó de su silla con la mirada baja intentado no mirar a nadie mientras le daba una reverencia de 90° a la jueza, para luego seguir caminando por el medio de la sala con miedo, casi que temblaba.

Salió por la puerta al fondo de la sala y suspiró dirigiéndose lo más afuera que pudo obviamente sin irse del establecimiento. No caminó mucho más antes de llegar a la entrada y encontrar a Minho apoyado a una pared, era el único allí.

En cuanto el contrario le devolvió la mirada no dudó en dirigirse hacia él y abrazarlo, aferrandose a su cuerpo con tanta fuerza como pudo.

No entendía el por qué pero se sentía tan indefenso como nunca, sentía que no podía hacer nada. El futuro de aquellos tres chicos dentro de la sala que acababa de abandonar estaba en manos de muchas personas pero no en las suyas y eso lo traía bastante nervioso.

Minho pasó sus brazos por detrás de la cintura del menor decidido a no soltarlo hasta que Felix quisiera, se veía demasiado preocupado y afectado.

Dentro de la sala el juicio seguía y la jueza hablaba. —Señor defensor, fuera tan amable de presentar a esta corte.

—Sí su señoría, Choi Seungwoo defensor particular de los acusados Lee Jeno, Lee Taeyong y Jung Yoonoh. —Mientras los nombraba cada uno se paraba para darle una reverencia a la jueza y luego volver a sentarse.

—Señora fiscal, fuera tan amable de presentar a esta corte su alegato de apertura. —Pidió la mujer con la mirada en Haerin, daba cierto miedo.

—Su señoría. Hoy presento ante usted un caso que además de violento lastima la integridad de la sociedad. Un joven de dieciséis años que asistió a una reunión y que fue brutalmente atacado y abusado por tres de sus compañeros de preparatoria. Pediré al finalizar que sea implacable con su fallo y que condene lo que hoy claramente vamos a demostrar, muchas gracias.

La jueza sin decir palabra alguna dirigió su mirada a Seungwoo. —Señor fiscal, ¿está usted listo para su alegato de apertura?

—Sí, su señoría. Lo que hemos escuchado es una versión falaz por parte de la fiscalía que pretende imputarle hechos a los acusados que represento los cuales de ninguna manera violentaron a la víctima, no negamos que hayan tenido relaciones sexuales con él pero lo tuvieron de una manera consensuada y a petición expresa de él. Escucharemos en esta audiencia diversas pruebas que nos presentara la fiscalía pero ninguna tendrá la contundencia para derribar la presunción de inocencia que constitucionalmente se debe observar a favor de los acusados, esto fue unicamente un malentendido.

Tras mucho tiempo y un gran desfile de testigos por la sala el juicio se llevo a cabo.

En cuanto el tiempo pasó y todo terminó todos quedaron reunidos en la entrada del establecimiento hablando mientras esperaban a que Felix fuera a dar su declaración.

En ese punto Yongbok ni siquiera tenía en cuenta que debía mantener cierta distancia con Minho ya que su madre estaba ahí, no le importaba, se había pegado al castaño sin cuidado alguno.

Claramente estaba consciente de la presencia de su madre allí pero en ese momento no parecía importar que ella supiera de su relación, no intentó disimular cuando tomó la mano de Minho ni cuando oculto su rostro en su cuello. Quizás estaría en un problema cuando llegara a su casa pero parecía algo sin relevancia.

Se quedó de aquella manera hasta que fue llamado y le tocó volver a la sala.

No tenía en cuenta que su madre tenía la mirada clavada en Minho.

bad reputation» minlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora