bad reputation» minlix

VII

Luego de unas aproximadas dos horas ambos salieron del hospital con la mirada perdida en las baldosas por las que caminaban.

-¿Por qué saliste con tanta cara de asustado?- Preguntó Wooyoung, interrumpiendo el incómodo silencio que se había formado unos minutos atrás. -¿Qué te ha dicho?-

Felix suspiró y tomó sus propias manos,  jugando con sus dedos. - Claramente se dio cuenta de todas las marcas en mi cuerpo y me preguntó por la situación, me hizo muchas preguntas respecto a mi vida, si sufría violencia o algo así. Cuando le expliqué que no recordaba nada me dijo que iría a buscar el examen de sangre que me hicieron en cuanto ya esté listo para saber si hay algo extraño, si lo hay me llamaran para que vuelva... al menos tengo un peso menos. -

El mayor pasó su brazo derecho por encima de los hombros de Felix. - Entonces no te preocupes más por eso, si es que detectan altos grados de alcohol en tu cuerpo sabremos que te caiste por las escaleras en tu borrachera o algo así. Quedate tranquilo, estoy contigo en esto.- Terminó de hablar Wooyoung con una cálida sonrisa en su rostro.

- Cuando lleguemos a mi casa, ¿quieres quedarte a almorzar?, mis padres están preguntando por ti, ya eres como un hijo más para ellos, te adoran. -

-¿Me seguirán adorando si les digo que soy gay y cada vez que ellos salen de su casa me quedo con su querido hijo a fumar?- Preguntó nuevamente el mayor con un tono burlón sabiendo que la respuesta desataría un gran caos del que ninguno podría escapar.

- Ellos piensan que Dahyun es mi novia. - Respondió Felix para luego soltar una carcajada. - Todos sabemos que a Dahyun no le gustan los chicos, pero una vez me vieron demasiado cerca de ella y desde entonces no dejan de preguntar cuando traeré a mi novia a cenar con ellos. -

- Por cierto, ella ya volvió de su viaje hoy, mañana volverá a ir a la escuela, ¿deberíamos ir a molestarla a su casa o dejar que descanse?-

Ambos se miraron con una mirada cómplice para luego reirse.

- Si ella hubiera estado aquí no hubiera dejado que vayas a la fiesta tu solo, la extraño. - Volvió a hablar el mayor con un pequeño puchero en su rostro mientras pensaba en silencio. - Mañana es lunes y tus padres no estarán en todo el día, deberíamos darle una bienvenida digna de recordar, ¿no?-

Felix lo miró con asombro para luego sonreirle. - Eso no se pregunta, hyung. -

Hubo un largo silencio luego de haber dicho aquellas ultimas palabras, permanecieron de igual manera hasta que llegaron a la casa del menor, siendo recibidos por sus padres.

- Tanto tiempo Wooyoung, hace mucho que no te veíamos pequeñin. - Saludó aquel alto hombre rubio, el padre de Felix. Lee Junghoon.

- Me encantaría poder entablar una conversación contigo pero hay una niña esperándolos en tu cuarto, Felix. Es un gusto volver a verte, Wooyoung. - Habló la mujer entregandole una sonrisa amable al chico al que le dirigía sus palabras.

Ambos se miraron al mismo tiempo con confusión mientras que comenzaban a caminar con lentitud.

- Es la chica que vino una vez a casa, creo que su nombre era... ¿Dahyun?-

En ese preciso momento ambos salieron corriendo, subiendo las escaleras con rapidez para luego abrir la puerta de la habitación del menor y ver a una chica sentada en aquella cama con una sonrisa en su rostro.

Al instante ambos chicos se acercaron con ansias y finalmente quedaron los tres abrazados entre varios chillidos algo extraños.

- Los extrañe. - Murmuró Dahyun para después separarse del abrazo y sonreirles a sus amigos que la observaban. - Pasar dos semanas en la casa de mi abuela se vuelve aburrido en cuanto no tengo a mis dos pequeñitos junto a mi.-

- No somos pequeñitos, tu eres pequeñita, deberías crecer más. - Respondió Wooyoung intentando disimular su sonrisa. - Eres muy bajita. Tu amiga, aquella extranjera, Tzuyu, es más pequeña que tu en edad pero tiene más estatura, ¿por qué? porque eres pequeñita. -

- Ajá, y ustedes son super altos, ¿verdad?, también son pequeños, y aún más importante ustedes son mis pequeños. - Terminó de hablar la castaña para luego soltar una carcajada alegre.

A los pocos segundos se escucharon unos golpes en la puerta de la habitación del menor de los tres. - La comida está lista, bajen a almorzar. -