Elizabeth.
Mientras ella me curaba los rasguños de su gata endemoniada con el mayor detalle del mundo, comienza a llover a cántaros. Una vez termina me trae una taza de chocolate caliente, ambas estamos sobre el sofá gris a una distancia considerable, ninguna de las dos dice nada y para ser sincera solo tenerla cerca me hace sentir alivio, me gustaría que esta taza de chocolate fuera infinita para poder disfrutar de este momento por siempre, el sonido fuerte de la lluvia, los truenos, incluso los maullidos de la gata del demonio tenían cierto encanto ahora.
—¿Sol nunca se calla? —pregunto observando al animal restregando su cuerpo contra la pierna de Becca.
—Luna maúlla bastante —responde acariciando a su gata. Me aseguro de guardar este recuerdo en mi memoria.
Me intento acercar al animal quién se pone a la defensiva mostrando sus colmillitos.
—Deberías enseñarle a ser más amistosa —digo aprovechando para cortar la distancia.
—Solo no te conoce.
—Pues entonces tendré que venir más seguido, lo que sea por el bien de Sol.
—Empieza por llamarla Luna.
—Sol le va mejor, caliente como el infierno.
—¿Te pido un taxi o esperas a que pare la lluvia? —pregunta levantándose.
—Esperaré —la reto a una guerra de miradas.
—Te llaman —comenta después de un rato.
Saco mi celular sin dejar de mirarla porque no quiero perder, ella baja la mirada a mi celular y tras unos segundos se marcha con una pizca de molestia en sus ojos. La entiendo al leer "Edward" en la pantalla.
Puede sonar imposible incluso para mí, pero preferiría mil veces haber leído "Zeus" en la pantalla.
Apago mi celular y lo dejo sobre la mesa, voy detrás de Becca que está en la cocina lavando las tazas.
—Gracias por el chocolate, estaba delicioso.
—Ok.
Genial, volvemos al inicio, ha colocado un muro entre nosotras.
—Ka y yo nos mudamos a un pequeño departamento, pero de todas maneras todas mis ganancias irán para ti.
—Ok —termina de acomodar las tazas y se dirige a su sala de estudio.
—Así que podrás volver a tu vida normal antes de conocerme —le digo mientras la sigo, ella toma un libro de la estantería y se sienta en su sillón rojo— claro que cualquier cosa que necesites voy a estar aquí para ti solo necesitas pedirlo y eso es todo.
—Necesito que me dejes leer.
—Vale —susurro.
—Cierra la puerta al salir
Una llamada de él fue suficiente para joder las cosas. Una estúpida llamada. Me refugio acostada sobre el sofá viendo muñecos animados en el televisor, abrazada a una almohada. No sé cómo arreglar esto, no sé cómo derrumbar el muro que ha reconstruido, sé que debo darle espacio pero me está matando. No sé qué hacer. Por favor, Dios, sé que no te pido muchas cosas, pero podrías por favor dame una señal de lo que debería hacer, si debería rendirme o...
La tele se apaga sin que nadie la toque al igual que todas las luces de la casa. No hay energía. Sonrío al recibir una respuesta.
—¿Qué significa? —pregunto en voz alta— ¿No podías ser más explícito? Maldición, perdón... quiero decir ¿Bendición?
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Hasta el fin del mundo.
RandomLa vida de Elizabeth está a punto de cambiar para siempre, ha vivido su corta vida huyendo de los demonios que persiguen a su familia, falta de dinero, adicciones, violencia y enfermedades. Elizabeth Monserrat termina viviendo junto a la chica más e...