Capítulo 29

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Elizabeth.

Mi cuñada y su prometido han decidido cambiar los planes por completo, pasaremos año nuevo en un lujoso hotel de la ciudad, todos estamos en un nuevo camino de nuestras vidas, mi único problema es que no tengo nada a la altura de ese hotel, cuando Ka y yo íbamos a eventos así era Santi el que se ocupaba de la ropa, ahora que él no está no hay nadie más. Becca ni siquiera es una opción, después de todo lo que hace por nosotras y... Al final del túnel vi la luz. Lo entendí todo ¡Exacto! Esto es claramente lo que ella quería evitar, que me cohibiera de pedirle ayuda si la necesitaba, ¿qué hubiera pensado si fuéramos pareja? Y todo tuvo sentido, me hubiera sentido peor y hubiese terminado desahogándome con ella.

—Ka —la llamo y salgo a buscarla.

—No tengo ni la menor idea —me responde sin que le haya preguntado, empiezo a pensar que soy predecible.

—¿Qué haremos? —pregunto tomando asiento.

—No iré, voy a pasar el día con mi madre.

—¡Ka! —digo escondiendo mi cabeza entre mis manos— ¡Ayúdame! Estoy perdida, no puedo presentarme así en su casa y menos cuando Gia irá despampanante.

—¿Quién es Gia? ¿Sabes qué? No me interesa —responde— Puedes usar mis ahorros y comprarte algo lindo.

—¿¡De verdad!?

—Sí, iba a usarlos para visitar a mi madre.

—Joder, te amo —me levanto a dejar un sonoro beso en su mejilla

—Y yo a ti.

—Por si te aburres de tanta extravagancia, estaremos viendo el espectáculo de pirotecnia desde la plaza.

—¿Segura que no quieres venir?

—Quiero tener más tiempo a solas con mi madre.

—Vale. ¡Feliz año, adelantado! Te llamaré a las 12 en punto.

—De acuerdo —nos abrazamos muy fuerte, me despido de Jannet y voy directo a una tienda lujosa y barata, la cual no existe. Después de pasar un par de horas de almacén en almacén recibo una llamada de Natalia ¿por qué me está llamado?

—Hola, ¿qué tal? —saludo.

—Elizabeth ¿no? Mi hermana me ha dicho que prefieres ese nombre.

—Sí —respondo más tranquila— El Alejandra no me va bien.

—Ya veo. ¿Tienes algo para ponerte esta noche?

—Sí, claro —miento.

—¡Estupendo! Pasaré por ti en una hora, hice una reservación en el spa del hotel ¡te va a encantar!

Me pregunto ¿cómo voy a estar lista en una hora?— ¿Elizabeth?

—Sí, sí, aquí estoy. Vale, está bien —digo queriendo decir todo lo contrario.

—Nos vemos después.

¿Qué cojones he hecho?

Lo malo es que elegí un vestido tan de baja calidad que hasta yo podía darme cuenta, lo bueno es que llegué a tiempo a casa para cuando llegó Natalia.

Si a estar a tiempo te refieres a llegar 2 segundos antes de que ella se estacionara, sí llegaste a tiempo.

Llegué antes que ella y eso es a tiempo.

Cuando Natalia dijo que había hecho una reservación pensé que lo había hecho para todas, me equivoqué, no había rastro de Becca por ninguna parte, era una tarde de chicas de mi cuñada y yo.

Hasta el fin del mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora