Rebecca.
9:45
El timbre de la casa suena, dejo mi trabajo en el computador y me acerco a abrir la puerta. Un oso de color azul es lo primero que veo, Zeus baja el oso de peluche y me sonríe, una canasta que cuelga de su mano libre llama mi atención, tiene un par de jugos de naranjas, frutas, pequeños cupcakes, rollos de canela y un globo en forma de corazón que cuelga de ella.
—¡Buen día, Becky! —me saluda besando mi mejilla.
—Hola, ¿por qué traes todo esto? —me hago a un lado para que pueda pasar.
—¿Qué? ¿No puedo sorprenderte con un espléndido desayuno y un osito de peluche? —pregunta haciendo pucheros— Toma.
Zeus me entrega una tarjeta y me guiña el ojo. Leo el mensaje escrito en ella.
Buenos días, hermosa.
Hoy será un día que no vas a olvidar, así que me dije a mí misma ¿por qué no traumatizarte con la estupidez HERMOSURA de Zeus? Vale, la verdad, estoy algo ocupada, así que disfruta de tu desayuno con tu mejor amigo (gruñonsito)... ah casi lo olvido y con Zeus.
—¿Hermosura? —me río, Zeus rueda los ojos. Me hace gracia el mensaje de Elizabeth y también que Zeus haya querido cambiar el mensaje original.
—¿Tu novia cuando dejará de tirarme odio? ¡Estoy madrugando por ella y así me paga!
—Son casi las 10.
—No estás teniendo en cuenta que es sábado —alega él organizando las cosas de la canasta— Mejor vamos a comer que me muero de hambre.
El mensaje de Elizabeth me hizo caer en cuenta de que Zeus en realidad se había convertido en mi mejor amigo y no me había dado cuenta hasta ahora, pasar tiempo con él es agradable, es gracioso y siempre ha estado ahí para mí aunque en algún momento malinterpretó la situación, ha sido un buen amigo. Si pienso en que estas son las últimas horas que pasaré siendo algo más que la amiga de Elizabeth, no puedo evitar pensar en que estoy perdiendo el tiempo, me habría encantado estar con ella ahora y por las siguientes 17 horas y 30 minutos.
—¿Adónde me llevas? —le pregunto por tercera vez a Zeus— El viaje en moto no fue nada agradable —me quejo.
—Es una sorpresa, Becky.
—Odio las sorpresas.
—No —responde Zeus sonriente— Odias no tener el control.
No discutiré con él porque tiene razón, caminar por el centro comercial empieza a parecerme agotador, miro mi celular buscando algún mensaje de Elizabeth, no tengo ninguno.
—¡Llegamos! —Zeus me señala un local frente a nosotros— Es aquí cuando finges estar sorprendida —murmura Zeus— Le dije a Liza que esto sería una pésima idea y ella insistió, definitivamente lo que tiene de linda le falta de cerebro.
Me quedo observando la librería frente a nosotros. Absolutamente todos los libros que he leído son porque estaban en la biblioteca del colegio o porque estaban en la estantería de la casa, jamás he pisado una librería y comprado un libro.
—Es fabuloso.
—¿De verdad? —pregunta Zeus, asiento con la cabeza— Vaya, Liza no es tan cabeza hueca... Tenemos 4 bonos para libros, así que, adelante.
Llego a un límite en el que jamás en mi vida pensaba llegar, el límite en el que prefiero estar con Elizabeth a estar buscando nuevos universos en la librería ¿Hasta qué punto he llegado? ¿Hasta dónde llegaré? ¿Me estoy volviendo dependiente de ella? Rayos, no tengo las respuestas, puede que sea una consecuencia de haber aceptado su absurdo trato de 24 horas, la restricción de tiempo me tiene mal ¿Qué pasará después de que termine el tiempo? Sé que no voy a cambiar mi decisión, hice mi lista de pros y contras, todo estuvo muy parejo así que tuve que organizar mis prioridades, y en primer lugar la puse a ella, nuestra relación (la cual no tiene un nombre) quedó en segundo plano. Elizabeth no iba a aceptar que siguiéramos juntas y que al mismo tiempo yo la apoyara, quizás por orgullo o quizás porque no quería que en alguna pequeña discusión la terminara echando... ¿cómo podría pensar eso? No la volvería a echar nunca, además no dudé en ofrecerle ayuda en cuanto Ka me lo pidió incluso cuando estaba tan molesta y decepcionada que no podía verla a la cara. No puedo culparla por considerarlo, cometí ese error antes, ¿hasta cuándo deberé pagar las consecuencias de ese error?
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Hasta el fin del mundo.
RandomLa vida de Elizabeth está a punto de cambiar para siempre, ha vivido su corta vida huyendo de los demonios que persiguen a su familia, falta de dinero, adicciones, violencia y enfermedades. Elizabeth Monserrat termina viviendo junto a la chica más e...