Pansy:
Pff. Yo no tengo miedo.
Solo los débiles tienen mied...
¡Aaaaah! ¡Agh! ¡Me cago en...!
Borren esto,
me niego a que este sea el título.
¿Nunca les ha sucedido que sienten que alguien los observa, pero cuando se dan la vuelta, nadie los está mirando? Pansy estaba viviendo algo como eso. Hace semanas que le sucede. Sí es cierto que los primeros días de clases fue el foco de muchas miradas curiosas por todos los extraños acontecimientos alrededor del apellido Parkinson, pero las cosas se habían calmado a esta altura del año. Además, antes sentía que grupos de gente la miraban, como si fuera un animal de circo, ahora... solo uno. Mientras pasea por los pasillos a veces siente que ese alguien se detuvo a observarla. Cuando está en clase se siente vigilada (que dentro de todo era normal ya que le suelen hacer bromas pesadas), pero esto era de forma particular, ya que grupos de Slytherin la miran por momentos, y por otros solo ese alguien. O incluso ahora mismo, en el Gran Comedor, mientras todos los alumnos cenaban juntos, alguien la estaba mirando, lo apostaba, ¿pero quién era?
Con bronca mordió su pastel, que estaba decorado con un dibujo de calavera, y registró por quinta vez el Gran Comedor. Esa noche era Halloween, así que además de toparse con diferentes rostros, también encontraba calabazas flotantes con rostros siniestros. Muchas de ellas tenían sus ojos, si así se podía llamar a esos huecos, fijos en Pansy. La Slytherin se tuvo que recordar a sí misma que aunque muchas cosas en el mundo mágico tenían vida (como el Sombrero Seleccionador) esas calabazas estaban inanimadas.
Unas carcajadas ajenas la obligaron a agudizar el oído. Se trataba de risas maliciosas, eso despertó su curiosidad. Sonrío por la coincidencia, era el día ideal para reír de forma cruel. ¿De qué cosa prohibida estarían hablando?
—Tracey Davis es hermosa —dijo un muchacho.
Pansy no lo conocía más que de cara, de cruzarlo en la Sala Común. Solía recordar bien los rostros y estaba segura que nunca lo había visto en clases. ¿Sería un año menor o aún más pequeño? Tenía cara de bebé, imposible que fuera mayor.
—Pero al lado de Daphne no puede competir —contrarió el que se sentaba frente al cara de bebé. Era guapo, pero tenía orejas enormes. Pansy rió interiormente, ya que consideró que él debería unirse a una manada de elefantes.
Pero... aunque odiara admitirlo, el chico orejón tenía razón. Daphne es hermosa. Los genes de la familia Greengrass eran de envidiar. Tanto Daphne como Astoria (de verdad son muy parecidas) tienen una belleza digna de admiración. Cabello rubio casi blanco, grandes ojos azules, piel pálida con pómulos rosados, altas y esbeltas. Pansy era consciente de que ellas podrían ser modelos. Le recordaba a la belleza de los franceses que visitaron Hogwarts durante el Torneo de los Tres Magos el año anterior, sin embargo más lindas eran las chicas que los chicos de Beauxbatons.
—Daphne o Astoria no cuentan, son prácticamente las más guapas de Hogwarts. Puede que algunos prefieran a Ginny Weasley por ejemplo, pero aun así... las Greengrass están en otra liga —ahora habló otro, sentado a un lado del cara de bebé. Era un chico de piel oscura, casi el tono de una taza de café. Ella odiaba el café, su madre lo tomaba muy amargo, siempre uno en la mañana.
Pansy arrugó la frente cuando el orejón dijo que a lo mejor un día de estos intentaba probar suerte con Weasley en Hogsmeade. "Claro que también babean por esa Gryffindor" pensó, mientras ponía sus ojos en blanco. No entendía qué le veían, ella era bastante bruta y su simple tono de voz, que sobresalía entre los demás durante las conversaciones, la irritaba. Weasley podía tener la cara más linda del mundo mágico y le daría igual, le resultaba insufrible.
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Muda de Piel.
RomanceDurante el 5to año de Pansy Parkinson en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, todo cambió para ella. Luego de una tragedia en su familia deberá enfrentar cambios enormes: en su hogar, en su estilo de vida, en sus amistades y hasta en su forma...