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Pansy:

"A los siete días, las aguas 

del Diluvio vinieron sobre la tierra".

¡Ja! ¡Por Circe! 

Los muggles y sus cuentos...

De la chimenea surgieron llamas verdes, iluminando un cuarto que no tenía ni una luz encendida. No había nadie en casa. Pansy caminó hacia adelante, empujando su baúl con ella, y el fuego se apagó. Fue a su cuarto y al prender las luces vio que en todo el tiempo que estuvo fuera, no habían tocado nada allí; literalmente nada, notó incluso un par de telarañas. Se miró en un espejo y soltó un bufido por las cenizas que la cubrían y se pegoteaban a su cabello y ropa mojada, casi rió, sintiendo que estaba en sintonía con el lugar. "¿Hace cuánto mamá no limpia la chimenea?" se quejó, y se metió al baño para ducharse.

Pansy sabía que no debía hacerse ilusiones, no iba a ser todo tan sencillo como Hermione afirmaba. Aun así, Aurora Parkinson había superado sus expectativas con creces. Estuvieron conversado madre e hija con cartas en la última semana antes de las vacaciones de Pascua, nada muy extenso, más cordialidad que otra cosa por parte de su madre: "¿Cómo estás?", "¿Te estás divirtiendo?", "¿Tus notas van bien? Seguro lo harás excelente con los TIMOS". Y ella por su parte, solía contestar, sin devolver preguntas.

En el último correo que recibió, su madre le había dicho que la iría a buscar a la estación de trenes; cosa que no sucedió. Hermione se había ido con los Weasley y Potter a La Madriguera, ya que según dijo, los señores Granger estaban muy ocupados por trabajo y no querían hacer que se quede todas las vacaciones sola y aburrida en casa cuando podía estar con sus amigos. Rachel y Sophie se fueron casi al instante también, con sus respectivos padres. Luna, por otro lado, le hizo compañía durante quince minutos, durante los cuales parloteó sobre todo, hasta lo que tenía pensado hacer durante las vacaciones (para su sorpresa, Luna se iba de viaje a unas islas con ruinas antiguas para investigarla con su padre para un artículo de El Quisquilloso). Cuando llegó finalmente el señor Lovegood a recogerla, se extrañó por la conversación, ya que él preguntó si llegó a tiempo y Luna le respondió que sí, que sí llegó puntual. Pero Pansy le restó importancia, después de todo, los Lovegood son... Especiales.

Luego de esperar media hora a Aurora, perdió la paciencia y salió de la estación sola. No le molestaba que su madre no apareciera, estaba acostumbrada a eso. Cuando todavía eran una respetada familia sangre pura, sus padres solían enviar a alguno de sus empleados a recogerla, y luego de perder el dinero (y a sus empleados en consecuencia), simplemente nadie venía a buscarla o llevarla al colegio ya. Durante todo el año se estuvo moviendo bastante bien por su cuenta, pidiendo una reserva por correo a algún servicio de transporte. Cosa que habría hecho hoy también, si no fuera porque Aurora insistió en que ella se encargaría. ¿En qué estaba pensando Pansy al confiar en esa mujer? Ahora debía caminar a algún local mágico y rogar para que la dejen usar la Red Flu, porque claro que no tenía dinero muggle (ni sabía cómo usarlo), y menos que menos podía aparecerse sola al ser menor de edad.

¿Por qué King's Cross? Fue una pregunta que gruñó varias veces, mientras avanzaba cuadra tras cuadra con un maldito baúl a rastras. ¿Por qué no podían tener una estación de trenes mágica, tal como la de Hogsmeade? Sería más útil una de magos, no una rodeada de muggles inútiles que no podrían ayudarla a llegar más rápido a su hogar, que al ser mágico, era imposible para ellos verlo. Vio varios "taxis" que no podía usar avanzando por la calle, haciéndola rabiar en su interior, y unas gotas comenzaron a caer entonces, para mayor consternación de Pansy. ¡Qué se podía esperar de Londres!

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora