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Hermione:

¿Cuánto falta?

Faltan sesenta y ocho horas,

treinta minutos y quince segundos 

para "Operación Jaque Mate".

La nieve había cesado y bajo uno de los árboles todavía cubiertos de nieve, estaban tres Gryffindors conversando. Parecían alterados:

—¿Cómo...? Harry, no soy el único que piensa que está loca. ¿No? —Dijo Ron, con el tono agudo que lo caracterizaba cuando algo lo trastocaba.

Harry no respondió, prefirió recordarle algo más importante a Hermione:

—Ese día veré a Sirius.

El trío estaba cerca de la cabaña de Hagrid. Al ser amigos del semigigante conocían su hogar y sus alrededores como las palmas de sus manos, y sabían bien que raras veces frecuentaban los demás alumnos el lugar. Podían hablar sin miedo a ser espiados por Slytherins malintencionados.

—¿Podemos seguir caminando? —Rogó Ron, moviendo su cabeza en dirección a la cabaña, mientras acomodaba su bufanda—. Llevamos ya demasiado tiempo aquí, y hace frío.

Harry y Hermione le dieron la razón. Aunque no había quién los pudiera espiar, el clima era difícil de soportar.

Cuando llegaron a la casa de Hagrid y tocaron la puerta, el gran hombre los saludó con una sonrisa y los invitó a entrar.

—¡Chicos, qué alegría verlos! —dijo mientras buscaba unas tazas de té para todos.

—Hermione enloqueció —espetó Ron, sin dejar de caminar, y se sentó con poca gracia en una de las sillas más cercanas al fuego de la chimenea.

—Hagrid, prométenos que no dirás nada —pidió Harry, viéndolo a los ojos con mucha seriedad.

—Estamos metidos en un par de problemas —agregó Hermione con algo de pena.

—¿Estamos? Están —masculló Ron.

—¿Qué sucedió? Los ayudaré —intentó calmarlos Hagrid—. Ya saben que soy bueno para esta clase de cosas, por eso Dumbledore siempre acude a mí. Un buen hombre, Dumbledore... Hace unas semanas vino a conversar conmigo sobre las investigaciones que se están llevando a cabo contra los mortífagos. Quieren atrapar a los que ayudaron a revivir a ya-saben-quién —la sonrisa de Hagrid se esfumó en cuanto terminó de hablar—. No debí decir eso. No es un problema en el que deban pensar ustedes —Sus ojos se posaron en Harry durante unos segundos—. Ya no.

Los tres amigos intercambiaron miradas entre ellos. Hagrid no era bueno para mantener la boca cerrada, pero confiaban plenamente en él, así como Dumbledore lo hacía. Hermione y Harry se sentaron mientras Hagrid terminaba de servir el té, se notaba todavía incómodo por su pequeño error. Ron, ajeno a todo, no tardó en agarrar su taza y beber unos sorbos.

—¿Y bien? —Insistió el semigigante queriendo dejar el otro tema atrás—. ¿Qué sucede, chicos?

Harry y Hermione conectaron miradas, debatiendo en silencio, intentando decidir quién iniciaba.

—Hermione quiere buscar pelea con una Slytherin y Harry se quiere juntar en medio de Hogsmeade con Sirius, cuando todavía todo el mundo mágico está intentando capturarlo —sintetizó el pelirrojo, ignorando el reproche con el que lo veían sus dos amigos.

"Oh" llegó a murmurar Hagrid, que perdió un poco de color en las mejillas.

—Ron lo explicó de forma muy brusca —dijo Hermione, y luego se giró para enfrentar a Harry—. Aunque estoy de acuerdo con él sobre Sirius. Hogsmeade estará repleto de gente. ¿Cómo va a evitar que lo atrapen? Se pondrá en peligro. Es un riesgo sin sentido, más cuando sabemos que Dumbledore está haciendo todo lo posible para que sea liberado de todos sus cargos. Es cuestión de tiempo para que...

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora