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Pansy:

¿Me amarás un año más?

Las sábanas se sentían suaves, el olor a lavanda también. La piel de Hermione resultaba extremadamente suave bajo sus manos. Se acercó a ella, besando su hombro desnudo, contorneando el hueso, que bajo sus labios también se sentía mullido por su piel. Su cuello, sus clavículas... Cuando quiso bajar más, una voz la llamó:

—Pansy, detente.

—¿Cómo? Disculpe, estoy ocupada en estos momentos.

—Esto no es una llamada telefónica ni un negocio —la regañó Hermione, riendo.

—Pero de verdad estoy ocupada —insistió, pero al intentar volver a bajar, unas manos sujetaron su rostro por ambos lados y la tiraron hacia arriba.

Los besos de Hermione eran lo más suave de todo, nada podía ganarle. Se dejó derretir, mientras sentía cómo Hermione se deslizaba sobre ella. Si las sábanas eran suaves, y la piel de su novia también, cuando se rozaban así, comenzaba a pensar que necesitaba otra palabra superior para describir ese agradable cosquilleo de sus pieles acariciándose.

—Deberíamos salir —le dijo a Pansy en un tono bajo contra su oído.

—Qué ideas más aburridas tienes a veces...

—Mis padres...

—¡Bien, bien! —aceptó, sentándose sobre el colchón, sabiendo que tenía razón.

Hermione rodó hacia el otro extremo de la cama, buscando la ropa que habían dejado a sus pies, pero que en su mayoría terminó cayendo al suelo. Pansy no movió un dedo para intentar ayudar. Tenía, como dijo anteriormente, cosas que hacer. Unas muy importantes, de hecho: ver la espalda desnuda de Hermione o su pecho desnudo, o en general cualquier parte de ella desnuda; hasta que una camiseta golpeó su rostro, obligándola a espabilar.

—Mis padres —dijo con un tono más autoritario ahora.

Pansy de mala gana obedeció, comenzando a vestirse. Fue cuando estuvieron decentes de nuevo que buscó la boca de Hermione para besarla una vez más. Una mordida juguetona en su labio inferior la obligó a separarse y vio cómo Hermione se levantaba de la cama.

Quizá recibiría más que el golpe de una suave tela si lo decía en voz alta, pero amaba ver a Hermione después del orgasmo. Su cabello se veía mucho más enredado, cosa que le resultaba salvaje y sensual. Y por supuesto, adoraba su sonrisa complacida, y su de golpe renovada timidez, en su mirada esquiva y en sus movimientos más cerrados, ya que se volvía bastante consciente de todo lo que hizo, generándole pudor. El cuarto de Hermione, tan suave y dulce como ella, no hacían más que incrementar lo adorable en la situación. Pero aún con todo, no se negaba a sus besos, o sus abrazos... aunque sí a sus intentos de volver a desnudarla, eso no solía salir bien. Una vez incluso fue llamada "pervertida", por lo cual ella devolvió el insulto diciéndole "mojigata", y luego estuvo un buen rato de su tarde afirmándole a Hermione que era muy hermosa y maravillosa y que para nada pensaba que era... tan, mojigata. Su fastidio, en opinión de Pansy, valió totalmente la pena.

Bajaron las escaleras, ya que Hermione no confiaba en la integridad de Pansy como para mantener las cosas correctas en su habitación. ¡Pff! ¿Pueden creerlo? Como si Pansy necesitara una habitación o cama para hacer cosas incorrectas... La que necesitaba eso era Hermione, no ella.

—¿Quieres agua? —preguntó Hermione, perdiéndose en su cocina.

—Claro —dijo, mientras se acercaba a un mueble que tenía un televisor encima, observando las fotos.

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora