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Hermione:

¿Por qué mis planes siempre se estropean?

Hogmeade, como todos los fines de semana, cobró vida: los estudiantes de Hogwarts caminaban por las veredas de piedra conversando, riendo y señalando escaparates de las tiendas. Además, los árboles comenzaban a lucir más y más hojas verdes, el césped consumía la tierra y la cubría, y ya a estas horas del día, había una temperatura agradable, templada. Hermione disfrutaba del calor del Sol en su piel, viendo de reojo a Pansy, que escudriñaba a sus alrededores concentrada y silenciosa. Aunque preguntó muchas veces, Hermione no le respondió a dónde iban, así que estaba intentando descubrirlo por sí misma.

Se sentía un poco nerviosa aún cuando había planeado el día de cabo a rabo, ya que a donde se dirigían, era sin duda alguna una cita. Es decir, claro que Pansy y ella fueron a salidas que eran mucho más que pasear con una amiga, pero la palabra "cita" era cuestionable, para pesar de Hermione, que no tenía interés en dudar, por octava vez, sobre la definición exacta de sus salidas con Pansy y su nivel de formalidad... Pero no debía agobiarse: todo esto se definiría hoy. Descubriría, al fin, si eran novias o no.

—¿No estarás planeando secuestrarme y asesinarme?

La ceja de Hermione se enarcó, mirando a los ojos a Pansy que, parecía ser, se había cansado de analizar Hogsmeade.

—Me llevas a un lugar desconocido, nadie sabe a dónde voy, ni por cuánto tiempo. Y todos sabemos que los Gryffindor tienen mala reputación —Resolvió Pansy, con una sonrisa engreída y astuta. Una confianza en sí misma increíble para estar diciendo tal tontería.

—Claro —dijo con sarcasmo—. Estuve pasando tiempo contigo durante todo el año para que termines bajando la guardia y sea fácil matarte.

—Guarda tus confesiones para el juicio. Confío en que Rachel hará la denuncia por mi desaparición.

Hermione puso sus ojos en blanco.

—Buen intento, pero no te voy a decir a dónde vamos.

—¡Ni siquiera me diste pistas!

—Ya casi llegamos de todas formas. Aguantaste todo este tiempo, dos minutos más no te matarán.

—Nuevamente la palabra matar —remarcó—. Lo sabía. Todos lo dicen: nunca confíes en un Gryffindor, de allí salen la mayor cantidad de magos tenebrosos.

"Y las ratas" pensó Hermione, mordiéndose la lengua para no decirlo, después de todo, contar las cosas sobre Sirius no era una opción. Aún si confiaba en Pansy, Dumbledore pidió discreción hasta que se resolviera todo.

—Pansy —dijo un chico con un tono sorprendido—. Hola.

Tardó unos segundos en reconocer a la figura que había emergido de la Oficina de Correos, él había estado con Daphne Greengrass el día de la "Operación Jaque Mate"; un chico alto, cabello castaño, rasgos marcados, actitud casi taciturna...

—Isa —saludó Pansy—. ¿Siempre en la Oficina de Correos?

—Es por trabajo —explicó con una risa nerviosa, luego miró a Hermione y sus hombros decayeron un poco—. Yo... Hola. Hermione Granger, ¿no?

Que estaba confundida era decir poco. ¿No era él parte del grupo de Greengrass? ¿Por qué ahora le hablaba a ambas? ¿Estaba incómodo por ver a alguien de Gryffindor con una Slytherin? ¿Se llevaba bien con Pansy? La miró de reojo entonces, intentando encontrar una respuesta.

—Isa Rymer —intervino Pansy—, conversamos a veces.

—Ya veo. Hola —decidió ser educada, aunque su desconcierto era palpable.

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora