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Hermione:

¿Qué comemos del carrito de dulces?

¿Ranas de chocolate o comentarios de harpías?

Los señores Granger eran un par muggles bastante normales: Amables, trabajadores y honestos. Hermione los quería mucho y se sentía orgullosa de que ellos fueran sus padres, aun si algunos magos sangre pura intentaban que sintiera lo contrario. O bueno, casi siempre estaba orgullosa, porque los padres, mágicos o no, siguen siendo eso: Padres.

Estaba viajando con ellos rumbo a la estación King's Cross. "Last Train to London" sonaba dentro del auto. El papá de Hermione, Thomas, conducía.

—¡Oh! ¿Recuerdas esta canción cariño? —Preguntó él mientras tamborileaba con sus dedos contra el volante, mirando de reojo a su esposa Kayla, que estaba sentada en el asiento del copiloto.

Hermione seguía sin despegar su vista de la ventanilla desde el asiento de atrás. Suspiró, algo divertida pues estaba segura de que sus padres no tardarían en ponerse a cantar.

—¿No es la canción perfecta para hoy? —Comentó su madre y luego soltó una risita. —Vamos a tomar el último tren... A Hogwarts.

Last train to London just headin' out —tarareó sonriente Thomas.

Ya iniciaban...

Let the music play on down the line tonight —se unió Kayla.

—Canta con nosotros —pidió su padre con una sonrisa, mirándola por el espejo retrovisor.

—Déjala, ya sabes que no canta con nosotros porque es —levantó sus manos para hacer comillas en el aire con los dedos—. Grande.

—Mamá —se quejó ella, por la burla.

But I really want tonight to last forever —cantó Kayla.

Hermione trató de rememorar cuánto había dicho su papá que faltaba para llegar a destino. Solo esperaba que no tardaran muchas canciones más. ¡Por favor, ella no pedía demasiado!

. . .

La familia Granger finalmente, y para alivio de la adolescente, llegó a King's Cross. Se pusieron a buscar la plataforma 9 ¾ sin prisas, habían llegado con tiempo extra. Crookshanks se removió en brazos de Hermione, molesto por el ruido en el lugar, por lo que acarició su cabeza para calmarlo. Mientras sus padres conversaban y llevaban el carrito con sus cosas, ella miraba a su alrededor, esperando encontrar una melena pelirroja entre las personas. Los Weasley eran fáciles de notar.

Aunque quizá, los Parkinson tenían también la habilidad de llamar la atención. ¡Qué coincidencia, llegaron al mismo tiempo! Pansy iba caminando sola. Empujaba su carrito y tenía su típica cara de hastio mientras lo hacía. Si Hermione tuviera que adivinar sus pensamientos, diría que estaba quejándose de no poder usar magia para mover sus cosas por culpa de los muggles de la estación (Y por ser todavía menor de edad para usar magia sin restricciones).

—¿Por qué miras a esa muchacha Hermione? —Preguntó Kayla—. ¿Es tu amiga?

—¿Amiga? Se ve bastante mayor. ¿Es de último año? —Agregó Thomas.

—Es una nueva amiga, y es de quinto año también.

—Vaya, no lo parece —dijo Kayla mientras reía—. Aunque es normal que las chicas se maquillen e intenten parecer más mayores de lo que son. ¡Hasta que llegas a mi edad y quieres rejuvenecer!

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora