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Hermione:

¿Puedo besarte de nuevo?

¿Muchas veces más?

¿O mejor, para siempre?

Estaba en esos momentos en su clase de Encantamientos, con Ron a su izquierda. La palabra "Silencius" era repetida por varios estudiantes, incluidos sus amigos. Ella ya había conseguido realizar el hechizo correctamente así que estaba haciendo un par de anotaciones en un pergamino, sobre consejos que daba el profesor Flitwick de manera general (aún si le había salido bien, siempre era mejor tener notas por si en el futuro las necesitaba).

-Harry -dijo Ron.

-¿Qué? -Preguntó el aludido.

-Rayos, estaba seguro de que funcionó el hechizo.

-Nunca conseguirás hacerlo si sigues haciendo movimientos tan tensos Ron -le aconsejó Hermione.

El chico la ignoró, levantando sus brazos para estirarse, y casi golpeando a Harry con su varita en el proceso.

-¿Te rendirás? -Cuestionó Hermione.

-Ya casi termina la clase -se justificó, apuntando hacia un reloj sobre el escritorio del profesor.

Ron tenía razón, así que tanto ella como Harry comenzaron a ordenar sus cosas, y fueron ellos tres de los primeros en salir del salón en cuanto Flitwick dio vía libre.

-¿Y qué hacemos? -Preguntó Harry a sus dos amigos.

Hermione estuvo por decir que tenían varias tareas pendientes, pero Ron seguramente se dio cuenta de sus intenciones y le advirtió:

-No más estudio.

-En algún momento debemos hacer los deberes -intentó ella, pero los dos chicos la ignoraron.

-Necesito que llegue la primavera, quiero recostarme sobre el pasto y fingir que no tendremos que dar los TIMOS -dijo Harry.

-¡Es un fastidio! Para colmo, del resultado que obtengamos dependerá el tipo de ofertas de empleo a las que podamos presentarnos más adelante... Falta demasiado tiempo para eso. ¿Por qué debemos preocuparnos ya?

-Por eso es que hacer nuestras tareas sería una buena idea, ir al día con el temario ayudará a que sea más fácil estudiar cuando...

-No vamos a pasarnos el día estudiando Hermione -la cortaron los dos chicos al mismo tiempo.

-¡Bien! -Desistió con un tono indignado-. ¿Qué quieren hacer ustedes?

-Tengo varios dulces -comentó Harry-, me sobraron de la celebración con los muchachos por la victoria del último partido de quidditch.

-¡Y eso que comimos hasta reventar! -Acotó Ron, incrédulo.

-Puedo ir por ellos a los dormitorios... ¿Y quizá un juego de ajedrez?

A Hermione se le escapó una sonrisa al ver la ilusión de Ron por el plan.

-Prepárate para perder Potter -bromeó-, mucho antes de ser el Rey del campo de quidditch, fui coronado como el mejor jugador de ajedrez.

. . .

Los tres mejores amigos estaban en un sofá rojo al lado de la ventana, en la Sala Común de Gryffindor. Frente a ellos, además del tablero de juego, estaban esparcidos varios dulces: ranas de chocolate, Grageas de todos los sabores, paletas tanto ácidas como normales...

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora