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Pansy:

No hay nada más irritante que pasar la navidad en familia.

¡Qué rápido pasa el tiempo! Un día estabas en el castillo de Hogwarts, desayunando en el Gran Comedor de forma variada y nutritiva... y al otro día, te encuentras merendando en un departamento con humedad, goteras y comiendo unas galletas baratas, a punto de hacerte un té con un saquito que habías usado también para el desayuno.

El pitido del agua hirviendo llamó la atención de Pansy. Se preparó rápidamente su bebida y caminó de nuevo a su habitación con la taza humeante en manos. Se sentó en su cama, tapó sus pies con la colcha y bebió un sorbo de té.

—¡Qué frío! —se quejó. Razón no le faltaba, en un parpadeo el otoño quedó atrás e inició el invierno, dando pie al inicio de las vacaciones de navidad, obligándola a estar en su departamento viejo en lugar de Hogwarts.

El lugar resultaba tan simple y feo comparado con la mansión de los Parkinson. Era difícil aceptar que ya no tendría un cuarto entero como biblioteca (lleno de libros caros y de colección), sino un pequeño estante en su habitación que siquiera llegaba a llenar del todo. No más una cama de dos plazas, sino una pequeña, chirriante y vieja. Adiós cocina enorme que nunca pisaba pero en la que sus elfos domésticos hacían grandiosas comidas. Y su baño privado... eso también; extrañaba ese baño, con una bañera enorme, tantos productos diferentes para el cuidado de su piel... ¡Todo su maquillaje de marca! ¡Sus montones de armarios repletos de ropa de diseñador! Su nuevo departamento era una pocilga en comparación. ¿Es necesario aclarar que había perdido demasiados de sus objetos personales para pagar las deudas de su apellido? Porque si Pansy seguía pensando en eso se irritaría demasiado.

Con su mano libre agarró el libro que estaba sobre la cama. La chica sonrió al leer el título: "Cuentos infantiles: Mil y una criaturas, mágicas y muggles". Después de su cumpleaños había llegado a la conclusión de que Hermione Granger podía ser bastante pesada e idiota cuando se lo proponía. Solo por ser la mejor estudiante de su generación no dejaba ser una adolescente como cualquier otra a fin de cuentas.

Acarició la tapa del libro antes de abrir la primera página, donde había una dedicatoria en un pequeño papel. Escrita con una letra algo presuntuosa y demasiado perfecta, al punto de que la Slytherin se preguntaba si esa era su letra generalmente o si se había esforzado para que quede bonita en el regalo, decía:

                                                   10 de noviembre de 1995.

Actúas como una niña insoportable todo el tiempo, no te gusta leer cosas serias...  Llegué a la conclusión de que este libro es ideal para ti. Y sí, sé que odias a los animales, me lo dijiste varias veces, pero también dices que me odias a mí, y tengo mis dudas sobre que sea cierto...

Feliz cumpleaños, te odio también.

                                                                                - Hermione.

Dio una suave caricia con su dedo a la firma, "Hermione". Recordaba con lujo de detalle aquella noche, en la que casi llora, por una nota tan estúpida y simple como esa, escrita por una idiota leona. ¿Por qué la grandiosa y fuerte Pansy Parkinson se emocionó tanto esa noche? Se preguntarán. Pero la respuesta no es tan genial como se esperaría de una Slytherin tan fenomenal... Pansy solo perdió el control de sus emociones.

Muda de Piel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora