Muda de Piel.

[20]

Pansy:
Te iba a hacer morder el polvo,
ahora te haré tragar tierra.
Seguro hasta le hago un favor a
los gusanos que viven en tu cerebro.
¡Qué buena chica que soy!

Pasar San Valentín con amigas no era tan terrible. Las decoraciones de Hosmeade eran vergonzosas y estúpidas, Hermione no le había pedido una cita real, casi matando todas sus esperanzas de un romance, y no tenía dinero para comprar las botas que le habían gustado, pero en el fondo se estaba divirtiendo. Molestar a Ginny Weasley era todo un gusto, escuchar las locuras de Luna demasiado entretenido y ver a Hermione sin el uniforme de Hogwarts le encantaba; Pansy no solía verla con otras prendas, lo que era sin duda un verdadero desperdicio.

Hermione, tal como se esperaría de ella, no hacía gran cosa por su aspecto. Cabello peinado y a la vez desordenado, piel perfecta pero sin el más mínimo retoque de maquillaje, ropa simple que no pasaba de moda en el tiempo. Le gustaba. Quizá Pansy moriría vistiendo así, lo vería horrible en sí misma... Pero en Hermione... Eso ya era otra historia. Todo era diferente con ella. ¿San Valentín es un asco? Por Hermione ya no lo sería. ¿Que nunca se juntaría con Gryffindors? Bueno, por ella... De vez en cuando... Peligroso, muy peligroso cómo había sido atrapada y encantada por quién se supone que odiaba.

-Existen las arañas de fuego. Hay un muggle que lo documentó -contó Luna-. Lo dice en el libro que me regaló Hermione ayer.

Pansy caminaba a su lado mientras la escuchaba y asentía, sonriendo. Sentía la presencia de Weasley y Hermione detrás, escuchaba sus pasos cercanos crujiendo en la nieve. Podía imaginar a la sabelotodo sufriendo por no poder corregir a Luna. Por su parte la Slytherin no lo veía tan descabellado. Existen arañas gigantes, animales escupe fuego... ¿Por qué una araña de fuego sería imposible?

-¿Pero cómo un muggle encontraría una criatura mágica? -Dudó Pansy.

Luna pareció encantada con su pregunta y comenzó a explicar su teoría: Los autores escribían lo que vieron, un descuido de la comunidad mágica, pero el resto de los muggles no les creían y catalogaban sus obras como fantasía. A Pansy esa explicación no le convencía del todo, pero pensaba que sería divertido si la teoría resultara cierta. Lo más probable es que las arañas de fuego no existieran, pero muchos muggles escribieron sobre dragones, fantasmas... Que efectivamente sí existían. Alguna vez seguro que aquello que pensaba Luna había pasado de verdad. ¿Habrían estudios sobre este tema?

Un golpe sordo contra el suelo, seguido de un quejido, detuvo sus pensamientos y se volteó, buscando el origen del ruido. Encontró, para su sorpresa, a Hermione arrodillada en el suelo, mirando a Weasley como si quisiera ahorcarla. Pansy apretó sus labios conteniendo una risa y extendió una mano para ayudar a su amiga.

-¿Estás bien? -Le preguntó, mientras Hermione sacudía la nieve de sus pantalones y aceptaba su mano para enderezarse.

-Sí. Me habré tropezado con algo.

Pansy miró con suspicacia el suelo. Allí no había nada más que nieve, en todo caso se habría resbalado... ¿Había expresando mal lo que le sucedió? ¿En serio? ¿Insufrible-Sabelotodo Granger usó mal una palabra? Eso era extraño. Demasiado sospechoso. Miró entonces a Weasley. Era bastante fácil unir los cabos sueltos, pero ¿por qué Hermione no la había culpado? No le solía temblar la voz cuando se trataba de regañarla a ella por alguna maldad. ¿Qué, los Weasley ahora tenían inmunidad?

-Gracias -le dijo.

Pansy había olvidado que su mano estaba aferrada a la de Hermione. Incluso, por el gusto de darse cuenta que seguían sujetándose, ni se le ocurrió la idea de soltarla. Pero la Gryffindor no parecía estar en la misma sintonía, ya que azorada alejó su mano de la de Pansy, con una lentitud que fue como una caricia, y que estremeció a ambas.