IV [EDITADO]

2K 185 28
                                    

- ¡Pero que conste que no he tenido miedo! -El exclamo de John sonó detrás del teléfono -¡Los Schwarz jamás me han dado miedo!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¡Pero que conste que no he tenido miedo! -El exclamo de John sonó detrás del teléfono -¡Los Schwarz jamás me han dado miedo!

Mientras caminaba por las calles mirando distraídamente vidrieras, Catryn y John me hablaban en una de nuestras típicas llamadas de tres


Le había contado la situación que había pasado el martes por la tarde en cuanto Kool Schwarz me ha llevado a mi casa.

John al instante dijo que era una demente por aceptar llevar a la niña a su hogar, que quizá podría ser un secuestro

Catryn sólo se quedó con los detalles de Kool llevándome a su casa diciéndome que después de todos los misterios y el miedo que causaban, eran guapos.

-Claro. Y te has hecho encima ¿Por qué? -Catryn pregunta. Escuché como mastica su cena mientras tanto

-Hacía frío

Me reí ante su tonta excusa y seguí mirando la vidriera.

A decir verdad no me preocupaba que sea de noche y estar sola en el pueblo caminando vagamente, pues Deeplake era un lugar muy seguro, no hay robos y mucho menos secuestros. Apuesto que si dejo mi móvil en una banca y vuelvo al día siguiente continúa allí.

Mi vista viaja hacia la acera opuesta, había un ruido bruto dentro de la licorería del señor Smith. La puerta se abrió bruscamente y Becker Schwarz salió de allí.

Tenía las manos cubriendo su cabeza como si tuviera un profundo dolor allí. Caminó con molestia y casi tambaleándose, por poco cayéndose.

Él tenía sus ojos cerrados y fruncía todas sus expresiones aún caminando a punto de desvanecerme. Apreté el móvil con fuerza en cuanto observo como dobla y entra a un callejón.

Mire mi al rededor.

No había nadie.

Estaba sin sus hermanos. Cosa extraña. Kerstin había dicho que siempre van en conjunto, sin embargo, Becker estaba solo y parecía que estaba sufriendo.

No podía dejarlo allí. ¿O si?

Cierro mis ojos y ladeo mi cabeza.

Es un pueblo pequeño. En Deeplake todos nos conocemos y nos ayudamos. Mutuamente. Quiera o no, Becker Schwarz era un nuevo habitante así que debía ayudarlo.

-Haré lo más estúpido que he hecho este mes. -Mire ambos lados de la calle antes de cruzar y caminar por donde se fue.

- ¿Más estúpido de cuando te emborrachaste tanto que subiste a Facebook fotos de tu vómito con un emoji triste?

-Cállate, John. -Rodee mis ojos -Les hablo luego.

Guardo el móvil. En cuanto entro al callejón la oscuridad derrotada por la luz de la luna me guían hacia el interior, sin embargo, al llegar al final del callejón no había nadie. Trago en seco mirando. No había salida ¿cómo ha...?

Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora