XVI✅

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Becker se apoyó sobre una columna mientras que vi como su mano no dejaba de temblar, con lentitud sacó una caja de cigarros y llevó una a su boca

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Becker se apoyó sobre una columna mientras que vi como su mano no dejaba de temblar, con lentitud sacó una caja de cigarros y llevó una a su boca. Me senté en uno de los escalones que llevan hacia el patio trasero y me quedé mirando el césped.

Él luego se sienta a mi lado sin embargo no giro a verlo.

—Tu hermano es igual de pesado como tú. —Suelta. —Menudo insoportable.

Me reí ligeramente mientras niego con la cabeza.

—Deberías controlar más tu temperamento, no puedes vivir a golpes con cualquiera que diga algo que no puedes escuchar. Lo sabes ¿no?

—Me he controlado lo suficiente, créeme que si no fuese tu hermano ya le hubiera roto la cabeza de un puñetazo.

Giré a verlo sobre mi hombro y pude ver aún mejor su rostro. Tan bonito e impecable, era obvio que gracias a la belleza de Eckert y Kruse sus hijos iban a salir como modelos sin embargo, aún no me acostumbraba que fuera tan guapo.

—¿Admites que te has controlado por mi? —Alce mis cejas. Él parece haberse quedado escaneando mi rostro también ya que al escucharme reacciona y aparta su mirada.

—No te alegres tanto. Tengo respeto únicamente porque la he liado con tu padrastro. —Exhala el humo de su cigarro y cierra sus ojos, sintiendo la ligera brisa contra él. —Intento relajarme asique no te pongas insoportable, por favor.

—Wow, gracias. —Rodee mis ojos.

—Cállate. —Masculla.

Me encogí de hombros y me puse de pie, él abrió sus ojos y me miró con e lo ceño fruncido

—¿Dónde vas?

—A cenar. Si no quieres que nadie hable pues quédate solo.

Él coge de mi brazo y lo aprieta mientras tira de él y yo vuelvo a sentarme a su lado. Le ha una calada a su cigarro.

—Sabes..., tengo todos mis brazos morados por tu culpa. Podrías ser más sutil con tus agarres o simplemente no tocarme, no es que me quejo pero cuando llegue el verano y quiera mostrar mis brazos me acordaré de ti y no en un buen sentido, te querré matar.

Él se ríe y exhala el humo :—Eres una dramática, Arzaylea.

—Y tú un violento, Becker. Y lástima porque yo no romantizo ni normalizo la agresividad asique cálmate.

—¿"romantizar"? ¿Romantizarías mis hechos? —Alza una ceja curioso.

—Digamos que tampoco hay muchos hechos al cual romantizar... Amenos que diga "ay, es tan romántico, tan tierno, asesinó a mi padrastro" —imite una voz chillona.

—Okey, okey, no hay momentos buenos ahora lo sé. —Apaga el cigarro y luego saca de su bolso una caja pequeña donde deja la colilla dentro y pude ver que había más allí. Fruncí el ceño

—¿Coleccionas las colillas de los cigarros?

—No. No me gusta tirarlas por ahí, asique simplemente las guardo y luego busco donde tirarlas. —Se encoge de hombros. —Cuando me cruce un contenedor de basura me encargaré de vaciar la caja, ya casi no queda espacio.

Volví mi vista al frente.

—¿Quién lo diría? Un asesino sociópata preocupado por el medio ambiente.

—Búrlate y te daré un puñetazo. —Me fulmina con la mirada.

—El pueblo es chico pero mis vecinas viudas son feministas, podríamos armar un gran grupo e irte a buscar. Poder femenino, Beckersito.

—¿«Beckersito»? —Niega con la cabeza pero sonríe —Tengo buenos argumentos en mi defensa. Si golpeamos a un hombre nos ven como un chico malo, un Böser Bub, un chico que moja bragas. Sin embargo si golpeamos o tan solo tocamos a una mujer ya somos unos desalmados.

—No soy así, no romantizo nada y nunca me han gustado los chicos malos asique, tu argumento no es válido conmigo Beckersito.

Rodea los ojos.

—Deberías dejar de decirme que eres distinta a las demás, ya lo tengo bastante en claro. —Rodó sus ojos aburrido.

Lo miré divertida:—¿Me crees distinta a las demás Beckersito?

—Vuelvo a advertir que no me llames así. —Puntualiza—Y si, creo que eres distinta. —Presiona sus labios y se coloca a ver las estrellas —Eso asusta

—¡Te asusto! —Exclame riendo, sin poder creerlo.

—¿Qué? No, ¡No! Solo digo que la última chica que conocí que era tan tocapelotas como tú, tan insoportable y todo, no terminó tan bien como deseamos.

—Miranda. —El nombre escapa de mis labios tan veloz que no puedo ni siquiera disimularlo. Cerré mis ojos y ladee mi cabeza negando —Lo siento, sé que a ninguno de ustedes le gusta hablar de ella.

—Descuida. Sé que piensas que yo la asesine como lo hice con tu padrastro pero no. A ella no. Yo no la mate, Arzaylea.

Su tono de voz fue sincero, casi note como le costaba decirlo.

—¿Entonces quién fue?

Meneo la cabeza — Nuestra familia es peligrosa, Arzaylea. Y lo digo yo, que parezco el más peligroso por ser tan temperamental y fuerte pero en realidad soy el más débil de la familia... Nuestra familia es muy importante pero, hay mucha mierda que aún cuesta explicarla.

—¿Hay alguien más peligroso que los Schwarz? —Soné divertida pero preocupada.

—Lo dudo. —Se ríe —, pero si hay unos insoportables.

—¿Como Kilian?

—Algo así. Kilian si que es un tocapelotas, realmente es insoportable pero después de todo es nuestra familia. Pero hay personas que son más... Fuertes que nosotros e intentan molestarnos.

—Así que, básicamente, admites que hay personas en contra de tu familia que son más fuertes que ustedes... —Concluí —Sabes... No quiero conocer a esas personas, ya suficiente con tu fuerza. Mi brazo está asustado.

Se ríe y niega con la cabeza, gira a verme y sus ojos tan oscuros como la noche y su alma me miran fijamente.

—Son más fuertes pero nosotros más estrategas y lo más importante, somos más. La unión hace fuerza y para un Schwarz es básicamente: unidos somos imparables.

—No se si eso me alegra. Mientras que ninguno la lie conmigo...

—No creo que alguien aparte de mi te llegara a tocar, Arzaylea.

—¿Por qué no? ¿Serás mi guardián? Mi guardaespaldas... Bueno, mejor no, te imagino parado detrás de mi de brazos cruzados mirando mal a todo lo que se me acerca hasta cuando estoy en el kinder.

Se encoge de hombros:—No sería un mal guardaespaldas, admítelo.

No contestó, moriría antes de admitirlo.

Miré el cielo y noté que estaba sonriendo ¿por qué Becker no podía ser más agradable cuando estaba conmigo? Es la primera vez que tenemos una conversación donde no me amenaza ni tampoco me daña.

—Gracias por ayudarme a calmarme, Arzaylea. —Se pone de pie y hace escalones arriba.

¿Ya se va?

Me pongo de pie sin embargo no entro. —¿Becker? —Él se detiene y gira a verme—¿Por qué cambias? ¿Por qué eres un idiota luego? Has mostrado que si puedes ser un chico normal.

Él sonríe, como si estuviera viendo algo adorable, inocente.

—Las personas como yo, y como mi familia, no pueden darse el lujo de ser normales Arzaylea. Tenemos que ser fuertes. Tenemos que ser como realmente somos.

—¿Y qué son?

Él presiona sus labios y mira hacia otro lado, esquivando aquella pregunta. Hice un paso en su dirección dejándome ver como realmente estaba: confundida.

—Sé que tienes problemas con tu ira, que eres un idiota y un asesino. ¡Mierda debería odiarte por matar a mi padrastro! Pero no entiendo. No entiendo que hacen en mi casa, consolándome. Que hace Muller con su silencio, que hace Edwin con su sabiduría, que hace Derek con su dominio, que hace Kool con su diversión, que hace Eckert y Kruse con su gran amor y sus misterios porque sé que esconden algo, que hace Kilian con sus ganas de ver el mundo arder y que haces tú con tu violencia en mi casa. ¿Qué hacen los Schwarz aquí?

« ¿Por qué estas aquí Becker?

—Solo vine a relajarme —Su mirada fue fría, al igual que sus palabras.

—No. Eso fue una excusa, nadie jamás ha detenido uno de tus episodios y sé que un inicio de uno de ellos tan solo no detiene un cigarro y algunas bromillas sentados viendo estrellas. Al inicio de tus episodios te da migraña y no te puedes mantener parado.

—¿Y que crees que fue todo esto, Arzaylea?

—Creíste que era una tonta y fingiste casi perder el control, has aparecido y has estado esperando el momento perfecto para meterte con mi familia porque sabes que eso hará que yo te trate con amabilidad y te saque de aquí. Si lo hubieras intentado solo probablemente te eche a patadas pero fui amable porque mi familia estaba presente. Lo que me dijiste, que tu familia tiene enemigos, no lo hiciste casualmente lo has hecho por algo.

Y entonces lo vi. Ya no era el Becker de hace unos minutos, ahora tenía el rostro completamente inexpresivo y sus ojos estaban más oscuros, me miraban con aburrimiento, había quitado esa manta. Había estado fingiendo y lo descubrí.

—¿Cuál es el plan que tiene ahora tu familia? ¿Fingir qué ustedes son simpáticos, qué tú eres normal y engañarme? ¿Con qué fin?

Él no contestó, se me hizo imposible saber que pensaba o saber que hacía. De hecho, hasta se me hizo que estaba debatiendo sola... Solo estaba parada frente a una sombra inexpresiva que parecía escucharme pero no ser capaz de decir algo.

—Sea cual sea el plan que tienen, no les servirá. Si tienen enemigos y vienen a Deeplake no los ayudaré —Reí incrédula aclarándolo — Pueden buscar a cualquier otra ingenua que vuelva a ser el reemplazo de Miranda Peraex. Porque yo no lo seré.

Intente pasarlo y entrar a la casa sin embargo el alza su mano deteniéndome. Para mi sorpresa solo alzó su brazo armando una barrera y no me sujetó del brazo como suele hacer.

—¿Por qué crees que necesitamos tu ayuda? —Fue capaz de preguntar.

—Becker...—Lo mire impaciente, alce mi cabeza sobre mi hombro y lo mire, a pesar de estar un poco más atrás que él después de todo lo único que me detenía de pasar por su lado era su brazo, así que con la cercanía que era letal solo luche por poner mi rostro más inexpresivo y decir:—Nada fue una casualidad. Que Muller esté practicando arco y flecha no fue una casualidad, que yo esté sola allí y que Edwin me encontrara justo después de lanzar la flecha tampoco lo fue. Era una prueba y ahora lo entiendo.

» Ustedes no pueden matarme porque Kilian me vio y no son estúpidos como para pensar que podrían matar algo fundamental para ustedes. Pero son lo suficientemente estúpidos como para pensar que yo, creería que todo esto es casualidad. No me pueden matar asique intentan utilizarme ¿eh?

—¿Qué insinúas, Arzaylea Brown?

—Que me están haciendo una prueba, Becker Schwarz.

Empujó su brazo y entró a la casa, él se quedó de espaldas en cuanto antes de terminar de introducirme y entrar a la casa gire y añadí:

—Ustedes no son los únicos estrategas, Becker. La próxima vez que vea a tu familia cerca de la mía usaré el arco y flecha contra ustedes. Asique vuelve a la mesa y di una excusa y no te atrevas nunca a acercarte a ellos en mi ausencia.

—Mírate, la ingenua y adorable maestra de niños de tres años amenazando y jugando con fuego. —Bromea sin humor aún dándome la espalda.

—Mírate, el socio psicópata asesino que cuida el medioambiente ha sido descubierto por la maestra de kinder —Río sin ganas— Vete de mi casa, Becker.

Él se gira, tenía una sonrisa en ese estúpido rostro.

—Lo haré, Arzaylea. Pero te diré que me has sorprendido, y has aprobado la prueba. Pero, tienes que saber que en ningún momento he mentido. Mi fuerte es manipular pero no mentir, tan irónico y extraño que asusta.

—Tú no me asustas.

—Deberías. Después de todo, estas desafiando a un Demonio siendo tú una humana

Eso me desestabiliza por un segundo, no lo negaré. Sin embargo no deje demostrar absolutamente nada, por fuera lo miraba con el mismo rostro desafiante de antes pero por dentro estaban todas mis alertas prendidas recordándome los significados de demonios.

Untote el tatuaje de Kool que significaba Muerto viviente ahora tiene más sentido.

En cuanto reacciono, presiono mis labios con fuerza antes de escupir con veneno:

—Pues menudo demonio de mierda me ha tocado conocer.

Dicho eso, me giro sobre mis talones yéndome hacia la sala donde mi familia estaba comiendo con los demás Schwarz.

Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora