XXIX✅

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Miré a cada uno de los Schwarz

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Miré a cada uno de los Schwarz.

Derek. Siempre tan protector, líder y autoritario con sus hermanos. Veo en él una alma positiva y bonita que daría lo que sea para tener a sus hermanos a salvo, un alma arrepentida de que un error en su pasado sea tan maligno en su futuro

Edwin. Con su calma que ni siquiera en el borde de su muerte se iría. El pensar que quizá ya nunca pueda preguntarle si hace Pilates, yoga o lo que sea para retener esa calma me dan más ganas de llorar que reír.

Becker. El atormentado. No sabe otra cosa que no sea ser impulsivamente violento, y me pregunto si detrás de ese rostro bonito, ojos negros y sonrisa perfecta hay un ser que quiere cambiar. Me pregunto si realmente él quiere ser alguien más que un violento compulsivo.

Kool. Divertido pero extraño, estuve tan preocupada pensando en Miranda Peraex que no he pensado lo suficiente en él. Si ese video era falso, si su amabilidad era falsa, si él era falso. ¿Por qué aún guardaba ese video? ¿Por qué siento que tiene algo aún más oscuro por descubrir?

Kilian. Está tan asustado y preocupado que me da ternura. No puedo evitar sentir que ha sido divertido conocerlo, siempre ha sido tan carismático, misterioso e inoportuno. Tan propio de él... Esconde que se siente vacío, solo y siempre está desorientado, esconde que se siente sin familia. Se siente un sucio bastardo y lo oculta yéndose lejos de su familia.

Muller. El silencioso perfecto. Sé que él sabe lo que haré, sé que me ha leído la mente y aún lo hace. Sé que siempre será mi favorito porque me enseñó a jugar con mi adrenalina y trasportar mis emociones hacia las flechas. Y aunque me manipuló, todos aquí han mostrado asombro al escuchar sobre Tyler, él no lo ha dicho. Y sé que lo sabe.

Envuelta en lagrimas, solo bajo la mirada y dejó salir un sollozo profundo.

Cassandra, creyendo que iba a hacerlo, se acercó confiadamente a mí y pasó una mano por sobre mis hombros.

-Sabes que es lo mejor.

En la terraza, pensando en mi hijo, en mi ex amor, en los Schwarz y en Cassandra solo puedo sentirme confundida y aterrada. No sabía que era lo mejor.

-Sabes que podemos vencerla. -Becker habló. -Si nos intenta dañar la derribaremos.

Quizá si, quizá no. A decir verdad mi puntería es buena y esta noche, con el pensamiento que si lo hago Tyler volvería me hacia aún más hábil. El amor de una madre hace aquello, nos fortalece.

Y quizá no pueda esta noche matar a todos los Schwarz, pero si podía matar a uno de ellos.

-Lo siento. -Susurré en dirección a los chicos, que me veían con horror. Aún sentía el brazo sobre mi hombro de Cassandra-Yo... Debo hacerlo.

-¡Podemos ayudarte a encontrar a Tyler! ¡Podemos hasta cuidar de él! -Kool exclamó.

-No pueden. -Susurró Catryn en mi oído. -Zac lo tiene.

-¡Lo encontraremos antes que le haga daño! -Derek insistió. -Te lo juró, Arzaylea. Cuidaré de tu hijo.

-Vamos, Arzaylea. Acaba con esto. -Insistió Cassandra. Detrás de mí. -Él tiempo que pierdes con ellos, será el tiempo que pierdas junto a Tyler.

Miré a Muller y él me miró a mi.

Cuida a Tyler, por favor.

Metí mi mano en mi bolsillo y saque el frasco de agua bendita, me giré bruscamente y se lo lance a su rostro. Ella comienza a gritar desesperada sintiendo como literalmente el agua bendita desfigura su rostro. Ella se balancea y casi cae, pero en busca de un soporte se agarra de mi. Mire como el tejado cruje y luego miré asustada a Derek

Casi como si el destino se burlara de mi, lo último que veo es a Derek correr para sujetarme pero fue demasiado tarde.

Yo ya estaba cayendo.

En el aire, me aferro a Cassandra y ella comienza a querer golpearme aunque tenía los ojos cerrados dañados por el líquido. Sus golpes son brutos pero casi ninguno puede darme.

Cerré mis ojos fuertemente al observar como cada vez estábamos más cerca del aterrizaje.

Caí sobre Cassandra sin embargo el dolor en mi cuerpo fue increíblemente fuerte. Mi mente entró en cortocircuito, se liberó una especie de zumbido que me aturdió y no me permitió escuchar nada más allá. Me dolía cada musculo de mi cuerpo en especial mi pie.

Sentí el crujido de mis huesos, el crujido que quebrarse y el ardor.

Un golpe en el rostro hace que reaccione y mi boca se llene de sangre. Cassandra ha sobrevivido por ser un jodido demonio y ciega con su rostro desfigurado ha empezado a golpear patear todo a su al rededor y por mi aturdimiento no he logrado prevenir su golpe.

Ella se lanza sobre mi y comienza a golpearme, casi no puedo reaccionar y cubrirme, sus afiladas uñas me desgarran el rostro, brazos y pecho sin piedad alguna. En cuanto puedo reaccionar la empujó lejos de mi y busco torpemente en mi abrigo las dagas de Kilian, intento tomarlas pero mis dedos me duelen. Los debo de tener quebrados.

No puedo.

Me intento poner de pie sin embargo ella aún en el suelo, agarra de mi pie y lo jala hacia ella haciendo que caiga nuevamente. Mis pobres huesos crujen con aún más fuerza y el dolor se multiplicó.

Pero me detengo en seco al sentir un gran ardor en mi pierna.

¡No!

Gritó con todas mis fuerzas tanto que estoy segura que el pueblo al completo me escuchara, mi voz se desgarra en el exclamó y el ardor se expande por todo mi cuerpo.

El dolor de mi cuerpo quebrado no es nada comparado con el dolor de ahora. Mis huesos rotos dejaron de protagonizar mis sentimientos y sea lo que sea que ocurría en mi pie dominó hasta mi estabilidad mental.

El dolor agudo en todo mi cuerpo me hizo dejar de escuchar mi al rededor, ni siquiera podía mantener mis ojos abiertos. Los cerré con fuerza sintiendo como el ardor viaja por mi cuerpo con velocidad hasta mi cabeza y sentir que taladra en ella.

Dolía mucho, incluso aún más de la noche que perdí a Tyler. El dolor era agonizante, me retorcí en mi lugar sin dejar de gritar y enterré mis manos en la tierra bajo mi cuerpo.

Escuche los exclamó de Becker y los gritos de Cassandra, se la escuchaba horrorizada pero no podía abrir los ojos y mirar que sucedía. No podía hacer más nada que retorcerme en mi lugar, gritando desesperadamente.

Siento alguien envolverme en sus brazos. Tengo demasiado calor, mi cuerpo suda y sea quien sea que me sujetó me da aún más calor.

-¡La ha mordido! -Grita alguien, pero no reconozco quien.

Gritó con aún más fuerza cuando el dolor del veneno demoníaco se expande hasta el más remoto lugar de mi cuerpo.

Intente abrir los ojos y dejar de gritar de forma desgarradora, ver un rostro, la perfección física de los Schwarz.

Quise ver algo, sentía que moriría del dolor, quise ver el cabello teñido de Kilian, los ojos negros de los Schwarz, el labial impecable de Eckert, la mirada cálida de Kruse, las pecas de Kerstin, a mi madre rodeada de su manta, a mi padrastro jugando a Hockey, a mi hermana y sus hijos, a mi hermano y su psicología, a Catryn riendo tanto que lloraba, a John con sus bromas y frases sacadas de películas antiguas, a Danna cantar sus canciones y a los niños del jardín abrazarme y saludarme cada día.

Quise ver a Max, como acaricio mi cabello esa noche antes de todo.

Quise ver a Tyler. La última vez que lo he hecho fue su nacimiento, envuelto en mi sangre y Max sosteniéndolo en brazos. Fue unos segundos antes de caer inconsciente pero fueron unos mágicos segundos.

-¡Arzaylea! -Grita alguien. Sigo sin concentrarme lo suficiente para reconocerlos.

Grité con aún más fuerza cuando me intentaron mover.

-¡Tiene el cuerpo quebrado!

Tome algo entre mis manos, creo que un brazo o una pierna, no estoy segura. Entierro mis dedos en el y con mis uñas rasgo la piel causando más dolor en mi mano y dedos.

-¡Quítenle el veneno!

-¿¡Le cortamos la pierna!?

Silencio.

-Ya es tarde. El veneno demoníaco está en todo su sistema.

Tyler...

Intento decirles algo, decirles que lo cuiden. Que acaben con Zac. Sé que si los hubiera matado no hubiera servido, las posibilidades de que Cassandra me deje en paz junto a Tyler eran nulas, pero las posibilidades de que los Schwarz lleguen a tiempo son mínimas, pero incluso son más.

Tyler

No podía encontrar mi voz más allá de gritos desgarradores, no podía pensar en palabras y mucho menos en decir algo lógico.

Tyler...

Noté que había dejado de gritar, ahora, con los ojos aún cerrados. Sólo dejé que el veneno se termine de expandir por todo mi cuerpo, sin importarme si cuando vuelva a abrirlos ojos sea alguien como Cassandra.

Sin importarme que monstruo despertará.

Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora