Maldición Alemana [#1] ©

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Puede que pasaran segundos o días, semanas o años pero en algún momento pude volver a abrir mis ojos de nuevo.

Logré sentir cómo recuperaba el control de mí poco a poco, el dolor agonizante ya no estaba en mi cuerpo ni tampoco me encontraba gritando. El ruido a mi al rededor era muy suave, todo en completa armonía.

No sé dónde estoy, pero lo blanco de toda la habitación me asegura que aún estoy bajo los cuidados y muros de los inalcanzables Schwarz's. Aún recostada, no soy capaz de mover mi cuerpo a pesar de querer hacerlo.

Aún no he despertado del todo.

Miré por la ventana y noté como está abierta y aunque nevaba y no estaba bien cubierto mi cuerpo, yo no podía sentir el frío.

Ese detalle fue mi primer indicador de cuanto tiempo ha pasado. La última vez sentí frío pero no a tal punto de la niebla, y ahora desde la ventana, observó como todos los árboles a lo lejos están blancos.

Mi vista volvió a viajar al techo y lo miré fijamente. Comencé a escuchar un corazón latir, lentamente que hasta podía causarme sueño.

Era mi corazón.

Que aunque mi cuerpo aparecía apagado, mis emociones nulas y mi mente absurdamente confundida mi corazón latía con suma tranquilidad.

Mi vista volvió a mirar el techo, y cerré mis ojos sin poder evitarlo. Poco a poco comencé a sentir como vuelvo a caer inconsciente, vagando entre mis recuerdos profundos. Donde puedo ver como viví sintiendo y no lo disfrute lo suficiente.

Deseando que cuando vuelva a abrir los ojos pudiera volver a sentir algo, dejé que la oscuridad me consuma. Que lleve consigo mi alma, mi mente, mi estabilidad, recuerdos y sueños.

Porque después de todo, yo ya no tenía nada de ello.

[× ×]

-Encontraré a Tyler. -Una voz desconocida suena, tan lejana que me confunde. Solo veo oscuridad a mi al rededor, no soy capaz de abrir mi ojos nuevamente.

Sentí el tacto de alguien sobre mi cabello. No me asusté, al contrario, me tranquilizó.

Siento una colonia masculina reconocida, pero me cuesta recordar de quien es. Casi no puedo utilizar mis sentidos comunes.

Quise abrir los ojos, gritar que quiero a mi bebé, suplicar que quiero a mi hijo en mis brazos. Quise reaccionar y despertar pero no podía, ni siquiera podía esta vez abrir mis ojos.

-Despierta Arzaylea.

Entonces por fin puedo distinguir su colonia, su voz sigue siendo desconocida pero empecé a reconocer hasta su tacto.