XXXIV✅

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Keine Rückkehr

Sin retorno, en español.

Sea cual sea la decisión que Becker Schwarz tome no podía echarse atrás. Bueno, no es como si tuviera miles solo tenía dos y ninguna salía en su beneficio lo cual me causaba cierta gracia.

¿No podría despertar y que esté Derek? ¿Edwin? ¿Alguien que me siga la conversación y no entrar en un cortocircuito? No. Becker está completamente idiotizado.

-Vamos, ¿Tanta fuerza y nada inteligente? Me decepcionas, Beckersito.

-Cállate si no quieres recibir un puñetazo.

-Asique... La violencia es lo único valioso que tienes. -Concluí sin dejar de sonreír.

Él camina rápidamente hacia mí, con su gran mano rodea mi cuello y con brusquedad me coloca contra la pared golpeando toda la espalda y cabeza. Le sonreí divertida.

-Auch. -Pronuncio lentamente.

Él se pone rojo de ira.

Entonces se escucha un grito:-¡Propiedad privada! ¡Están rompiendo mi puerta! ¡Los denunciaré! -La voz de Kool suena. Los golpes cesaron.

Becker no me soltó.

La puerta se abre, y entra Kool. Sosteniendo una llave, eso explica el porqué ha podido entrar si Becker había puesto seguro. Suelta un suspiro aliviado y se recarga contra la puerta

-Por dios, casi no puedo llegar vivo. Son tan irritab...Oh.

Kool abre grande sus grandes ojos negros y me mira con horror. Vaya, había olvidado su existencia. Y definitivamente había olvidado que guapo era.

-Hola Kool. -Mi voz sonó mas divertida de lo normal, incluso a pesar que estaba contra la pared y Becker aún sujetaba con fuerza mi cuello.

-¿Qué haces? -Kool me ignora y mira a su hermano con horror -Suéltala.

-Si la suelto esta hija de puta hará algo para echarlo a perder.

-Gracias por tanto amor.

-Suéltala, Becker. -Kool parecía tenso.

Casi al instante puedo recordar a Cassandra decir que ambos se sentían atraídos hacia mí

El amor debilita, hermanitos Schwarz...

-Kool ayúdame. -Supliqué con mis ojos llenándose de lágrimas. -Me duele.

-No es capaz de sentir dolor, Kool. -Becker le dice apretando aún más mi cuello.

-¿Y porqué llora entonces? -Kool dudó. Dándome una mirada curiosa.

Será idiota.

-Porque es una hija de puta.

-Suéltala. -Le dice

-Kool...-Advierte.

-Está llorando. Quizá la transformación salió mal y es ella.

-Es demonio. Ya no es ella. Créeme que si sentiría dolor me apartaría fácilmente.

Es verdad, un golpe en sus costillas fácilmente me sacaría de su vista. Pero, me podrían detener ambos. Si Kool se enfrenta a Becker estaría suficiente ocupados como para detenerme.

Le di una mirada de súplica y eso bastó para apretar su manos en puños y de un veloz movimiento lo toma del hombro apartando bruscamente.

Ni siquiera me había dado cuenta que estaba de puntitas de pie hasta que volví a sentir todo el peso de mi cuerpo sobre mis pies descalzos. Al volver a sentir mi cuello descubierto no tardo en rodearlo con una mano.

-¡Te he dicho que la sueltes! -Exclamó con enojo.-¿¡Es que aún no aprendes!?

-La hija de puta se irá si no la vigilo. -Gruñe en respuesta.

-¡Arzaylea! ¡Arzaylea se llama!

-Vamos, Kool. No te pongas sentimental... -Sonríe con amargura

-¿yo sentimental? Imbécil la estabas sujetando del cuello.

-¿Te recuerdo que ella es demonio ahora?

-No has aprendido nada. No has aprendido nada de lo que Derek y Edwin nos han enseñado...

-¿Eso crees?

Mientras los dos hermanos ineptos discutían entre ellos, yo me acerque sin preocupación y la puerta la abrí. Antes de salir miré como ninguno de ellos se percató de ello, rodee mis ojos y cerré la puerta a mis espaldas.

El pasillo estaba vacío. Reconocí la cabellera y los tatuajes de Edwin en las escaleras, está siendo como una barrera para que todos los bajaran. Creo que estoy en el tercer piso

-¡Kilian mantente despierto!

Me inclino hacia el costado y alzó mis cejas. Cierto. Lo había escuchado agonizar. Camino en su dirección, siguiendo la voz, y finalmente llegó a la última habitación donde no tardo de abrir y entrar.

Lo primero que veo en a Kruse sentado sobre sus talones mientras aprieta el vendaje en el estómago de Kilian. Quien se retuerce, suda, gime y grita sobre la cama. Eckert desde la ventana sostiene a Kerstin que lloraba de los nervios y de ver a su hermano retorcerse del dolor.

-En esta habitación está la verdadera fiesta a mi me dejan con el inútil de Becker.

Entonces todos giran a verme.

Todos se sorprenden al instante. Si, he despertado justo en un maravilloso momento. Lo sé. Pero me sentiría mal si al despertar no hubiera vivido esto, vamos que la muerte de un Schwarz es algo digno de presenciar.

Siento algo impactar contra mis piernas y por un instante me tensé. Baje mi vista notando como Kerstin estaba impactada contra mis piernas abrazándome como un koala a su rama.

No me relaje, ni siquiera la abracé o me moví. Solo la miré.

Eckert se acerca a ella y con miedo de que reaccione mal la aleja de mi, Kerstin se queja e intenta volverme a abrazar pero su madre vuelve a alejarla y está vez exitosamente.

Comencé a fruncir mi ceño lentamente

—¿por qué la alejas de mi?

Eckert palideció y colocó a Kerstin detrás de sus piernas, cubriéndola. Kruse al instante se pone de pie y se acerca, le coloca una mano sobre sus hombros indicándole que retroceda y se coloque detrás de él y me enfrenta.

Alce lentamente una ceja

Casi me empiezo a reír, ¿se cree que me interesa dañarlas? Por favor, ni siquiera me interesa que me miren.

Mi vista viaja hacia Kilian, fue inevitable no sonreír y acercarme de él. Kruse no dijo nada pero por la forma que me miraba sabía que si hacía un mal movimiento iba a atacarme para defenderlo.

Al llegar a Kilian, noto una gran capa de sudor por toda su cara y él tenía los ojos cerrados con sus fracciones completamente fruncidas por el dolor.

Le cacheteo la mejilla bruscamente.

—Eh, tú. Despierta.

Él abre los ojos y me mira, sus ojos color ámbar se iluminan por un momento al verme, una sonrisa vaga, dolorosa pero sincera se coloca en sus labios.

—¿Ya me morí?

—¿Acaso ves algún ángel aquí que te ha ido a buscar? —Pregunte bruscamente.

—Entonces estoy en el infierno... —Suelta un suspiro pesado—Sabía que iba a irme al infierno por usar humor negro

—Despabila. —Volví a cachetearlo. Él abre aún más los ojos—Ponte de pie.

Kruse interrumpe rápidamente

—Fue apuñalado. La daga estaba bañada en agua bendita por lo cual... Él...

—Morirá.—Termino yo.

Miré a Kilian y fruncí mi ceño con horror. Lástima. Este idiota iba a servirme mucho para darme información, y me iba a servir mucho su vista del futuro.

Que desperdicio.

Tenía una energía roja que salía por mis dedos, no sé cuando puedo utilizarla, ni siquiera sé cuándo podría creerla, o si era bueno o malo. ¿Algún efecto secundario? No sabía absolutamente nada de mi nuevo yo, ni siquiera si los demonios deben de hacer algo en particular, he oído que gracias a la masacre que se hizo en Deeplake este pueblo funciona a la perfección para los demonios, los alimenta su energía negativa pero no se como. Para eso necesito a Kilian, para que sea mi fuente de sabiduría.

Es insufrible, insoportable, habla mucho y siempre provoca o insista a el caos pero es leal. No tiene lazos sentimentales con la familia Schwarz a pesar de ser uno de ellos, piensa en que por ser un hijastro es distinto y eso lo aleja por voluntad propia. Es perfecto para ser una peón, un libro de sabiduría y sobretodo para saber y entender aún más a los Schwarz.

Sería difícil de conseguir su lealtad, y más en estos momentos donde cambie, que mi humanidad se fue al desagüe y ahora soy una «hija de puta» como diría Becker. Pero si salvo su vida...

Mi vista viaja a su herida vendada, le quito la venda y entonces noto la condición. Estaba completamente agrietado internamente de color negro, casi cubriendo su color paliducho de siempre. Su piel estaba más pálida de lo normal, le habían apuñalado justo debajo de las costillas pero las grietas llegaban hasta su pezón, otras comenzaban a bajar por su cadera y algunas rodeaban su ombligo, y otras sus caderas llegando hacia su columna.

¿Así se ve una herida con agua bendita?

—¿No se puede salvar? —Alce mi vista a Kruse.

Éste se había mantenido siempre a la defensa. Sabía que si le hacía algo iba a atacarme pues aunque se encontraba en total silencio sentía su mirada en mi en todo momento. Espera, pacientemente, que haga algo sin humanidad y estúpido. Pero no saben que aunque no pueda tener la capacidad de sentir, no soy estúpida.

—¿Por qué quieres salvarlo? —Se cruza de brazos a la defensiva.

—Es tu bastardo, ¿no quieres salvarlo tampoco?

—No tienes humanidad, Arzaylea.

Suena más como si intentará recordárselo él.

—Nunca dije que me da pena o algo su muerte. Asique, dime, ¿No hay cura?

—No.

Miro a Kilian y presiono mis labios con fuerza, era mi único Schwarz de confianza y ahora mismo está muriendo.

No es porque me interesará su ausencia, a decir verdad es un insufrible y un entrometido. Recuerdo perfectamente como aparece de la nada misma, tanto para rescatarme como para meterme en problemas. No puede ser, menudo imbécil para dejarse dañar tan fácilmente.

—Arzaylea... —Me llama, mi vista viaja a el color ámbar de sus brillantes ojos. —Lamento no haber encontrado a tu hijo.

Me quedo callada mirándolo. En el fondo de mi, una pizca de incomodidad aparece formando un nudo en mi estómago. Pero me limito a solo mirarlo fríamente.

«tu hijo» suena en mi mente, como un frenesí que no puedo evitar o ocultar.

—Lo he buscado. —Continúa, forzando su voz mientras su respiración es muy irregular—Lo he buscado. Pero, no lo encontré. No sé dónde está solo sé que Max...

De repente se interrumpe a sí mismo y pestañea muchas veces, intentando mantenerse despierto.

—Que Max... —Dejó la frase en el aire, esperando que la continuara. Con que me deje con la intriga... Y contra mi suerte asquerosa, Kilian comienza una lucha interna para mantenerse despierto sin ni siquiera dignarse a hablar.

No dejaré que muera sin saber que tiene que ver Max en todo esto.

Miré su herida y luego a él. Y una idea viajo a mi mente tan rápido como un puñetazo. Alce mi vista a Kruse.

—¿Y si lo muerdo?

Él se desconcierta. Su rostro se vuelve pálido y mira con horror a su esposa, quien sólo se limitaba a consolar el llanto de Kerstin. Me mira, y niega con la cabeza.

—No puedo permitir que haya la posibilidad que él pierda su humanidad.

Era una posibilidad, quizá al morderlo podría terminar de romper su humanidad. Pues después de todo él mantenía un perfecto balance entre su vida humana y demoníaca y quizá podría romperse.

—¿Ó sea que dejaras que se muera?—Él presiona sus labios en una fina línea.—Dejaras que muera. —Repito. El dolor que le causa admitirlo me divierte.—Wow Kruse, ¿estas muy seguro que tampoco has perdido tu humanidad tú?

Miré a Kilian

—Necesita una dosis de veneno demoníaco, el suficiente para que haga un balance con el líquido angelical. Pero algo debe expulsar el veneno angelical de su sistema..., el veneno demoníaco debe ser quien expulse al agua bendita... —Tuerzo mis cejas, forzándome a pensar más rápido —Si le inyecto veneno demoníaco desde su corazón, éste lo distribuirá por todo su cuerpo. Hará que el agua bendita vuelva a ser expulsada por su corte, o en el peor de los casos la expulsará por la boca o nariz.

—¿Desde cuando sabes como funciona el cuerpo y los venenos angelicales y demoníacos? —Pregunta Eckert, totalmente desconcertada.

—Desde hace dos minutos. Necesito algo para inyectarle el veneno.

Eckert –Demostrando que puede dejar de ser una inútil al menos por cinco segundos –, cargando a Kerstin se retira y va hacia el baño a buscar, mientras mantengo la mirada en el pecho de Kilian. Aún respiraba, irregular y lento pero lo hacia.

—¿Por qué lo salvas? —Preguntó después de un largo silencio

—¿Por qué no lo salvas tú? —.

—Intento no convertirlo en un monstruo.

—Yo intento mantenerlo con vida.

—Pero, ¿por qué?

Le sonrió. No puedo contestarle aquello.

Eckert vuelve antes que él vuelva a contestar. Me extiende unas tres inyecciones y yo las cojo rápidamente.

Las dejo sobre la cama mientras que con una me la incrusto sin miedo en mi brazo, donde comienzo a sacarme sangre. Finalmente al llenar la jeringa tomó unos segundos respirando profundamente para luego inyectárselo bruscamente en su corazón.

Y sin saber muy bien el por qué y para qué, me encontraba intentándole salvar la vida a Kilian Schwarz.

Sin dejar que el miedo o remordimiento invadan mi nuevo ser, sin saber muy bien porque en el fondo siento algo cálido asegurándome que es lo tenía que hacer.

Capítulo dedicado a: Kj_alph y @caperuroja  gracias por el apoyo que le dan a esta historia ♡

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Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora