La música sonó aún más fuerte pasadas la media hora, aún faltaba tiempo para los fuegos artificiales sin embargo me detuve unos segundos de tanto caminar por el dolor de mis zapatos, John casi me asesina cuando tuvo que detenerse como veinte veces y a decir verdad no tenía idea porque había ido de vestido y tacones. Por suerte, no eran tan altos.
-¿Pará qué te pones tacones si te lastima los pies? -Bufó John, luchando con las bolsas entre sus manos y el ramo de flores para su madre.
-La belleza es dolor. -Lo miré de mala cara. -Además, ¿por qué no aprovechas a dejar todas las bolsas en tu auto? Son pesadas.
-Si, tienes razón. Por suerte lo aparqué cerca... Bueno, iré a dejar las bolsas, dame las tuyas.
Le extiendo las bolsas en mis manos y él las sujeta, hace una mueca y comienza a caminar hacia el aparcamiento. Me dejo caer aliviada en una banca y acaricio mis tobillos.
Lo que callamos las mujeres...
-Zapatos con tacón. Drama femenino. Hola Arzaylea.
Alce mi cabeza rápidamente encontrándome con unos par de ojos color ámbar.
-No se si alegrarme o asustarme de tu presencia.
El teñido ríe entre dientes y se sienta aún lado de la banca. Donde no tarda en quitar las manos de sus bolsillos delanteros de su jean negro y flotarlos con frío.
-Un poquito de ambas no está mal.
-Te vestiste con tus... -Me retracto al instante y niego-Todos los Schwarz vinieron de negro.
-Si. Cuando salimos los ocho Eckert es una pesada con nuestros atuendos. Quiere que nos vistamos todos como si fuésemos gemelos recién nacidos.
Me reí y él también.
-¿Qué haces aquí?
Kilian gira su cabeza y mira su al rededor con su ceño ligeramente fruncido.
-Disfrutar el aire, ver humanitos, mirar estrellitas, escuchar musiquita, civilizarme y disfrutar el estar rodeado de pueblerinos que me miran como si fuese un puto loco por tener el cabello gris. Me sorprende ser yo quien diga que ellos no se adaptan al siglo XXI.
¿Cuántos años tendrás, Kilian?
-¿Quién obligó a venir?
Suelta un suspiro.
-Eckert.
Me reí entre dientes y negué con la cabeza.
-Me quedaré unas horas aquí, navegando en la miseria humana hasta que se descuide de mi y pueda huir.
-El festival es lindo.
-Yo soy lindo. No este festival.
Rodee mis ojos divertida
-Tienes que admitir que es entretenido.
-¡Claro! -Ironizó -¡Podré comprarme calcetines y boxers nuevos!
-Venden comida también. -Achine mis ojos.
-Menuda mierda. Los festivales de 1950 fueron mejores.
-¿Cuántos años tienes?
-Perdí la cuenta. Pero, mi moto tiene unos diez años.
-¿No cuentas tu edad pero si la de tu moto?
-¡Es mi hija! -Exclama, sorprendido de tener que decirlo
-Ni siquiera es una moto bonita, Kilian.
Él abre la boca sorprendido y lleva dramáticamente una mano a su pecho.
-¡Pero...! ¡Es una deportiva!
-Dramática y poco práctica.
-¡Todos quieren una moto deportiva!
-Eres un cliché, Kilian.
Él iba a decir algo sin embargo se detiene en seco y hace una mueca de entre horror y asco, llevando sus manos a su cabeza. Lo miré curiosa y no tarda en cerrar sus ojos y fruncir su rostro. La gente a su alrededor comenzó a mirarlo extrañamente y yo empecé a sentirme extraña.
-Kilian...
él abre sus ojos y los tiene totalmente negros. Completa y aterradoramente negros. Ahogue un grito entre mis manos olvidándome totalmente de mis talones lastimados y las personas comenzaron a girarse a verme.
¡Que no miren! ¡Los Schwarz los querrán silenciar luego!
Miré mi al rededor con temor, sin saber que hacer.
-Kilian... -Masculle, con los dientes apretados entre si. -Te verán...
Él reacciona por fin, me sube a su regazo de un brusco movimiento haciéndome sentar sobre sus piernas en el sentido que nuestros pechos quedaban rozándose. Él escondió su rostro contra mi abrigo, en mi hombro y se quedó tenso unos largos minutos allí.
Yo, con el corazón latiéndome tan rápido que me iba a matar, permito que me utilice escondiendo sus ojos demoníacos contra mi hombro. Las personas a nuestro al rededor lo dejaron de ver raro para verlo como algo romántico y no prestarnos atención.
Kilian después de unos minutos deja de tensarse y relaja dramáticamente su cuerpo contra mi. Suelta un suspiro y levanta su cabeza de mi hombro para verme.
Mal acto. Nuestras narices se rozaron entre sí, y a mi casi me da un paro cardíaco.
-¿Tengo los ojos bien? -Me pregunta por fin.-¿Volvieron a la normalidad?
No fui capaz de hablar, mi voz se fue junto a mi estabilidad mental pero asentí frenéticamente con la cabeza. Ahora tenía el color blanco al rededor normal y típico.
Él me coloca a su lado suavemente bajándome de su regazo y mis mejillas se incendian en cuanto debo acomodarme de mi vestido ya que se me había subido por los muslos.
Ojalá nadie haya visto eso
-Tuve una visión. -Se pone de pie mirando su al rededor con el ceño fruncido. Comienza a ver su al rededor tan rápido y paranoico que comienza a marearme y él dar giros en su lugar.
-¿Qué viste?
-No sé
Comienza a caminar a paso apresurado y lo observó boquiabierta. Él se detiene y se gira
-Sígueme.
Negué con la cabeza frenéticamente.
-No.
No confío en ellos.
Él rodea los ojos y camina hacia mí, sujeta mi rostro con sus manos y me obliga a verlo a los ojos.
-No estoy mintiendo. Créeme, por favor.
-Lo siento Kilian, ya no quiero estar en esto
Él busca algo en un gran abrigo y luego saca un objeto, me entrega dos dagas. Son pequeñas pero brillan ante el movimiento. Las coloca entre mis manos
-Tienes un arma de combate cuerpo a cuerpo en tus manos. Te daría algo más pero es lo único que tengo. Estoy desarmado.
-Eres un demonio, no necesitas esto.
-Serás astuta. -Rodea sus ojos y mete las manos a su capa nuevamente, para luego sacar una pequeña botellita de no más de 100 ml. Llega de agua. Me la extiende. -Agua bendita.
Guarde todo en mis bolsillos y asentí.
-No volveré a dirigirte la palabra si es una trampa.
-Lo sé. Solo... Sígueme.
Él comienza a caminar apresuradamente, y yo detrás quejándome por mis tacones, mis talones adoloridos y extraña por tener armas y agua bendita en mi bolsillo decido confiar en que no es otra trampa de los Schwarz.
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Maldición Alemana [#1] ©
FantastikLos schwarz Seguramente has escuchado sobre ellos, todos en DeepLake hablan sobre esas personas. He escuchado muchos mitos y leyendas sobre esa caótica familia Seis hermanos, una hermana y unos padres extraños. Seguramente has escuchado que son cóm...