XIII✅

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No sé cuanto tiempo he estado durmiendo, sea lo que sea que han inyectado había hecho que no pudiera estar despierta por más de media hora

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No sé cuanto tiempo he estado durmiendo, sea lo que sea que han inyectado había hecho que no pudiera estar despierta por más de media hora. Sin embargo en cuanto abro los ojos puedo sentir parte de mi cuerpo y moverme. Eso era aliviante, estaba segura que esa droga ya había terminado de salir de mi cuerpo.



Mire mi al rededor, la habitación completamente blanca y prolija daba miedo, me inclino hacia adelante y siento como si hubiera pasado años que no hubiera movido algún musculo. Me pongo de pie y noto una oleada de frío invadirme, miré como en la silla alado de un gran ventanal había ropa doblada femenina. Quizá sea para mí.



La tomó y me introduzco en completo silencio en el baño que había, cepillo mis dientes con un cepillo que se encontraba dentro de su paquete sin abrir, supongo que será el cuarto preparado para invitados. Me cepillo mi cabello con mis dedos y luego me visto, dejo el vestido tirado pero eso no parece importarme.



Busque con la mirada mi bolso. Lo encontré, al acercarme a él busco rápidamente mi teléfono y lo encuentro pero sin batería. Mierda. Tomo mi bolso y me acerco a la puerta cerrada. Con miedo asomo mi cabeza a ver por el pasillo de la gran casa y me encuentro con que esta vacía



Intento dar un paso sin embargo escucho la voz de Eckert y me vuelvo a meter con rapidez a la habitación.



-¡Estoy bien cariño, tranquilízate! -Escuche su voz pasar por el pasillo junto a sus ruidosos tacones -Estoy con Muller. Aunque no me gusta nada que te lleves a todos menos a Mull ¿uh? -Creo que habla por teléfono ya que no escucho otra voz -Vale si entiendo, pero debes tratarlo igual como a los demás, que haya decidido no hablar no significa que sea distinto, amor



Decidido



Entonces entiendo. Él sí puede hablar pero ¿qué sufrió como para decir no hacerlo más?



-Bueno, he visto hace diez minutos a Arzaylea y aún no despierta asique veré a Mull entrenar y luego veré si preparo algún almuerzo. -No vuelve a decir nada, sin embargo la siento detrás de la pared. Ella no se ha ido se ha detenido a hablar -Esta bien cariño... Kruse ya hemos hablado de esto. ¿Entonces qué con Becker? Él tiene más serios problemas y no veo que lo trates distinto?



Fruncí mis cejas ¿cuidar de mi? Menuda forma de cuidarme, inyectándome droga.



» no te hagas el desentendido, te conozco mejor que nadie idiota. O tratas bien a Mull o te juro que estarás como Kilian, sin techo... ¡No te rías es en serio, te echaré! ¡Ya!¡Ya! Vete que mis amantes me esperan en el dormitorio. Ja, ja, es broma. Te amo cuídate y cuida a los niños.



Dicho eso escucho como vuelve a sonar sus tacones y su voz que continúa hablando por teléfono sino que ahora en alemán, me alejó de la puerta y mire la habitación con detenimiento.



¿Cómo salir de aquí sin que una mujer alegre pero peligrosa y un psicópata silencioso no me vean?



Mire el balcón y ahogue un grito con mi mano y brinque en sorpresa al ver a Kilian sentado en el balcón, me daba la espalda y estaba inclinado hacia adelante sobre la baranda y jugaba con algo entre sus manos. Sé que me da la espalda sin embargo también sé que sabe que me he despertado e intentado escapar.

Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora