XI✅

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La situación en la casa de los Schwarz rozaba entre lo incómodo y lo gracioso

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La situación en la casa de los Schwarz rozaba entre lo incómodo y lo gracioso. Estaba segura que Becker y Kool habían hecho un complot para hacer esto intenso y pesado, Eckert y su marido Kruse insistían en amenazas alemanas que a decir verdad no entendía pero por sus tonos estaba segura de que eran amenazas.

Derek y Edwin no aportan mucho, se concentran en lo más importante de la noche: la comida.

Y Muller... No tiene sentido decir algo de él, tiene rostro inexpresivo y no dice nada, como de costumbre, y me mira intensamente. Podía acostumbrarme a su mirada, de hecho poco a poco lo hacía.

Kerstin es mi salvación esta noche, pues literalmente me habla de cualquier cosa que se le pueda cruzar por la cabeza, entendía aún más todo al escucharla hablar, realmente no parecía tener tres años y saber que mentalmente no los tiene hace que ate muchos cabos sueltos.

Sin embargo mi salvación se ve interrumpida ante que es media noche y la niña debe dormir si o si. Eckert se encargó de llevarla y comí en silencio mientras tanto.

—Cuéntame, Arzaylea. Dime que hay de interesante en Deeplake, ¿algo nuevo?

—Mm, no hay mucho nuevo a decir verdad. Dudo que haya cambiado desde la última vez que se han ido.

Eso es, toca ese tema de conversación.

Muller me miró frunciendo sus cejas

—Quizá tengas razón. —Murmuró bebiendo de su copa el vino —¿Qué es lo que tiene Deeplake para detener a una chica tan joven por aquí? ¿Tienes familia en el pueblo?

—No. Pero tengo a los niños del kinder, son mi familia. No podría dejarlos

Kool se ríe, sin embargo ignoro su risa totalmente, ni siquiera lo miro.

—Es impresionante el vínculo que pareces tener con los niños, Arzaylea. Kerstin jamás ha sido sociable y mucho menos ha tenido amigos y en tan solo horas, días eres su única amiga.

Sonreí sin saber que decir y le di una mirada divertida, volví mi vista al pavo y note como Muller seguía mirándome.

—¿Siempre has sido tan unida a los niños? —Preguntó Derek, interesado.

—No. —Admití —Sólo desde hace unos seis años. Iba a ser médica pero, los cambios de la vida.

—Médica —Repite Edwin pensativo —Es un gran cambio.

—Si, lo es.

Eckert vuelve a la mesa y toma asiento. Ya todos habían terminado menos Muller que no había tocado su plato en toda la noche.

—¿Gustas de un postre o un trago?

Lo último que quiero es alcoholizarme aquí, pero tampoco quiero un postre

—Un trago. —Conteste.

Kruse se intenta poner de pie sin embargo Kool copia su acción.

—Iré yo, padre. Le traeré bourbon.

Si, como no.

Sin más, se pone de pie y va hacia la mesa de nuestra izquierda que estaba llena de botellas.

—Debe ser complicado dirigir una familia tan... Numerosa.

Por no decir una familia con hijos tan imbéciles

—Lo es. —Kruse contestó. Él y su esposa eran los que más me hablaban. —Aún mucho más cuando tus hijos parecen tener cinco años.

Kool se acerca y me da la copa. Mira a su padre luego

—Tienes una hija de casi esa edad.

—Tú tienes más años de los que aparentas y pareces igual de insolente.

Eckert vuelve a poner una mano sobre la de su esposo y éste relaja sus músculos.

Frustrada porque no demuestren algo de respeto, me giro a mirarlo.

—¿Te vas a comportar o ser un idiota toda la noche?

Mi tono de voz sorprendió dejó de ser dulce y tímido como hace unos minutos. Ahora mi tono de voz era frío y directo, sin paciencia.

Kool no se sorprendió de hecho me sonrió aún más

—¿Y qué si soy un idiota, chica bourbon? —Inclino su cabeza, mirándome aún más fijo a mis ojos —¿Qué harás?

—Cuidado hermano, ella dice que me dañara. —Becker parece divertido.

—¿y qué puede hacer una humana tan... Indefensa e ignorante como ella?

Con coraje, tomó la copa de bourbon y tiro su contenido en la cara de Kool, en un rápido movimiento, cojo el vaso de agua de Edwin y no tardo en tirar su contenido en Becker. Ambos, empapados se ponen de pie bruscamente incrédulos.

Becker no tarda en sobre la mesa estirar de su mano y sujetarme del brazo, su agarre es mucho más fuerte que el otro

Y en cuanto iba a levantar su mano y yo recibir su golpe, Derek interrumpe:

—Hermanos, retírense. Ahora.

Becker no se mueve, sin embargo lo dicho fue suficiente para que no me golpeara y solo tome de mi brazo.

—Raus von hier!  Bereits! * — Kruse grito dándole un golpe a la mesa que hizo que de un brinco de sorpresa. Su tono de voz se había elevado y sus fracciones estaban endurecidas, su pecho subía y bajaba sin control alguno.

Becker me miró a los ojos, sus pupilas estaban dilatadas. Lo miré también, si me golpeaba esta segura que estará en problemas y eso era lo que él también sabía y lo que lo contenía.

—¡Becker! —Gritó Derek, exasperado.

Becker por fin se tira hacia atrás y suspira, volviendo a la normalidad. Kool se sentó y miraba su plato fijamente, creo que se ha arrepentido.

—Cámbiense —Ordenó de nuevo Derek. Los dos hermanos idiotas se retiran por fin.

Mire a Kruse, él tenía los ojos cerrados presionando sus párpados entre sí, Eckert le acariciaba la mejilla y le susurraba cosas y eso parecía relajarlo.

—Arzaylea, ¿Te encuentras bien? —Preguntó Eckert mirándome por fin. Su esposo también me miró

—Si.

No podía darle la satisfacción a ese imbécil de quitarme mi estabilidad.

—Comeremos el postre. Cariño, ¿me ayudas a traerlo?

Kruse se pone de pie, parecía duro, se movía como un reloj y sus puños estaban cerrados. Finalmente se fue junto a su amada hacia lo que creo que sería la cocina, me sentí mal por ellos por un momento, parecían Esforzarse en que todo saliera bien pero sus hijos eran unos cretinos.

Siento otro agarre en mi brazo y me alertó sin embargo era Derek que tocaba mi piel con su dedo índice.

—¿Quieres que te cure?

—¿Qué?

—¿Tengo que volver a decir que mis hermanos y yo no somos normales? —Alzó sus cejas.

Soy una tonta.

—Yo, lo siento. Es que no me acostumbro y me olvido. —Menee mi cabeza—Estoy bien, gracias.

Él asiente no muy convencido y me tomó unos segundos mirando su agarre, el lugar donde me había sujetado esta colorado.

Eckert vuelve tras unos momentos junto a su esposo que ya parece completamente normal cargando los postres. Me pregunto si también tiene problemas de ira como Becker aunque él parece calmarse por Eckert.

A diferencia que Becker que no hay quien lo calme.

Hablando de los reyes de Roma, Becker y Kool vuelven ya cambiados nuevamente hablando entre sí en murmuros, me dan un mirada rápida antes de volver a sentarse en la mesa.

—Lo sentimos, Arzaylea. —Dice lentamente.

No contestó, solo los miró con rencor.

Mi teléfono suena y me sentí nerviosa a mirar como todos colocaron su mirada en mi bolso. Quito mi celular avergonzada pero me detengo al leer « « mamá »» en la pantalla.

—Lo siento —Digo poniéndome de pie, pongo el teléfono en mi oído mientras camino hacia la sala donde estábamos esperando antes, donde puedo hablar sin ser escuchada. —¿Mamá? Mamá, ¿estás bien?

Un sollozo. Siento mi cabello erizarse.

—H-Hija, no lo entiendo...

—Mamá, relájate... ¿Qué sucede?

—No sabía... No sabía cómo decírtelo y no podía, pero te lo diré hija.

—Mamá, por favor dime que pasó.

—Esta muerto.

Sentí un escalofrío recorrerme de mi cabeza a pies, mis ojos casi se cierran y luche para que mantenerme de pie y no derrumbarme

—Él estaba bien, estaba vivo y bien pero... Nos ha llegado una carta y era extraño pero lo ignoramos y cuando estaba haciendo sus tratamientos lo dejé solo para ir a buscar café, llevaba horas sin dormir y parece que alguien... —Suelta un suspiro y llora con fuerza detrás del aparato —Lo asfixiaron con una almohada.

No dije nada, por segunda vez. No tardó en estirar de mi mano y sujetarme del mueble a mi lado porque sentía que me iba a derrumbar en cualquier momento.

—¿Papá esta muerto? —Susurre, quizás ni me escuchó por el tono tan bajo y suave que utilicé

—L-Lo lamento tanto, hija. —Llora con fuerza—Yo... No se como alguien pudo hacerle eso.

Mis piernas fallan, pero no caigo, me sujete aún más con fuerza del mueble.

—¿Qué... Qué tipo de carta han recibido?

—Solo una que decía, «me alegro por su mejora Señor Brown.» Creímos que podría haber sido algún médico. Tú padre... Tu padre ya estaba venciendo su cáncer, aún tenía futuro.

Y vuelve a llorar a gritos.

—¿Qué tipo de carta, madre? —Pregunté, luchando para no comenzar a gritar como puta loca. Aún no reaccionaba.

—Te enviaré una foto.

Dicho eso cuelga. Cerré mis ojos con fuerza por unos segundos e intente no comenzar a llorar, el dolor en mi pecho acompañado con el nudo en mi garganta se extienden, cada vez más fuerte, cada vez haciéndome más débil.

Abrí mis ojos y veo las fotos que me ha mandado.

Una carta negra

Letras doradas y en cursiva.

La misma carta que me han enviado junto al vestido.

Y tenían el lacre.

El lacre de la familia Schwarz.

Alce rápidamente mi vista y los observó con horror, casi siento la tensión subir y hacerme vomitar ahí mismo todo.

Mientras yo jugaba a querer acercarme a ellos para liberar todos sus secretos, ellos ya estaban un paso adelante. Sabiendo de mis padres y también asesinándolo

 Sabiendo de mis padres y también asesinándolo

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Madre mía, madre mía. ¡Que desastrosa situación! ¿Hará un escándalo o fingirá indiferencia?

¿Notaron qué extraños se pusieron al ver su vestido? ¿Qué será?

Un minuto de silencio para el Señor Brown :(

Hasta mañana bellezas;)

Raus von hier!  Bereits!* : ¡Sal de aquí! ¡Ya!

Maldición Alemana [#1] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora