ATENCIÓN: CAPÍTULO +18
Entramos a su departamento riéndonos entre besos y chocándonos contra todo lo que se nos cruzaba en el camino. No habíamos dejado de besarnos desde que nos habíamos bajado del taxi en la puerta de su edificio. Una vez dentro de su departamento, Damián a duras penas se separó de mi unos segundos para cerrar con llave la puerta y así evitarnos un mal momento.
No tardó mucho en estampar nuevamente su boca contra la mía y yo no perdí el tiempo en enredar mis brazos alrededor de su cuello. Sus manos viajaron hasta mi cintura y luego comenzaron a bajar lentamente, en medio de caricias y apretujones, hasta llegar a mis nalgas. Lo amaso sin vergüenza ni piedad y, cuando se dio por satisfecho, bajo sus manos hasta la parte posterior de mis muslos, tirando luego de ellos para que enredara mis piernas a su cintura. Volvimos a avanzar sin despegarnos ni un centímetro y sin darnos tregua.
Cuando entramos en la que supuse que era su habitación, me apoyó sobre una cómoda, tirando en el proceso varias de las cosas que había sobre ésta. Sus manos se colaron por debajo de mi vestido y comenzaron a ascender, subiendo la prenda mientras avanzaba, hasta que la misma llegó a la altura de mi vientre.
Mis manos abandonaron su cuello y viajaron hasta su pecho, donde el segundo botón de su camisa esperaba a ser desabrochado por mí. Continué desabrochando lentamente uno por uno los botones mientras él acariciaba mi cintura. Nuestras lenguas se enredaban, nuestros labios succionaban y nuestros dientes intercalaban suaves mordiscos aquí y allá.
Antes de que pudiera sacarle la camisa, él tiro de mi vestido, sacándomelo por la cabeza. Nuestros besos se vieron interrumpidos tan solo unos segundos, pero nuestros labios pronto volvieron al ataque. Retome mi misión y tiré de la tela que todavía cubría a medias su torso, provocando que ésta se deslizase por sus brazos y terminara por caer al piso a un lado de mi vestido. Mis manos ahora eran libres de recorrer su pecho desnudo sin impedimentos, así que me deleite en ello.
Damián se despegó de mi boca y comenzó un recorrido que arrancó en mi mandíbula, siguió por mi cuello y llegó hasta el valle de mis pechos. Desabrochó mi corpiño con una habilidad extraordinaria, mientras seguía con su recorrido a base de besos húmedos hasta llegar a mi abdomen. Se detuvo unos segundos ahí, podía sentir su aliento caliente sobre mi piel, provocándome miles de sensaciones.
De un momento al otro, pude sentir como sus dientes tironeaban del borde de mi tanga, lo cual me hizo sonreír ante el recuerdo de lo que me había dicho Lore. Sus dos manos bajaron de mi cintura hasta mis caderas y sus dedos se enredaron en la cinturilla de mi ropa interior. Mientras tironeaba de ella, continuó su camino de besos por la cara interna de mis muslos, haciéndome estremecer.
Se agacho frente a mí para quitar la prenda íntima y luego, con suma lentitud y delicadeza, desabrochó las hebillas de mis zapatos. Ahora me encontraba completamente desnuda ante él, quien todavía iba vestido de la cadera para abajo, algo que pensaba solucionar en ese mismo instante.
Me bajé del mueble y me acerqué a él con movimientos felinos ante su atenta mirada. Sus ojos me recorrieron sin disimulo y me sentí complacida cuando sus labios se curvaron en una hermosa sonrisa. Llevé mis manos a sus caderas y acaricié la piel expuesta hasta llegar al botón de sus jeans. Desabroché el mismo y comencé a bajar el cierre mientras que nuestros labios se volvían a encontrar.
Tire de la cinturilla de sus pantalones junto con el elástico de su bóxer, pero solo logre bajarlo un poco antes de que él tomara cartas en el asunto. Sin separarse de mis labios, y haciendo malabares, logró sacarse todo de la cadera para abajo, incluidos sus zapatos y medias.
Al fin ambos nos encontrábamos como dios nos trajo al mundo. Era capaz de percibir el calor que emanaba de su cuerpo y no tarde mucho en sentir su erección sobre mi vientre cuando envolvió mi cuerpo con sus brazos, acercándome más a él.
ESTÁS LEYENDO
¿Y si...? #PGP2020
RomanceSofía le huye a los compromisos. Damián recién sale de una relación tóxica . Varik está más bueno que el pan. Decisiones. Decisiones. Decisiones. ¿Quién dijo que tomar decisiones era fácil? Porque, aún cuando tus convicciones son firmes, es difícil...