La desesperación llena la sala de mi hogar cuando el reloj marca las siete de la noche. Mamá está llorando mientras que papá hace llamadas telefónicas a los padres de las amigas de Jessie, Oliver niega repetidas veces con su cabeza cuando le preguntan si nuestra hermana no le ha dicho nada y yo solo observo todo el caos desde el sofá, donde mi madre me acostó luego de darme una medicina para la fiebre.
Hace un rato escuché a mamá enumerar las posibles cosas que pudieron haberle pasado a su hija mayor y mi miedo por ella se manifestó. Sigo creyendo que mi hermana es mala, pero eso no quiere decir que quiera que le pasen cosas malas.
—Sus amigas niegan saber algo de ella —informa papá, luego de colgar el teléfono—. No hay rastros. Creo que a estas alturas deberíamos ir a la policía, han pasado muchas horas desde su desaparición. —Nunca lo había visto tan desesperado.
—Iré a cambiarme para que vayamos a una estación.
Me quedo en mi lugar observando todo. No tengo nada que decir puesto que hay cosas que no entiendo del todo. Creo que Jessie puede estar con su novio, el hombre con el que tantas veces ha hablado por teléfono frente a mí, pero no me atrevo a decir nada porque ella me dijo que es un secreto.
Cuando mamá y papá suben a su habitación me dirijo a Oli, quien está sentado en el segundo escalón de la escalera.
—Oliver, ¿tienes secretos de hermanos con Jessie? —inquiero.
Me siento a su lado en la escalera ignorando el dolor en mis piernas y él suspira. Luce cansado, preocupado y asombrado a la vez.
—Sí.
Su seca respuesta me impulsa a hablar. No me interesa que esté molesto, es necesario saber si Jessie le ha contado sobre su novio ya que Oliver es más grande y tal vez pueda ayudarme a descubrir si ella está con ese hombre.
—¿Sabes que ella tiene un novio? —Me mira con curiosidad apoderándose de su expresión.
—Algo sé, ¿por qué? —Ahora sí luce interesado en conversar conmigo.
—Puedes llamar a su novio y preguntar si está con él —digo con un tono de obviedad—. No quiero que papá y mamá vayan a la policía.
—Ya le envié un mensaje a su novio y me contestó que ya viene en camino con Jessie —me explica en voz baja—. No digas nada, Alyssa. Jessie llegará antes de que mamá y papá se vayan, no deberías tener miedo, estás enferma y debes descansar.
Pongo mis codos sobre mis rodillas y apoyo mi barbilla en las palmas de mis manos al tiempo que un suspiro abandona mis labios. Toda esta situación me asusta y me preocupa, nunca entenderé porque a veces todo es tan complejo con mis padres y mis hermanos. En los cuentos de hadas todo parece muy sencillo y me cuesta creer que en la realidad todo es difícil, ¿por qué no hacemos del mundo uno de fantasía? ¿Por qué no intentamos cometer buenas acciones como las princesas y príncipes de las historias que leo y veo? ¿Por qué, teniendo la posibilidad de ser los buenos del cuento, hay personas que se esmeran en ser villanos?
—Sé que no debo decir nada —aclaro en su dirección, me molesta que me recuerde eso cada segundo—. No entiendo porque ella siempre hace cosas malas.
—Tampoco entiendo porque se relaciona con ese hombre. —Niega con su cabeza.
Justo en ese instante la puerta se abre y acto seguido mi hermana entra. Luce despeinada y viene vestida con el uniforme de su colegio. Se ve nerviosa, pero feliz a la vez. La he escuchado decir que el regaño de mis padres no valdrá nada si ya ha hecho y disfrutado lo que quiere.
—¿Qué diablos crees que hiciste? —Oliver se pone de pie de golpe quedando a una altura superior a la de Jessie.
—No es tu asunto.
—Es mi asunto porque eres mi hermana y porque sé en qué cosas estás metida —ataca Oliver y yo solo los miro desde mi lugar—. Mamá y papá están preocupados, hasta Alyssa lo estaba. No sé cómo tienes el descaro de escaparte con ese hombre, deberías darte cuenta de que no te conviene.
—Cállate. No me vengas con tus sermones. —Rueda los ojos—. Sé lo que hago. Él me ama y me lo demuestra siempre, no te metas en mi vida.
—¡Él tiene casi treinta años, Jessie! —exclama Oliver y abro mucho mis ojos—. Pensé que eras más inteligente que esto. —La señala.
No me imaginé que mi hermana tuviera un novio tan mayor, pero no creo que sea malo si Jessie dice que la quiere. De igual manera Oliver parece muy enojado.
—Ya —habla Jessie comenzando a subir las escaleras pasando por mi lado en el proceso.
Sabemos que se dirigió al cuarto de mis padres cuando escuchamos un grito de felicidad abandonar la garganta de mi madre seguido de regaños y explicaciones conformadas por mentiras.
Jessie dijo que fue al cine con unas amigas que mis padres no conocen y que su celular se quedó sin batería, pero yo sé perfectamente que eso es falso ya que en medio de la discusión con Oliver ella dijo cosas completamente distintas.
Sin embargo, él me pidió que mantuviéramos todo como un secreto de hermanos.
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Como un cuento de hadas
Short StorySi alguien tuviera que describir a Alyssa Weber usando solo tres palabras, esas indudablemente serían: curiosa, traviesa y bondadosa. Esa escurridiza niña de cinco años lucha contra todos los dragones que la acechan a ella y a su familia, sin embarg...