Capitulo 52

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—Jimin ¿Quieres ser mi padrino de bodas?—preguntó el pelinegro.

[♡]

Llevaban varios minutos en completo silencio, después de la cena se dirigieron a la sala donde Yoongi prendió el televisor y puso la película favorita de ambos.

Jimin no sabía que contestar a la pregunta del mayor, la idea de ser padrino de bodas le hubiera gustado si se tratará de un amigo; sin embargo viniendo de Yoongi el mal sabor de boca llegaba hasta lo más profundo de su garganta.

Quería negarse, pero al ver el brillo en los ojos del pelinegro lo hacía cuestionarse en si aceptar o no.

La boda estaba más cerca y su tiempo con Yoongi cada vez era menor, deseaba disfrutar cada momento junto a él con la idea de que el mayor recuperé la memoria, pero cada vez que el chico le mencionaba sobre su matrimonio eso lo veía como algo imposible.

Lo había intentado, muchas veces tratando de no lastimarse en el transcurso de su travesía, sin éxito, dañando su corazón y con la poca esperanza que le quedaba, una última idea llegó a su mente.

Apagó el televisor y Yoongi extrañado volteó a verlo con el ceño fruncido.

—Estaba en mi parte favorita—puchereó cruzándose de brazos, tierno pensó Jimin.

—Me gustas—habló sin titubear.

—Si, tú también me gustas Jiminie—dijo sonriendo.

—Creo que no me has entendido.

—Se que te gusto como amigo y tú también me gustas Jimin, desde que nos conocimos.

Jimin suspiró riendo en el transcurso, sabía que el mayor no había entendido sus palabras.

—Me gustas, pero no como amigo.

Una enorme O se formó en los labios de Yoongi, algo desconcertado por la confesión que le ha hecho Jimin, otra persona se hubiera sentido feliz de ser correspondido antes sus sentimientos que aún están ocultos, pero en ese momento se sintió mal.

Desde hace un tiempo se cuestionó si era buena idea revelar sus sentimientos; sin embargo esa idea desapareció cuando su mente le decía que talvez Jimin no sentía lo mismo que él.

Ahora que ha escuchado lo que tanto hubiese anhelado escuchar desde que comenzó todo, salió corriendo como un cobarde.

Corrió hasta quedarse sin aliento, las lagrimas cayendo sobre sus mejillas, sus piernas ardían al caer 2 veces sobre el asfalto frio y un dolor en su pecho lo mareaba intensamente.

Quería gritar y sacar todo el dolor con el que ha cargado desde hace un tiempo, muchas cosas se habían acumulado en su cabeza y era hora de sacarlas a flote.

Llegó a un parque desolado y en medio de la oscuridad lloró desconsoladamente.

Por su parte Jimin se quedo sentado en el sofá viendo a la nada, pensando en que su idea había sido lo más tonto que ha hecho en toda su vida.

Lo había perdido, en tan solo unos segundos todo su mundo se derrumbo, entendía que el mayor saliera de su apartamento despavorido por su confesión, pero dolía y quemaba como una brasa que ha estado en el fuego durante mucho tiempo.

Su vista se dirigió al ventanal junto a él.

La nevada que se había previsto para ese día comenzó, se levanto y se asomo al balcón para apreciar lo copos de nieve que recién comenzaban a caer.

Miró hacía al suelo y vio el carro parqueado de Yoongi a un lado de la acera, Jimin se extraño y sin pensarlo dos veces salió en busca del mayor.

Llegando al ascensor vio a Taehyung salir de el.

—Jimin—llamó el peliazul.

—¿Viste a Yoongi?

—No, su auto está parqueado, pero no lo he visto, pensé que estaba en el apartamento.

Jimin chasqueó la lengua y una creciente preocupación se instalo su pecho, algo le decía que nada bueno estaba por venir.

—Debo ir a buscarlo—dijo para si mismo que para el chico que lo veía con extrañez.

—¿Paso algo?

—Si, después te cuento.

El peligris regreso al apartamento por las llaves de su auto y un abrigo extra.

Sus pies bajaban con velocidad las escaleras, en ese momento lo único que le importaba era encontrar a Yoongi.

Si algo le pasaba sería su culpa, en ese momento se recriminaba por hablar de sus sentimientos con alguien que está por unirse en matrimonio, fue desconsiderado por su parte, por lo que apresuró más el paso hasta llegar a su auto que ya estaba cubierto de nieve.

Con la poca visibilidad trataba la manera de ver el camino que con el pasar de los minutos era cubierta por capas de nieve.

Busco en varios lugares preguntando a las pocas personas que transitaban por el lugar si habían visto al chico de cabello negro transitar por esas calles.

Sin éxito, siguió recorriendo la ciudad con la esperanza de encontrarlo, eran las 2 de la mañana y Jimin para ese momento había comenzado a llorar pensando lo peor.

Un último lugar estaba en su lista, el apartamento de Yoongi estaba cerca de donde él transitaba y con la esperanza renaciendo en su corazón se dirigió al lugar esperando encontrarlo sano y salvo.

Cuando finalmente estuvo frente a la puerta dudaba en si entrar o no, tenía miedo de no encontrarlo y si lo encontraba no sabía como mirarlo al rostro sin sentir vergüenza.

Batallando por varios minutos decidió entrar encontrando a Yoongi desplomado en el pasillo.

Rápido se acercó a él y tocó su frente sintiendo la temperatura del contrario, había contraído fiebre debido al frio y pudo notar enormes raspones en sus rodillas.

Como pudo lo cargo hasta su habitación y con lo poco que encontró en un botiquín comenzó a curar cada una de las heridas del pálido.

Colocó un trapo sobre su frente y paños tibios sobre sus heridas, el sueño estaba por ganarle, pero intentaba mantenerse despierto para estar al pendiente del mayor.

Mientras intentaba no cerrar sus ojos, Yoongi comenzó a moverse entre quejidos, la fiebre aún no cesaba y eso preocupaba a Jimin.

Al hacer el cambio de paños escucho al mayor hablar entre dientes.

Jimin dejo lo que estaba haciendo y acercó su oído para intentar escuchar mejor lo que el mayor decía.

Debía ser fuerte, pero su corazón para ese momento ya se había quebrado en mil pedazos.

—Jimin, tú también me gustas.




























Gracias por leer ♡

Nota:Lo siento si sienten que esto va lento, pero desde este punto la historia tomará su rumbo original.

Promise//Yoonmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora