Capítulo 7

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Irina

-Vamos a callar a esa zorra- me dijo Alexa cuando Kayla se fue, le sonreí y asentí.

Estaba sorprendida por el cambio tan brusco que había tomado mi relación con Sophia. Ella era mi mejor amiga, la persona a la que le confiaba mis secretos, con la que hice mi primera fiesta de pijamas, con la que hablaba de chicos desde los 12 años y ahora simplemente parecía odiarme.

¿Tan rápido lo había olvidado todo? ¿Qué le había hecho yo para que me tratase así? Esto no podía ser solo porque no quería que yo estuviera en el equipo, siempre he sabido que a Sophia no le caía bien Kayla pero hacer desaparecer su formulario de inscripción para que no pudiera hacer las pruebas era demasiado hasta para ella y algo me decía que esto no era todo.

No podía dejar de pensar en Sophia mientras calentábamos. Entonces llamaron al grupo 3, era el momento de hacer la prueba. Me dirigí a mi puesto y miré al frente, la entrenadora estaba frente a nosotras y las chicas que habían hecho las pruebas junto con las ya animadoras del equipo estaban sentadas en las gradas con los jugadores del equipo.

La verdad es que me ponía un poco incómoda que tanta gente me estuviera viendo, hace un año que no actuaba en ninguna parte pero eso iba acabar hoy. Estaba decidida.

Comenzó la canción y yo empecé a bailar todos los pasos que había memorizado y practicado en el fin de semana, cerré los ojos y me dejé llevar por la música. Todo iba bien hasta que abrí los ojos, una sensación extraña se instaló en mi pecho al ver que todos me estaban mirando.

No podía hacerlo, simplemente ver como me miraban me hacía recordar a cómo me miraban ellos. De forma lasciva y asquerosa, solo podía ver los ojos de esos hombres entre la multitud....hasta que unos ojos verdes profundos e intensos coincidieron con los míos y me hicieron reaccionar.

Yo no estaba en esa vieja fábrica, me encontraba en el gimnasio del instituto haciendo las pruebas de animadoras y los que me miraban no eran unos delincuentes si no mis amigos y compañeros. YO ESTABA BIEN Y A SALVO. Esa afirmación fue la que hizo que siguiera bailando y lo diera todo.

Cuando acabamos recibimos multitud de aplausos y la entrenadora nos dio un descanso de cinco minutos tras decir los nombres de las que seguíamos en las pruebas, entre ellos estaba el de Alexa y el mío. Mentalmente le agradecía a esa persona de ojos verdes esmeralda haberme transmitido tanta paz, estaba tan concentrada recordando esos ojos que no vi venir a Sophia y entonces un líquido frío me sacó de mis pensamientos.

Agua.

Me quedé sin palabras, iba a insultarla, a gritarla, a reprocharle por todas la cosas que estaba haciendo y que había hecho pero no me dio tiempo a hablar, ella empezó a deshacerse en disculpas. La conocía bien, sabía que esas disculpas eran falsas pero no pensaba entrar en su juego.

-No importa- le respondí -Voy a cambiarme, tengo otra muda en lo probadores. Ahora vuelvo- le dije a Alexa.

Fui hacía los vestuarios, los pasillos estaban en completo silencio y tampoco había nadie en los vestuarios femeninos. Abrí mi taquilla y solté un improperio al ver que había olvidado mi bolsa con ropa extra para casos como este. En ese momento escuché un ruido y me sobresalté.

-¿Hay alguien ahí?- pregunté a la nada.

¿Quién iba a haber? Y si hubiera alguien no creo que me dijera "si, estoy aquí y voy a secuestrarte"

Me obligué a calmarme y me dirigí a los lavabos, me miré en el espejo y ¡DIOS! Estaba fatal, tenía las mejillas sonrosadas, el pelo revuelto en una coleta que no sujetaba ningún pelo en condiciones y la cara sudada.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora