Capítulo 38

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Kayla

Tomé otra camiseta y la metí en la maleta.

Nunca me había gustado hacerlas. De pequeña, hacer la maleta era sinónimo de soledad. Algunas veces porque cuando se hacían eran mis padres los que se iban de viaje con mi hermana y me dejaban en casa, otras era porque aunque estuviéramos en otra ciudad, o incluso país, la sensación de rechazo se seguía perpetuando en mí.

Sentí su presencia antes, incluso, de que hablara. Ver su figura apoyada en el umbral de la puerta al girarme solo me lo confirmó. Tayler siempre vestía formal, pantalones negros y camisa. Y aún así, siempre se veía perfecto.

-¿Preparándote?- Yo solo asentí como respuesta.

Aunque fuera una pregunta, sabía que a Tayler no les gustaba enredarse con tonterías y menos hablando. Él era directo, así que solo espere a que me dijera la razón por la que había venido a mi habitación.

-Quería pedirte un favor.

-¿Cuál? - Pregunté intrigada.

Su postura era casual, sus manos en los bolsillos demostraban que entre nosotros ya había cierta comodidad. Por mi parte, la emoción que predominaba en mí cuando me encontraba a su lado eran nervios, no miedo ni sensación de inferioridad. Solo me sentía nerviosa.

-Necesito que acudas conmigo a una reunión- No dije nada, esperé a que se explicara -Será informal. En un restaurante, en realidad. Pero el matrimonio con el que me he citado, me ha hecho saber de forma indirecta que quieren conocerte.

-¿Por qué?- No entendía que iban a querer personas de ese status de mí.

-Es una pareja a punto de la jubilación. Supongo que quieren saber cómo son las próximas personas que estarán a la cabeza, ya que dentro de poco ellos dejarán de estarlo.

Esa debía de ser una sensación horrible. Saber que todo ha estado en tus manos por mucho tiempo y que ahora solo te queda resignarte a dejárselo a otros. Supongo que eso es a lo que llamamos "El ciclo de la vida".

-Está bien. Si mi presencia allí te ayudará en algo, no voy a negarme. Pero no podré participar mucho en la conversación, ya que no sé casi nada sobre los asuntos que trataréis.

-No te preocupes. No es una reunión de negocios, solo quieren conversar. O eso dijeron. No puedo negarme ya que son veteranos en el ámbito social del Círculo Rojo.

Asentí. No hacía falta que me diera una explicación, pero se lo agradecí interiormente.

-La reunión será esta noche, por lo que nos adelantaremos al resto. Es en otra ciudad, así que llegaremos a casa de mis abuelos mañana por la mañana. ¿Te parece bien?

Volví a asentir.

Después de eso, dio la conversación por terminada y se marchó.

Yo no podía dejar de pensar en el día de mañana. Más que nerviosa por ir a esa reunión, lo estaba por conocer a los abuelos Sallow al día siguiente. Cuando Eleanor me lo dijo hace dos días me sorprendió ver que a mí también me invitaban a ir y yo, claro, no pude negarme.

Volví mi atención a la maleta y añadí un vestido formal junto con los tacones.

****

Tomé una respiración profunda cuando el coche se detuve frente a Ashby Inn, uno de los restaurantes más lujosos de la zona. Tayler salió primero, me sostuvo la puerta y la cerró una vez me posicioné a su lado.

Los nervios se me han adherido como una segunda piel desde que bajamos del jet privado. Tayler y yo no habíamos hablado mucho ni allí ni durante el trayecto en coche, tampoco me importaba. En realidad me gustaba sentirme a gusto a su lado sin la necesidad de estar hablando.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora