Capítulo 16

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Alexa

Habíamos acabado con todos los hombres del enemigo, llevado a los invitados a sus casas y encargado de que la prensa no se enterase de lo que había ocurrido aquí dentro.

En el edificio solo quedaban los integrantes del círculo rojo sin sus familias y nuestros hombres. Les había encargado a nuestros soldados sacar todos los cuerpos y meterlos en camiones, después vendrían a limpiar el desastre que había ocurrido.

Mi padre me había ordenado revisar el edificio por última vez para ver si conseguía algo que nos fuera útil, Nate vino conmigo para tenerlo vigilado. Mi padre aún no se fiaba de él ni de Kaden y yo todavía tenía mis dudas, no era normal que supieran luchar y razonar de esta forma a menos que pertenecieran a la mafia.

-Mira los bolsillos de esos dos- Ordené a Nate.

Vi algo en el suelo junto a los cuerpos y me agaché para cogerlo, era un teléfono.

-¿Este no es el móvil de Kaden?- Pregunté, se lo había visto a Kaden en varias ocasiones.

-Dámelo- Dijo arrancándomelo de las manos con demasiada fuerza.

-¿A ti qué te pasa?- Ahora no estaba para la bipolaridad de Nate.

-No deberías coger cosas que no te pertenecen- dijo con sorna mientras se guardaba el teléfono en el bolsillo trasero de su pantalón.

-Que te den- Empecé a caminar.

-¿No se supone que debes vigilarme?- preguntó a mi espalda.

-Con suerte alguno de esos sigue vivo y te mata antes de que tenga que hacerlo yo- dije.

-Que mona, no quieres matarme ¿eehh?

-¿Sabías que eres insoportable?- le pregunté.

-¿Y tú que eres cabezota?- Contraatacó.

-Pues si tan cabezota soy, pasa de mí y sigamos con nuestras vidas- espeté.

-A lo mejor no quiero-dijo.

-No te entiendo, no me soportas pero tampoco quieres dejarme en paz. ¿Sabes lo estúpido que suena eso?- Seguíamos andando, él aún seguía tras de mi por lo que no podía verle la cara.

-Nunca he dicho que no te soporte, enana- Puse los ojos en blanco.

-Dime una cosa-Dije parando en seco y me di la vuelta para enfrentarlo -¿Qué quieres de mi?- Sus ojos no mostraban ninguna emoción, él también me estaba mirando fijamente, parecía un duelo.

-¿Querer acercarme a ti significa querer algo de ti?- inquirió.

-Todos quieren algo- Afirmé, Nate sonrió de medio lado.

-¿Quién te hizo tanto daño como para que pienses eso?- Si había algún atisbo de diversión en mi rostro se borró al instante. No le respondí, simplemente me di la vuelta y me alejé.

Comenzamos a andar hacia los sótanos en completo silencio, mi padre se encontraba allí con el consejo del círculo rojo. Habíamos atrapado al jefe del enemigo junto a su mano derecha, los teníamos encerrados en el sótano.

Al llegar vi a mi padre hablando con el consejo entre los que estaban Alexander Sallow, Mason Archibald y Grayson Collins. Luka también se encontraba allí, estaba más serio de lo normal. Sabía lo que estaba haciendo, centrarse en cualquier cosa menos en lo que le molestaba, era lo que hacía yo cuando me hacían daño, debía hablar con él más tarde.

-¿Habéis encontrado algo?- Preguntó mi padre al verme.

-Nada- respondí.

-Se niegan a hablar- Dijo mi padre irritado, le molestaba que se hubieran atrevido a irrumpir en la gala y que no supiéramos quiénes eran.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora