Capítulo 18

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Kayla

Era sábado, ya había anochecido y quedaban quince minutos para el comienzo del partido.

Había quedado con Irina dentro de diez minutos en la puerta principal de la escuela pero antes tenía que hacer algo, Maddi me había rogado antes de salir de la mansión que le diera a Tayler una especie de pulsera. En realidad no era una pulsera, era más bien una cuerda azul decorada con bolitas que seguramente había hecho Maddi, según ella era un amuleto de la suerte.

Sinceramente no quería ir a dársela, no porque no quisiera ver a Tayler, al contrario, durante esta semana nos habíamos estado llevando muy bien. No estábamos mucho tiempo juntos pero el tiempo que coincidíamos era muy agradable, además de que siempre se encontraba con Dylan que era un chico divertidísimo.

En el poco tiempo que habíamos compartido descubrí que Dylan era una persona alegre y buena, era del tipo de los que te sacaban una sonrisa aunque ellos mismos estuvieran tristes. También se pasaba el día en la mansión, había noches en las que incluso dormía allí pero no me quejaba, me gustaba tenerlo en la mansión, a veces me hacía olvidar mi propia angustia.

Me dirigí a los vestuarios masculinos, ahora todos los jugadores del equipo estarían allí preparándose para el partido. Cosa que me ponía aún más nerviosa, ya que eso significaba que Luka se encontraría allí.

Mi relación con Luka parecía estar pausada, él no le había dicho a nadie que habíamos cortado por lo que supuse que él no quería terminar nuestra relación sino lo habría hecho público, sin embargo, había estado toda la semana ignorándome en clase y en el almuerzo.

Estaba inquieta, no quería entrar a los vestuarios masculinos. Ni siquiera sabía si estaba permitido pero no quería defraudar a Maddi, en el poco tiempo que llevaba allí esa niña me había demostrado un cariño que no había obtenido si quiera de mi familia.

Miré mi atuendo, iba vestida con unos pantalones cortos negros y una camiseta del equipo. Decidí no ponerme la de Luka por cuestiones obvias y la única que tenía era una de hace dos años. A mi me gustaba que la camiseta fuera ancha y me llegara por debajo de los pantalones pero al ser vieja no me quedaba tan larga, la tenía a la altura de la cadera.

Abrí la puerta y empecé a caminar dentro, algunos se me quedaban mirando intrigados y otros desconcertados, no me decían ningún comentario obsceno porque para ellos era la novia del capitán del equipo.

Busqué con la mirada a Tayler, al instante lo vi junto a una taquilla parecía estar guardando algo. Caminé hacia él y entonces lo vi, Luka estaba de pie en una esquina junto con otros tres chicos. Nuestras miradas se cruzaran y me sorprendió que sus ojos fueran tan inexpresivos, él no apartó la vista de mí.

-Tay...- Llamé a Tayler pero no pude terminar la acción ya que resbalé con una toalla que estaba tirada a mis pies.

Típico de mí. ¿No podía darle la pulsera y salir de allí sin tener que hacer el ridículo?

Tayler se dio la vuelta rápidamente y me agarró de la cintura sujetándome para no caer al suelo, yo me aferré a sus brazos y cerré los ojos. Los abrí una vez me di cuenta de que no corría peligro de caerme, mis ojos se encontraron con los de Tayler y por un instante fue como si solo estuviéramos nosotros.

¿Cómo había podido cogerme tan rápido si estaba de espaldas?

-¿Estás bien?- Preguntó aún sin soltarme, me limité a asentir. Fue entonces cuando se apartó unos centímetros de mi.

-¿Has venido a hablar con Luka?- Preguntó cuando seguí sin moverme de mi sitio.

-No, yo en realidad he venido a hablar contigo. Es por Madii.- dije nerviosa, era consciente de que todos nos estaban mirando además de que había un silencio un poco extraño para un vestuario masculino repleto de testosterona.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora