Capítulo 33

215 10 0
                                    

Alexa

-No puedo creerme que hayamos malgastado otro día, otra vez- Me quejé recostándome en el asiento del copiloto, cerrando fuertemente los ojos.

-Yo no llamaría malgastar, al menos hemos descartado otro nombre de la lista.

-Tienes toda la razón, ya solo quedan sesenta y dos nombres- Dije con ironía.

Era consciente de que no debería de estar quejándome. Sin la ayuda de Kayla no hubiéramos reducido el número de nombres en la lista tan pronto, sin los demás la misión del casino hubiera sido un fracaso y sin Nate hacer esto costaría mucho más trabajo de lo que ya hace.

No era ingrata, sabía esto y se lo agradecía. Sin embargo, me molestaba que esta fuera una misión que me encargó mi padre justamente para ayudarme a ganarme al Círculo Rojo y que no fuera capaz de hacerlo sola.

Luka estaba haciendo dios sabe qué pero al menos lo hacía solo, era de esperar que prefirieran apoyarlo a él antes que a mí.

-¿Sabes? Deberías de estar agradecida.

-¿Por qué? ¿Por tener que soportarte todos los días?

-A ver si te enteras de algo, Alexa Blake- Odiaba cuando decía mi nombre completo - Tú no eres la única que pasa el día trabajando en esta mierda, yo también tengo cosas que hacer y aún así me quedo cada tarde trabajando para reducir el número de esa jodida lista.

-Pues verás, Nate Jones- Me fulminó cuando pronuncié su apellido, pero me importaba una reverenda mierda que no le gustase -No creo recordar haberte pedido ayuda en ningún momento, al contrario, eres tú el que siempre se arrastra para que lo permita seguir trabajando conmigo.

Me estaba pasando, era consciente de ello pero, por alguna razón, no podía parar.

-Bueno, pues soy yo el que te está llevando bajo una puta tormenta en su coche.

Buen punto

Nate y yo habíamos atravesado la ciudad para ir a buscar a un hombre que encajaba bastante en el perfil del anónimo, sin embargo, al llegar nos enteramos de que había muerto hace varias semanas por una sobredosis. Cuando nos metimos en el coche al volver, la tormenta ya había comenzado.

-Cierto. Olvidaba que por la tormenta estoy obligada a estar encerrada aquí contigo.

-No estarías aquí si no te hubieras empeñado en ir a por ese hombre, cuando podíamos hacerlo cualquier otro día.

-No hay tiempo para eso. No es mi culpa que seas un incompetente sin ninguna meta.

-Ni la mía que seas una niñata caprichosa obsesionada con demostrar al mundo que sabe hacer algo, supera ya que el Círculo Rojo prefiere a tu hermano.

Golpe bajo. Muy bajo

Nada más escupir aquello, Nate se dio cuenta de lo que había dicho cuando me quedé en silencio pero ya era tarde, mis niveles de ira habían alcanzado un punto álgido. Furibunda abrí la puerta del coche sin importarme que estuviera en marcha y aunque el viento casi arranca la puerta junto con mi brazo mi brazo, bajé del coche.

-¿Se puede saber qué haces?- Preguntó sin creerse que acabara de bajar del coche en marcha en mitad de la tormenta.

-¡Que te den!- Grité furiosa, antes de dar un portazo y comenzar a andar en la carretera.

-Deja de hacer el imbécil y sube al coche- Hice caso omiso a su orden y seguí andando.

¿Que me estaba congelando?

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora