Kaden

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Arranqué el coche y salí del aparcamiento del instituto.

-¿No piensas hablarme?- Me preguntó Nate sentado a mi lado. No le respondí, él ya sabía que estaba cabreado la pregunta sobraba. -Venga, no seas exagerado- insistió.

-¿Exagerado, yo? ¿Es en serio? ¡Eres tú el que se ha encerrado junto con Alexa en un puto congelador!- exclamé molesto.

-Cálmate, ¿quieres? Tenía que medir sus habilidades- se defendió.

-¿Y no se te ocurrió otra forma de hacerlo?- pregunté incrédulo.

-No, la puse en una situación de riesgo para ver como reaccionaba- explicó.

-¿Y bien?- Ya se me había pasado el reciente enfado, hacer peligrar su vida para "medir las habilidades" de Alexa me seguía pareciendo una tontería pero Nate sabía lo que hacía.

-Se ha comportado como toda una Blake- dijo sonriendo de lado.

-Pensé que odiabas ese apellido- dije con sorna.

-No los odio, créeme pero he de reconocer que esa familia sabe lo que hace y todos en ella son inteligentes.

-¿Crees que el heredero del imperio Blake será Alexa?- pregunté, Nate era el mejor analítico de la familia es normal que mi padre le encomendara esta misión.

-Puede. Es fría, lista y calculadora además es tan buena analizando personas y su entorno como yo. Sin embargo, es testaruda, demasiado. Eso sin contar que tiene un pensamiento rápido pero no lo suficiente, encuentra las piezas del puzzle antes que nadie pero tarda más que yo o su hermano en encajarlas.

-Entiendo, entonces ambos hermanos tienen cualidades que le falta al otro. ¿No es así?

-Exacto, no se como elegirán pero la decisión será difícil- Nate tenía la mirada seria y pensativa mientras miraba por la ventana.

-¿Qué elección nos convendría más?

-Aún no estoy seguro, por ahora me decanto por Luka- Asentí con la cabeza -¿Y tú? ¿Tienes algo sobre la hija Collins?- Sabía que tarde o temprano sacaría el tema de Irina.

-Aún no, pero no creo que ella se convierta en la heredera de los Collins- le dije.

-¿Y eso por qué?- preguntó Nate.

Estaba claro que Irina no estaba en condiciones de dirigir todo un imperio, ni siquiera estaba seguro de que supiera algo sobre el mundo de la mafia. Además de que le pasaba algo, podía disimularlo cuánto quisiese pero a mi ya no podía ocultarlo. La había visto llorar incluso temblar de miedo, no sé que le habría ocurrido en el pasado pero estaba claro que algo la atormentaba.

-No creo que sepa nada sobre la mafia y menos del círculo rojo. Si su familia no le ha contado nada será porque ella no será la heredera- Asintió con la cabeza.

No le conté a Nate lo que le ocurría a Irina por dos razones; la primera, porque ni yo sabía que le pasaba exactamente y la segunda, porque no era algo relevante y yo no tenía por qué contar algo que únicamente le incumbía a ella.

En las dos ocasiones que he tenido he podido preguntarle que es lo que realmente le pasaba pero sea lo que sea sabía que en ese momento lo que ella necesitaba era que la apoyase, simplemente que estuviera allí.

Por eso me quedé con ella la noche que se quedó a dormir y cuando la encerraron en los vestuarios, sé lo que es sentir miedo, no saber en quién confiar y que algo no deje de atormentarte supongo que esa es la razón por la que no me comporté como su enemigo si no como su amigo.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora