Capítulo 42

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Irina

-¿Y cuándo vuelves?

Pregunté cuando Kaden me contó que acababa de salir por un viaje del trabajo.

-Es corto, no te preocupes. Quiero investigar sobre una cosa- Dijo al otro lado de la línea.

-¿Sobre qué?

-¿Te conté que la familia de Allison estaba haciendo negocios con la mía, verdad?

-Sí, lo hiciste.

La mención de Allison siempre me producía una rabia atípica. Rabia hacia mí, por dejar que se metiera en mi cabeza y me hiciese creer que Kaden me dejaría sino me acostaba con él y rabia hacia ella, porque era consciente de que no mentía en todo.

No necesitaba detalles adicionales para saber que Kaden y Allison compartieron una historia de amor. No importaba cómo acabara o cómo se tratasen ahora, el caso es que se quisieron, se protegieron, se compartieron. Y eso son cosas que no se pueden olvidar, menos aún de un primer amor.

-Pues no confío en ninguna de nuestras familias. Voy a intentar descubrir las razones implícitas de este acuerdo.

-Me parece bien. Pero deberías tener cuidado. ¿A tu padre no le molestaría si se enterara?

-Él no es tan duro, al menos comparado con Aedus.

Me alegraba y conmovía que Kaden me contara sus cosas. Sabía que no eran todas y aún había secretos entre nosotros pero era la única persona que no me trataba como a una niña.

-Por cierto, ¿cómo te fue el examen de física?

-Gracias a ti y a Kayla creo que puedo tener un sobresaliente. Nunca en mi vida había quedado tan satisfecha y orgullosa como cuando terminé ese exa...

El estrepitoso sonido de la puerta chocando contra la pared interrumpió nuestra conversación. Alarmada escondí el móvil debajo de la almohada y me incorporé sobre la cama para así poder ver a mi hermano iracundo entrando en mi habitación.

-¿Se puede saber qué demonios te pasa?- Le chillé.

-No te hagas la tonta y devuélveme esos documentos- Dijo haciendo un intento inútil por disimular su ira.

-¿Te has vuelto loco?- Inquirí seriamente, preocupada por que hubiera llegado el momento en que mi hermano perdiera la razón.

-¡Irina, no estoy jugando! ¡Devuélvemelos!

-¡Que yo no tengo nada!- Exclamé mientras me ponía en pie.

-¿Qué es todo este alboroto?

-El que faltaba- Murmuré cuando mi padre entró también en mi habitación.

-Irina me ha robado documentos sobre la segunda generación.

La mirada de mi padre se volvió, gélida, hacia mí.

-Devuélvelos, ahora- Ordenó con paz fingida.

-Yo-no-he-robado-nada- Repetí.

-¡Cómo se puede ser tan mentirosa!- Exclamó mi hermano frustrado.

-¡Cómo se puede ser tan capullo!

-¡Irina! No sabes lo que estás haciendo y si esta es una de tus artimañas para llamar la atención créeme que no saldrás librada de esta.

-Por última vez, ni me interesan ni me importan vuestros estúpidos documentos. No le he quitado nada- Alegué señalando a mi hermano- y mucho menos unos papeles que no valen una mierda- Mi padre estaba a punto de alegar algo pero no le permití seguir hiriéndome -Y si tanto los queréis os recomiendo que salgáis de mi habitación y os vayáis a tomar por culo antes de que el que os lo haya robado lo difunda por ahí.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora