Capítulo 35

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Alexa

-No sabía que tuvieras tantos conocimientos de medicina.

-Sí, bueno... En realidad sé más de biomedicina- Le respondió su nuera.

-Podrías hacer prácticas aquí al iniciar la carrera- Le propuso Eleanor.

-Pues...

Estaba tan distraída que ni siquiera podía seguir la conversación, mis pensamientos en ese momento estaban anclados a una persona.

-¿Tú qué opinas Alexa? - Me preguntó Eleanor.

Me di la vuelta desconcertada, la mirada de Kayla y la madre de Tayler estaban puestas en mí.

-Alexa ahora está enfadada porque no la hemos dejado quedarse con su amor- Se me adelantó Irina para responder, las otras dos sonrieron intentando contener la risa.

-Yo no estoy enfada y mucho menos tengo un amor- Espeté dejando con un poco más de fuerza la taza sobre la encimera.

-Si... que casi rompas esa taza lo demuestra- Murmuró Irina.

-Lo que me molesta es que esté aquí tomándome un café con vosotras cuando él está así por mi culpa- Exclamé molesta.

-Alexa, no e...- Intentó hablar Kayla.

-Vosotras no lo entendéis. Él me dijo que no hiciéramos nada, fui yo la que decidió atacar e ir tras Strauss.

-Alexa, cariño. Cometiste un error pero eso no significa que fuera tu culpa.

-El dardo era para mí. El lacayo de Strauss me apuntaba a mí cuando Nate se interpuso, salvándome.

Silencio. No supieron que decir y era normal porque en toda la noche no había confesado esa información, supongo que por vergüenza o por culpabilidad.

-¡Doctora! ¡Doctora Sallow! - Irrumpió una enfermera alterada en la sala de descanso.

-¿Qué ocurre, Susan? - preguntó Eleanor.

-Es el paciente que me pidió vigilar...- No terminó de hablar cuando las chicas se pusieron en pie y todas salimos corriendo por la puerta.

-Al principio sólo estaba sudando de más, luego comenzó a soltar quejidos de dolor y de un momento a otro comenzó a gritar- Explicó la enfermera intentando seguirnos el paso.

-¿A gri...? - Irina no pudo terminar su pregunta cuando el aullido desgarrador de Nate llegó a nuestros oídos.

Por el umbral lo vi retorcerse y nada más entrar a la habitación me lancé hasta su posición. Su espalda se arqueaba mientras gritaba, la desesperación me agarró cuando no supe que hacer.

-¿Qué le pasa?- Exclamé cuando llegaron las demás.

-2,5 mg de midazolam ¡Ahora! - Exclamó Eleanor cuando su enfermera se quedó petrificada viendo el estado de Nate.

Kayla rebuscó en una vitrina y sacó un bote con una jeringuilla, se apresuró a tendérselo a Eleanor.

-Gracias- Le agradeció a la morena -Susan ve y avisa de que desocupen esta planta.

-S-Si- Dijo la enfermera novata antes de desaparecer.

-Ayudadme a sujetarlo- Pidió Eleanor.

Entre las tres sujetamos a Nate, y Eleanor comenzó a inyectarle la sustancia en pequeñas cantidades. Pese a que Kayla, Irina y yo estábamos haciendo uso de toda nuestra fuerza nos costaba hacer que Nate se mantuviera inmóvil.

Seguía quejándose por el dolor, su piel estaba resbaladiza por el sudor y aún podía sentir que tenía fiebre. Minutos después, el sedante comenzó a surtir efecto y sus músculos se relajaron. Eleanor apareció de nuevo tras hacerle otro examen.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora