Capítulo 9

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Alexa

Un pitido no dejaba de atronar mis oídos, después un dolor intenso en la cabeza le sobrevino y por último unos voces no dejaban de oírse, parecían susurros.

Quería seguir durmiendo pero era casi imposible, abrí lentamente los ojos y los murmullos fueron cesando.

-Esta despertando- dijo la voz de alguien que no me permití reconocer.

En ese momento lo único que pude ver con claridad fueron unos ojos verdes, los ojos verdes de Nate. Él me sonrió y yo le devolví la sonrisa un poco adormecida.

-Ejem- Miré al gilipollas que quería atención con mirada asesina, era Luka.

Miré detenidamente la sala, era la enfermería. Sentados estaban Luka, Kayla, Irina y Kaden, de pie frente a mí estaban el director y la enfermera, a mi lado tenía a mi padre.

Mi padre. Mierda.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó mi padre, bueno si estaba enfadado lo estaba disimulando bien.

-Si, me duele la cabeza y me pesa todo el cuerpo, pero sí- respondí, aligerando el peso que se estaba formando en el ambiente.

-Me parece genial, señorita Blake. Dado que la salud de ambos ha mejorado, necesitamos una explicación.

Giré la cabeza hacia Nate que estaba a mi derecha, él me devolvió la mirada. No podía ver a través de él, pero se le veía tranquilo así que precedí a dar mi explicación.

-Estábamos de camino a nuestra primera clase pero vimos a Marissa, la cocinera, intentando llevar una caja que pesaba bastante así que le ofrecimos ayuda llevándola a la cámara frigorífica.

-Bien, eso tiene sentido. ¿Y cuál es la razón por la que os encontraron a punto de morir asfixiados y desnudos?- Preguntó mi padre haciendo ver su creciente cabreo.

-Uno, no estábamos completamente desnudos- Mi padre me miró con cara de advertencia así que decidí guardarme mis comentarios para otro momento-Y dos, llevábamos una hora encerrados en ese congelador, un minuto más y moriríamos de hipotermia por lo decidimos prender fuego a nuestra ropa para que la alarma de incendios sonase y vinieran a buscarnos.

-Es el plan más loco que he oído en mi vida- espetó Luka, en realidad sé que por dentro estaba divertidísimo por la situación.

-Pero funcionó, ¿no es así?- Lo miré orgullosa de mi plan, él bufo. Y vi como todos sonreían.

-Bien, dado que los acontecimientos sucedidos no fueron culpa vuestra y os visteis obligados a tomar tal decisión, no habrá ningún tipo de sanción.

Eso estaba claro, no íbamos a cumplir un castigo por estar a punto de morir, pero el director Carson cree que todos somos tan estúpidos como él. Sinceramente me cae muy mal, solo habla de esta forma para impresionar a mi padre pero realmente odia su trabajo. Mi padre asintió con la cabeza ante su declaración.

En fin, la hipocresía.

-Bueno, será mejor que me marche, la enfermera les dirá todo lo que necesiten- Y al fin, se fue junto mi padre y la enfermera para hablar sobre algunos asuntos.

-Nos habéis dado un buen susto- dijo Kaden levantándose y poniéndose en pie junto a su primo.

-Pues sí, a Luka casi le da infarto- bromeó Kayla.

-¿Sabes? Yo sigo pensando que hay que estar loco para prender fuego en un lugar cerrado sin estar seguro de que vendrán a sacarte. Algo me dice que la idea fue de mi querida hermana- comentó el pesado de mi hermano.

-Pues sí, yo solo le hice caso por que el frío me estaba haciendo delirar- dijo Nate.

-¿Queréis dejar de meteros con mi magnifico plan? Nos salvó la vida, ¿no?- dije.

-Técnicamente, os la salvamos Luka y yo- bufé, Kaden era igual de molesto que su primo.

-Buenos días- saludó la enfermera entrando en la sala junto a mi padre- Tengo buenas noticias, llegasteis aquí con una hipotermia leve pero ya podéis marcharos a casa. Al no ser grave no necesitáis ningún tratamiento, solo tenéis que descansar y manteneros calientes, nada de cosas frías- Asentimos en señal de aceptación -Bien, entonces podéis marcharos cuando queráis- Se despidió y salió de la estancia.

-Bueno chicos, como ya habéis oído Nate y mi hija se encuentran en buen estado. Os agradezco que os hayáis quedado a acompañarlos pero las clases terminaron hace un par de horas y ya es momento de que os marchéis a vuestras casas.- Dijo mi padre echando a mis amigos, y no amigos, disimuladamente.- Nate, ¿vendrán tus padres a por ti o quieres que te llevemos?- Le preguntó mi padre.

-No hace falta señor, nuestros padres llegaran a la ciudad el sábado. Kaden y yo nos iremos juntos- explicó Nate.

-Está bien- Asintió mi padre.

Irina y Kayla se acercaron a mi para abrazarme, cosa que me puso incómoda, se despidieron y se marcharon. Nate quería irse ya, por lo que Kaden lo ayudó a levantarse y a coger sus cosas y también se fueron. Mi padre no se movió de donde estaba así que suponía que todavía tenía algo que decir, en la habitación únicamente nos encontrábamos Luka, mi padre y yo.

-Ahora que estamos solos, tengo que contaros algo a ambos- Anunció mi padre, eso explicaba la prisa que tenía porque todos se fueran. Luka y yo asentimos a la vez, indicándole que siguiera hablando. -Hay algunos asuntos importantes que tenemos que resolver- dijo.

-¿Qué asuntos?- preguntó Luka cruzándose de brazos.

-Han estado manchando el nombre de nuestra familia vendiendo niñas que no superan los catorce años- respondió mi padre se podía notar el asco y el odio en su voz.

-¿A nuestro nombre? ¿Cómo es posible?- Mi familia se dedicaba a muchas cosas pero jamás al tráfico de niñas.

-Las ventas se hacen en unos de nuestros club.

-¿Cómo ha podido pasar eso?- preguntó Luka molesto.

-No lo sé pero iremos y lo arreglaremos.

-¿Dónde y cuándo?- Estaba impaciente, la persona que tuvo el valor de manchar el nombre de nuestra familia con actos tan deplorables no viviría un día más para contarlo.

-Chicago, en una hora- Asentí- pero tu no vienes- sentenció dirigiéndose a mi.

-¿Qué? ¿Por qué?- Pregunté incrédula.

-Has estado a punto de morir congelada hace apenas unas horas, necesitas descansar.

-Me encuentro bien, esto es una tontería. Sabes que he estado en situaciones peores.

-Luka vendrá conmigo, tampoco necesitamos tres para este trabajo. Tú descasaras y te encargarás de ultimar los detalles de la gala que también es muy importante. Volveremos el sábado, tengo algunos asuntos más en Chicago y aprovecharé para resolverlos, ¿entendido?- En este momento quien me estaba hablando era mi jefe no mi padre así que contrariarle no serviría para nada.

-Si- bufé.

-Bien, te quiero- dijo dándome un beso en la frente- Debo irme, tu y Luka volved a casa- Ordenó y se marchó.

Esta semana no hacía más que ir de mal en peor, pero soy Alexa Blake y no me derrumbaré jamás.

Las Reinas de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora