4. Relax

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No puedo creer que mi prima Alexa haya sido causante de una ruptura amorosa

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No puedo creer que mi prima Alexa haya sido causante de una ruptura amorosa. ¿Qué le hace creer que el chico quisiera tener algo serio con ella cuando sólo la utiliza para sus necesidades carnales y aún mucho peor que, el chico haya tenido una relación aproximadamente de 4 años?

¿Qué?...

Trato de equilibrarme para que mi maqueta quede intacta ante el choque que me he generado por andar pensando en cosas que no son de mi incumbencia.

La chica se disculpa, pero... Vamos, ¿Qué no ve que estoy con una maqueta?

Cuando me torno a mirarla me doy cuenta que ella también al parecer estaba distraída al chocarnos.

Me cae bien esta chica.

Nos despedimos y cada una rumbo a su facultad. Y es que necesito librarme de una vez de este curso, ya que solo nos han hecho presentar maquetas y más maquetas sin alguna teoría o alguna práctica antes de, no por gusto ando pagando está universidad para que no me enseñen nada.

—Primita, bellaaaa —Escucho la voz chillante de Alexa. Me hago la que no escucho y sigo caminando—. Hey, Jess. Te estoy hablando... Anda, te ayudo con tu trabajo —algo debe querer.

—Hola —Se me escucha cortante, mi cabeza se mueve al aceptar que Alexa me ayude.

—¿Qué te hice, loca? Me parece o... ¿Estás enojada conmigo? —me mira como un perrito con ojitos llorosos.

No le dirijo la palabra hasta llegar al salón. Pero, ella seguía hablando y hablando, que ya me estaba cansando escuchar su voz tan quisquillosa.

—Bien, gracias por ayudar. Para la próxima, encárgate de no meterte en relaciones ajenas. No sé quién haya sido la chica, pero preocúpate Ale, no te gustaría que te hagan lo mismo, eh —Al decir esto, se queda confundida, le vuelvo a agradecer y me voy sin despedir. Creo que la dejé con la palabra en la boca, al parecer quería decirme algo, se lo guardó y me miró con algo de vergüenza.

A mí nunca me pareció buena idea de que las mujeres sean el dolor de otro mujer. Deberíamos ser más generosas y empáticas, en este caso hacer práctica lo que es la sororidad. Porque si no somos nosotras para apoyarnos y ayudarnos, ¿quién nos va a proteger?

Solo espero dejar de vivir un infierno y acabar de una vez la universidad para disfrutar el tiempo conmigo misma.

Solo espero dejar de vivir un infierno y acabar de una vez la universidad para disfrutar el tiempo conmigo misma

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Que día más agotador, los párpados se me caen.

¡Muero de hambre!

Probablemente, desde que llegué a Pensilvania, mi vida ha sido una rutina. De la casa a la universidad, de la universidad a la casa.

Adolfo ni siquiera me llevaba a cenar o cosas así, ¿ya ven a lo que me refiero?

Solo tenía planes con sus amigos, se inventaba excusas de que tenía que ayudar en casa, que tenía que hacer esto, que tenía que hacer el otro. Montón de excusas, incluyendo el montón de mentiras que me hacía creer. Y yo de tonta como siempre, aguantando.

Aún me duele, siento ese dolor en el pecho y sé, que en cualquier momento explotará. Puesto a que, ahora lo estoy llevando tranquila porque estoy llena de trabajos, pero cuando me desocupe, apostaría todo el dinero ganado en las Vegas que terminaré llorando como Magdalena.

Cuando llego a casa, mamá me recibe con un cálido abrazo, me mira y me suelta con un movimiento suave—Te pasa algo ¿verdad? Te conozco hija mía. Te llevé 9 meses aquí dentro —señala su vientre—, pff, y ahora 20 años viéndote crecer. No creas que es fácil engañarme, así que después de almorzar tenemos tarde de chicas y me vas a tener que contar todo todito. Si quieres exagéralo ¿entendido?

La miro con un poco de vergüenza y asiento con la cabeza. Pero de alguna u otra manera me hace sentir tranquila.

En la mesa, trato de evitar reírme por lo que pasó en la mañana. Marlon me observa y lo sabe, ya que somos cómplices de que ambos pensamos lo mismo y acabamos estallando a carcajadas.

Papá nos mira confuso y mamá le sigue. Joseph sigue enojado, pero nuestras risas lo contagian haciendo parecer una mejilla inflada a punto de soltar una carcajada.

—No puedo creer que haya salido sin un lado de medias, estábamos locos por querer ayudarte, Darling —papá se refiere a mí, y veo como ruedan sus ojos—. Sin embargo, me junto con ustedes para reírnos... ¡Joseph salió sin pantuflas! Y regresó con los pies sucios. Es demasiado chistoso ahora que lo vemos de una manera graciosa, pero nos pudo pasar algo —me regaña y achina los ojos—. Tienes que dejar de ser un poco distraída, casi te cuesta una nota esencial en un curso. No querrás que esa pérdida de beca te afecte en el traslado de universidad.

Mamá no deja de comer, hasta que se dirige a nosotros —Ya estuvo buen... —pausa, intrigándonos a todos—. Ah, se creaann. Marlon apestaba a zorrillo. Y yo perdí unos cuántos ruleros en el camino— estalla de la risa agarrándose la panza.

Me siento tan afortunada de tener una familia magnífica, a pesar de todo. No puedo imaginar el día en el que me lleguen a faltar.
La nostalgia se envuelve sobre mí, mis lágrimas no cesan... Veo a Jos acercándose y me abraza. El abrazo es fuerte, y me hace llorar aún más.
Nadie se atreve a preguntar el por qué... Y me satisface un poco, porque tendría que ahorrar lágrimas para más tarde, porque en una parte sé que lloro por él, por Adolfo.

Se los dije, en cualquier momento iba a explotar.

Siento miedo, no sé como llegue a reaccionar mi mamá cuando le cuente lo que se supone que deba contar.

Subo al dormitorio en la espera de que mi mamá suba. Estoy helada, créanme, ella le empezó a tener cariño a Adolfo porque yo lo pintaba como el mejor novio del mundo, cuando en realidad solo era mi primer amor y me quería aferrar a eso.

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora