45. Cena

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A decir verdad, la torta de chocolate estuvo deliciosa, más aún con la compañía de mi hermana

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A decir verdad, la torta de chocolate estuvo deliciosa, más aún con la compañía de mi hermana.

—Dame los platos, bajaré a lavarlos. Por mientras ve revisando tu armario, ahora me toca ayudarte a vestir para tu cita —le guiño un ojo.

—¡Aww! No me lo esperaba. Pero esta vez quiero maquillarme —se pone triste.

—Nena, ambas no tenemos idea de cómo maquillarnos —explico.

—Podemos intentarlo. Además quiero verme bonita —sonríe.

—Créeme, eres hermosa —le devuelvo la sonrisa.

—¿Él pensará lo mismo? —agacha la cabeza.

—Me vale lo que piense, yo te veo hermosa. Si él que no es capaz de ver lo bella que eres, no te merece —pellizco su nariz.

—Tú lo dices porque eres mi hermana y mi amiga —hace un puchero.

—Oh, créeme. Si fueras fea, te lo hubiera dicho desde antes —ruedo los ojos.

—¡Basta! Eres tan directa —dice.

—Justo por esa razón, deberías creerme cuando te digo que eres hermosa —replico.

—¡Oh! Bien, pero quiero maquillarme ¿entendido? —cruza los brazos.

—Ve mirando tutoriales, yo lavaré los platos. Ahora vuelvo —respondo.

Cuando bajo por las escaleras, siento en mi bolsillo vibrar algo...
¡Uh, si! Mi teléfono.

—Buenas tardes —respondo, sin ver el nombre agendado.

—¿Así saludas a tu enamorado? —puedo jurar que puso su cara de fastidio.

—Amor, ¿qué tal? —digo con una sonrisa, aunque sé que él no es capaz de ver la sonrisa enamorada y tan tonta ahora—. Espera, lo voy a poner en alta voz, tengo que lavar unos platitos —informo.

—¿Puede esperar? —suena misterioso.

—Umm, quizás. Debo ayudar en algo a Jess, ¿qué pasa? —por mi mente pasa un montón de cosas.

—No es nada... —suspira— Solo que —odio cuando hace pausas, dejando la intriga al aire—, te quiero.

—Me asustaste, pensé que había pasado algo —estoy enojada.

—Si pasó algo —da al descubierto.

—¡Habla de una vez! Fer.

—Pasa, que me he enamorado de ti —aunque esté enojada, una sonrisa se luce en mi rostro.

—Eres un loco, en serio me asustaste. Pero, te quiero.

—Tú, tú me tienes loco.

Fernando me dijo que no puede esperar hasta que sea mañana, ¿es normal? Porque a mí también me pasa. Y eso que nos veremos después, pues, lo invité a cenar en la casa. Lo voy a presentar...

—Dar, cariño —escucho la voz de mamá desde la cocina—. ¿Qué haremos para la noche? ¿Qué comida le gusta?

—A él le gusta de todo —me río—, sería bueno que preparemos algo liviano, para que nos entre el postre— ajá, que gran alternativa Darling.

—¿Pedimos pollito a la brasa? —dice emocionada.

—¡Of course! —es extraño, pero acá también podemos degustar ese manjar de dioses.

Creo que hice esperar mucho a Jess...

—Disculpa la tardanza, estuve hablando con mamá sobre la cena de hoy... —¡Mierrr...coles! Hoy es la cita de Jess con Lucas.

—Me olvidé por completo que hoy es la cena —se da un golpe en la frente.

—¿Ahora? —digo atemorizada.

—Después de la cena se ve bien, pero, ¿no sería de mala educación?

—Para nada, ya nuestros padres lo entenderán. Y, también espero que él lo entienda —sé que ella no lo quiere invitar a la casa, porque me lo confesó. Quiere sentirse segura, quiere conocerlo más y así poder invitarlo a la casa. Porque ¿se imaginan? Invitar a una persona a la casa, presentarlo con tu familia y al final esa persona resulte ser de lo peor. ¡NOOOO! Ojalá nunca nos pase eso.

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora