22. Ojos

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Cuando papá y mamá me dieron la noticia de un viaje a Nueva York por carretera, me sentí emocionada

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Cuando papá y mamá me dieron la noticia de un viaje a Nueva York por carretera, me sentí emocionada. Porque esta vez no era para vivir allá, si no para pasar las vacaciones.

Fue tremenda casualidad, coincidir la semana de vacaciones con toda la familia.

No dudé en llamar a Jess; mi familia y yo, la hemos acogido como parte de nosotros.

Ella aceptó; desde ya, estoy emocionada.

Apartando todo este alboroto de emociones, sigo preocupada por Gonza...aún no despierta.
Desearía que nada de eso hubiera pasado.

—¡DARLING! Que nos vemos en la clínica —dice eufórica—. Gonzalo despertó, ya abrió los ojos ¡Por fin! —Jess me contagia la emoción.

—Que nos vemos allá —colgué.

Me hago una coleta con mi poco y corto cabello, y bajo a informar a toda la familia sobre esta noticia de felicidad.

Papá va manejando el coche, mamá en el asiento de copiloto, los mellizos y yo vamos tarareando varias canciones en el camino

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Papá va manejando el coche, mamá en el asiento de copiloto, los mellizos y yo vamos tarareando varias canciones en el camino.

Sabía que él iba a despertar, es joven y tiene una vida por delante. Es como mi mejor amigo, así como Jess.

¡Ya tienen una cosa en común! ¡Deberían casarse!

Yo sé que al principio había coqueteado con él. Fuera de eso, lo hacía como juego y, sé que él también.
Yo había terminado una relación de años, era imposible que conozca a una persona muy rápido. Digo de esa forma, pues, no podía andar con alguien más porque aún no superaba a mi ex. Chicos, eso no se hace ¡Jamás!

Eso de salir con otra persona para olvidar a alguien, es decepcionante.

Estábamos a unos cuántos edificios para llegar a la clínica, no podía esperar más, quería ver a Gonzalo.

En cada semáforo que íbamos a parar, tenía que estar en rojo.

¡Agotadorrrr!

—¡Por fin! ¡Llegamos! —dice Marlon, sacándome de los tantos pensamientos que tengo. La única palabra que me podrían describir es, distraída—. Darling, vamos —me agarra del brazo y me jala. Salimos corriendo del coche, papá aún no estacionaba y este muchacho estaba impaciente.

Es muy raro ¿no les parece?
Mi familia parece amar a todos, confía en todos. Nomas no les falle, ellos se encargan de olvidarte el resto de su vida. Me incluyo, de tantos fallos he aprendido a valorarme, a decir ¡No! ¡No me lo merezco! ¡Si yo doy todo un jodido mundo, debo recibir todo un jodido mundo también!

—Chicos —grita Jess, nos dirigimos hacia ella, todos en manada dándole un abrazo, no nos interesa las personas que nos quedan observando—. Gonza, está con su familia ahora. Dudo que nos dejen entrar, pero muero por verloooo —se nota la emoción en ella, es tan bonita.

—Pensé que iba a estar Alexa, también —ruedo los ojos.

—Ella está adentro —rueda los ojos, imitándome.

—¡¿QUÉ?! —gritan los mellizos.

—Así es, chicos —les da un pellizcón en el cachete a cada uno—. Al parecer, estos meses fueron satisfactorios para ella, es enamorada del hermano de Gonzalo —afirma.

—Y ¿recién me lo cuentas? —digo enojada.

—Recién me entero —encoge los hombros.

Mis papás, entran calmados y sigilosamente. Dan un abrazo a Jess y toman asiento en la sala de espera.

Los mellizos tratan de entrar al cuarto donde está Gonzalo y, una enfermera los regaña.

Jess y yo, riéndonos de las ocurrencias de esos dos traviesos.

Siempre y cuando me amesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora